Te contamos cómo funciona esto de emitir deuda pública, avalada por todos los habitantes de un país. ¿Todos? Sí, sí, también por ti: tu trabajo, tu iniciativa empresarial, tus decisiones de compra, tu inversión… crean la riqueza de tu país. Y cuanto más riqueza genere un país, más capacidad de endeudamiento tendrá.
Para poder pedir un préstamo, necesitas demostrar tu solvencia, y un país, para poder emitir deuda pública, también tiene que hacerlo.
Cuando un Estado tiene un desfase entre sus ingresos (impuestos) y sus gastos (inversiones, transferencias, gastos de personal), se enfrenta a una situación de déficit público. La misma en que te encuentras tú si necesitas gastar más de lo que ingresas.
¿Cómo hacer frente a una situación así? Podrías intentar incrementar tus ingresos, disminuir tus gastos o, si ninguna de las dos opciones es factible a corto plazo, endeudarte.
Y lo mismo reza a nivel nacional: si un gobierno no puede aumentar su recaudación de impuestos o reducir el gasto público, le toca endeudarse, emitir deuda pública. Y como toda deuda, el Estado paga intereses por ella.
Esta deuda aumentará según vaya acumulando déficits de varios años, y se reducirá según lleguen los plazos de amortización de la deuda. Si quieres ver la evolución de la española, el Banco de España tiene toda la serie.
Deuda pública y PIB
El tamaño de la deuda es importante, pero más lo es su relación con la solvencia del emisor y lo que se financie con esa deuda.
No es lo mismo deber 1.000 si generas 10.000, que si generas sólo 500 y, aunque no te lo creas, las dos situaciones se dan en diferentes países del mundo. En el caso de los Estados, la riqueza, el crecimiento de ésta, se mide con el indicador macroeconómico del PIB, el producto interior bruto. Y para ver la dimensión de la deuda pública de un país, se compara todo el endeudamiento de las diferentes instituciones públicas, con su PIB.
Por otra parte, tampoco es lo mismo endeudarse para hacer una inversión, que va a generar más valor en el futuro, que endeudarse para pagar un gasto. La deuda es un instrumento necesario para crecer, pero debe ser sostenible para que el proyecto (familiar, empresarial, estatal) no quiebre.
Juan Ramón Lucas y Ana Comellas te cuentan, con la ayuda de los personajes de Juego de Tronos, Camino a la perdición, El bueno, el feo y el malo, Southpark y El Padrino, cómo funciona esto de la deuda pública y reflexionan sobre cómo nos afecta. No te lo pierdas.
Puedes escucharlo en Spotify.
En Ivoox.
O en AmazonMusic.