No busques sosiego en la industria mundial. Hasta el 20 de enero, anda ocupada en adivinar cuál será el impacto de la subida de aranceles con la que aterrizará Donald Trump en la Casa Blanca. Nos gustaría que el oráculo de la inteligencia artificial (IA) diera indicaciones más claras, pero bien saben sus sacerdotes que llega hasta donde puede, no hay que pedirle imposibles.
La analista de Pitchbook Madeline Shi recopila en su carta semanal los derrotes del mercado: unos acumulan materias primas y piezas de China por si se disparan los costes de importación, otros negocian a toda prisa contratos de cobertura de precios para el acero y las tierras raras, hay proveedores que aplazan la entrega de sus tarifas de 2025 a los clientes, otros venden activos para acumular liquidez por si las moscas y los más desesperados buscan dónde relocalizar sus plantas de producción.
La industria del automóvil europea está en el ojo del huracán. Se ha comprometido a poner millones de vehículos eléctricos en circulación en 2030. Para ello necesitará cantidades sustanciales de minerales para baterías, como litio, níquel y cobalto. Sin embargo, Transport & Environment revela una cruda realidad: solo ha conseguido una quinta parte de estos materiales.
Y eso no es nada. “El riesgo potencial de suministro de materiales avanzados es incluso mayor en comparación con el de las materias primas constituyentes, como los minerales y los metales”, dice un informe de la Comisión Europea.
Volkswagen y la empresa emergente alemana Revoltech han comenzado a investigar formas en las que el cáñamo industrial podría utilizarse para desarrollar una enorme variedad de materiales sostenibles. Uno de los objetivos del proyecto es crear un material que esté disponible para su uso en los modelos de Volkswagen en 2028.
Ha sido uno de los anuncios escuchados en la reciente edición de la Plastic Waste Free World Expo en Colonia, un evento que está desprendiéndose de cualquier aura circunstancial y empieza a cobrar valor estratégico. Que se lo digan también al prestigioso concurso de innovación en envases De Gouden Noot (“La nuez de oro”), el más competitivo del mundo, creado en 1958 por Netherlands Packaging Centre.
Uno de los tres ganadores este año ha sido Berlin Packaging por su solución BUNCKER Pro Line Heavy para el almacenamiento y transporte seguro de ¡baterías de litio!, quién lo hubiera imaginado hace una década. Nuez de oro para ellos. Entre los finalistas del concurso, el dispensador Heinz EazySauce, con el que Kraft Heinz pretende sustituir el uso de sobres de plástico de un solo uso en los restaurantes.
Pero si un sector está demostrándose especialmente inquieto en la búsqueda de nuevos materiales alternativos al plástico es el de productos de belleza, según se ha podido ver en Colonia. ¿Por qué?
Superga Beauty ha presentado en el certamen de packaging creativo Luxe Pack Monaco sus últimas creaciones en colaboración con Cosmogen, PREMI Industries y GBC. Su planteamiento es que el mercado de los perfumes ha despegado desde la pandemia y se ha vuelto cada vez más diverso, en particular entre las generaciones más jóvenes, que lo consideran un factor de bienestar, confianza y una declaración de personalidad.
La Generación Z prefiere sistemas de aplicación diferentes a los tradicionales sprays como roll-on, lápices, barras o boquillas de espuma, y los métodos de uso y las texturas del perfume se tienen que adaptar al arte de la superposición. Las marcas han reaccionado con nuevas soluciones de embalaje, formatos móviles y sistemas de aplicación de uso continuado. Todo ello, debe ser sostenible y reciclable.
Avon International entregó a Aptar Beauty el premio ‘Partner beyond Limits’ por el rediseño de su embalaje Micro airless, en el que sustituye las materias primas por un 44 % de resina reciclada posconsumo (PCR) y elimina el estampado en caliente de plata para mejorar la reciclabilidad. La huella de carbono se ha reducido en un 27,6%.
La carrera de los materiales da lugar a colaboraciones estelares, como la de la empresa química Avantium NV con Parfums Christian Dior y la Maison del Grupo LVMH. El objetivo de es que Dior implemente el polímero PEF (furanoato de polietileno) de Avantium (llamado Releaf, que es 100% vegetal) en el diseño de su embalaje. Se trata de una novedad en la industria cosmética con el morbo añadido de que se produce en el marco de la alianza de LVMH y Avantium.
Fuera de las marcas de belleza también hay enorme movimiento. Nestlé inició su transición hacia los envases de papel en 2022 y ha evitado, gracias a ello, el envío de más de 2.000 millones de envoltorios a los vertederos. Acaba de lanzar una nueva caja con Smurfit Westrock que se venderá en algunas tiendas Tesco junto a la de plástico original. Ambas tendrán el mismo peso de bombones.
La sueca Tetra Pak y la francesa Lactalis han creado un envase de cartón fabricado a partir de polímeros reciclados certificados procedentes de envases de cartón para bebidas usados en España. Lo presentan como un avance impresionante. El envase se puede certificar porque mezcla materias primas fósiles vírgenes recicladas (que pueden ser rastreadas) y no recicladas.
Los grandes cambios comienzan por las pequeñas cosas, como el envase de un perfume o el volante de cáñamo de un coche. Todas valen para un mundo en el que habrá que aprender a sacarse las castañas del fuego uno solo. Trump puede convertirse, en ese sentido, en toda una palanca de innovación… para escapar de él. Y Elon Musk llama idiotas a los que han diseñado el F-35, así vamos.