Pregunte a la persona que tengan más cerca. Pídanle que, sin pensarlo demasiado, les diga cinco nombres de compañías aéreas. Lo más probable es que la primera sea Iberia y Ryanair sea también una de las nombradas. Quizá por veteranía y porque parece que siempre ha estado allí, Air France sería otra de las recordadas. O Lufthansa, KLM, Delta y de vuelta a compañías con sede en España, quizá Air Europa.

Lo que es casi seguro es que Wamos Air no estará en esa lista de compañías aéreas que a uno se le viene a la cabeza. Es una gran desconocida, aunque tiene una flota notable, formada por una decena de aviones de largo radio que viajan, literalmente, por todo el planeta. ¿Y por qué es poco conocida si vuela con diez A330 a casi todos los continentes? Pues porque ejerce de señor Lobo de la aviación comercial.

Por si el concepto no les es familiar, Winston Wolfe era un personaje de la magistral Pulp Fiction, película que Quentin Tarantino dirigió en 1994. Conocido por Mr. Wolf o Sr. Lobo e interpretado por el gran Harvey Keitel, este se dedicaba a resolver problemas. Lo hacia bien, rápido, de manera profesional y con ello hacia negocio. “Estoy a 30 minutos de allí, llegaré en 10”, es su primera frase en la película donde tenia que sacar de un entuerto notable a John Travolta y Samuel L. Jackson.

ACMI y Wet Lease

Volvamos a la aviación: con todas las distancias, Wamos Air es una compañía aérea que se dedica a eso: resolver problemas de otras aerolíneas. ¿Y cual es el principal problema de una empresa de transporte aéreo? Pues fácil: no disponer de aviones ni tripulaciones suficientes como para cubrir sus necesidades. Y es ahí donde aparece Wamos: para apoyar la operación de diferentes compañías en momentos puntuales. Pueden ser unos días, durante semanas o temporadas enteras para cubrir picos de demanda, retrasos en la entrega de aviones o cualquier otra circunstancia que una aerolínea no pueda cubrir en propio. Es entonces cuando tiene que recurrir a aviones y tripulaciones de terceros. Y en eso, esta compañía española es una de las más importantes del mundo.

La compañía luce esta imagen desde hace diez años, cuando dejó atrás su antiguo nombre: Pullmantur Air.

Los contratos que firma con las empresas a las que da servicio son o bien en Wet Lease, en que el arrendador, en este caso Wamos, facilita el avión con tripulación para volarlo y el arrendatario cubre el resto de los gastos de operación. El otro tipo de contrato es el ACMI, en el que quien se hace cargo del alquiler cubre, además, el mantenimiento y los seguros. De ahí las siglas que significan: aircraft, crew, maintenance, insurance.

Ahora mismo

Mientras escribo esto, un jueves 16 de mayo por la mañana, sus 10 aviones tienen asignación: seis están volando para Saudia, la aerolínea nacional de Arabia Saudí, que, aun teniendo una flota cercana a 150 aeronaves, necesita de refuerzo extra para cubrir todos sus vuelos regulares y chárter. La peregrinación a La Meca y Medina están detrás de este incremento, hasta el punto en que, si generalmente son tres los aviones que Wamos opera de media para la compañía árabe, estas semanas seis de sus diez aviones están basados allí.

Al mismo tiempo, los pasajeros de Air Europa que vuelen de Madrid a Nueva York estas semanas volarán en uno de sus A330. También vuelan con ella quienes viajan con TAP entre Lisboa y Fortaleza, Brasil. Un avión de Wamos opera en exclusiva esta ruta para la portuguesa. El octavo avión ha volado estos días para la operadora turística TUI varios servicios entre Canarias y Alemania, mientras que el ultimo vuela estos días para Level, a su vez filial de Iberia, en su nueva ruta entre Barcelona y Miami. Quienes vuelen hacia Florida ahora, lo harán en un A330 que unos días atrás volaba para la francesa Star Air entre Paris y Abidjan, en Costa de Marfil.

Y así están estos días los aviones y sus tripulaciones: siempre volando para terceros y resolviendo sus problemas de capacidad en Indonesia, Brasil, Arabia Saudí, Alemania, Estados Unidos, España…

Un asiento de clase Business del Airbus matriculado EC-NTX, el que TAP tiene arrendado a Wamos para volar desde Lisboa a Fortaleza.

Una compañía interesante

Una compañía no es tan solo un conjunto de aviones y sus empleados, sino sobre todo una experiencia y la superespecialización en un mercado concreto. En lo suyo, Wamos, es muy buena. Esa capacidad y flexibilidad de poder basar sus pilotos, auxiliares de vuelo, técnicos de mantenimiento (de ser necesarios) y aviones en cualquier aeropuerto del mundo para arrancar una operación de apoyo o refuerzo a otra aerolínea o realizar vuelos a la demanda de todo tipo a cualquier lugar, tiene un valor enorme.

Y eso es en lo que ha puesto sus ojos el Abra Group, holding basado en Londres, dirigido por Constantino de Oliveira JR y Adrian Neuhauser. Estos quieren realizar una inversión estratégica para convertirse en accionistas de referencia de Wamos. Quizá Abra no les suene, aunque si les resultarán más familiares los nombres de las compañías propiedad de este holding: Avianca y Gol. La primera, colombiana, es una clásica de Latinoamérica. Fundada en 1940, tiene actualmente 120 aeronaves y una buena red interior e internacional. Gol Transportes Aéreos, nombre muy apropiado para una aerolínea brasileña, fue la compañía que revolucionó el transporte aéreo en ese país desde su fundación hace 24 años. Actualmente opera una flota de 125 Boeing 737.

En el caso colombiano, Abra es accionista mayoritario y en el brasileño es uno de los de referencia. Con su inversión en Wamos, el holding se apoyará en una tercera pata muy flexible en un win win notable para ambas partes: la española podrá seguir creciendo y el grupo multinacional tendrá un valioso activo en su haber.

Wamos sube un escalón más de una historia que se remonta a unos tiempos y marcas que posiblemente si recuerden: inicialmente la compañía se llamó Pullmantur Air y fue una de las marcas del grupo turístico Marsans. Arrancó como chárter pura, operando vuelos para su propio grupo turístico de hoteles y cruceros en modo de paquete todo incluido de transporte, traslados y estancia. También apoyó las operaciones aéreas para cruceros de terceros, como la Royal Caribbean, que acabó siendo una de sus accionistas. Aprovechando su experiencia en vuelos de largo radio, también comercializó en propio, durante algunos años, vuelos regulares desde Madrid a dos destinos clásicos en México, Republica Dominicana y Cuba: Cancún, Punta Cana y Varadero

Ser tripulante de esta compañía supone tener una flexibilidad total para estar basado temporadas allá donde se haya alquilado el avión.

Con la caída del grupo Pullmantur, la aerolínea se salvó, cambió de accionistas y el nombre pasó al actual, que durante años lucieron sus célebres Boeing 747, cuatrirreactor de dos puentes del que fue el último operador en España. Ahora tiene una flota formada integralmente por aviones bimotores de largo radio fabricados por Airbus, quizá menos carismáticos que los Jumbos, aunque de operación infinitamente más económica.

Con estos aviones y un personal muy, muy solvente dirigido por Enrique Saiz, esta aerolínea poco conocida en general, aunque muy valorada en el sector, ejerce de Señor Lobo por el mundo. Lo debe estar haciendo bien. Tan bien, como para que dos figuras de la aviación como Oliveira JR y Neuhauser hayan puesto su interés en ella.