Opinión David Ruipérez

Jaén, láseres y hélices de barco

Meltio está apostando por el desarrollo de soluciones tanto de software como de hardware en su voluntad de hacer sencillo el proceso de fabricación de piezas 3D en metal.

Si hablamos de tópicos sobre la incapacidad de los españoles para la producción científica o industrial a todos nos viene a la cabeza el mítico “Qué inventen ellos” de Unamuno. Se lo dijo a Ortega y Gasset y luego en El pórtico del tiempo precisaba más: “y nosotros nos aprovecharemos de sus invenciones. Pues confío y espero en que estarás convencido, como yo lo estoy, de que la luz eléctrica alumbra aquí tan bien como allí donde se inventó”. Pero siempre hay excepciones que nos sacan del turismo, los servicios y las tiendas de ropa y un ejemplo nos lleva a poner la mirada en Linares.

En este municipio de Jaén, tierra de olivar por excelencia, resuenan los ecos de aquella emblemática factoría de Santana Motor –cerrada hace más de una década y que supuso un golpe letal para el empleo en la zona– y a la vez emergen inesperados actores en el panorama industrial español. Aunque no pueden ofrecer el volumen de empleo de una factoría automovilística sí están creando puestos de trabajo de alta cualificación, empleo joven y de calidad, de ese que parece que sólo se puede encontrar en los polos económicos como Madrid o Barcelona. De hecho, en ocasiones, el establecimiento de una empresa potente en una zona deprimida genera un foco de atracción para otras compañías del mismo sector. La multinacional a la que nos referimos es Meltio, que nació en 2019 como una joint venture entre Additec, una compañía tecnológica de Las Vegas (EE UU) y Sicnova, líder en distribución de equipos de impresión 3D.

Cuando el ciudadano corriente piensa en la impresión 3D muchas veces le viene a la cabeza que el primo de no se quién hace llaveros o botes para lápices con una máquina doméstica y unas bobinas de hilo de plástico. O, como mucho, sabe que sirve para desarrollar modelos a escala de arquitectura o maquetas o incluso le suena su expansión en el campo de la ortopedia o de la biomedicina. Poco más.

Sector en auge

Sin embargo, la fabricación de piezas por adición de capas de metal conjuga la libertad de poder crear cualquier pieza y objeto original de forma sencilla, mejorar los diseños preestablecidos o alumbrar unos nuevos más eficientes, que cumplan mejor con su cometido, desde una enorme hélice de barco al compresor de un motor. Y usando para ello, ya sea un prototipo o una producción industrial, materiales como acero, titanio o inconel, que es una especie de aleación con base de níquel y cromo. La demanda de procesos de fabricación rápida de componentes mediante la técnica de la soldadura es común a muchas industrias como la aeroespacial, minería, naval, militar y, por supuesto, la automoción, entre otros.

Es evidente el ahorro de tiempo –y, por tanto, dinero– que puede suponer una –o muchas– máquina “esculpiendo” metal frente a fundirlo en un molde o emplear métodos de soldadura tradicional. Otra ventaja de la expansión y democratización de esta tecnología es la fabricación de las piezas metálicas allá dónde se necesiten, es decir, con un menor impacto ambiental y con una cierta capacidad de reindustrialización de EE UU o Europa.

Datos

De hecho, algunos análisis y proyecciones auguran un desarrollo muy importante de este sector, con una tasa de crecimiento anual compuesto de entre un 18 y un 25% hasta alcanzar en el horizonte 2030 un valor de mercado superior a los 22.000 millones de dólares.

Meltio está apostando por el desarrollo de soluciones tanto de software como de hardware en su voluntad de hacer sencillo el proceso de fabricación de piezas 3D en metal y hacer más accesible esta tecnología a empresas de tamaño intermedio. Siempre supone una buena noticia que empresas tecnológicas florezcan en nuestro país, y más si es en provincias que requieren un impulso como Jaén. Ojalá sea un imán para otras compañías.

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