Airbus está trabajando en varios modelos eléctricos, como el Vahana aún en prototipo. (Foto: Airbus)

La feria ILA Berlín, el principal evento europeo sobre aviación del futuro, abrió sus puertas por primera vez en 1909 y, desde entonces, se ha topado en infinidad de ocasiones con la sorpresa. De modo que cuando la startup Neurospace tomó el escenario en su edición de finales de junio y presentó su vehículo lunar CubeR, no cundió el pánico. ¡Hay que pensar ya en cómo nos moveremos por la Luna! Entre sus promotores están la TU (Technische Universität) de Berlin y Berlin Partner, o sea que lo van a intentar en serio.

Neurospace está barajando impulsar estándares para reducir el coste del desarrollo de su proyecto. Todos los componentes de CubeR serán commercial of the shelf (COTS) y los satélites CubeSat se podrán convertir en rovers lunares haciendo escasas modificaciones. En la innovación, muchas veces la clave es golpear primero. Y abrirse a todos los mundos posibles, sin perder de vista ninguno.

Ferrovial lleva un par de años posicionándose como una de las empresas que quiere hablar con voz propia en el segmento de los velipuertos, las futuras infraestructuras para despegar y aterrizar en vertical en entornos urbanos. Ha anunciado instalaciones en Reino Unido y Florida (EE UU). Acciona también quiere sumarse a la corriente. La tecnología la aportan, en el caso de la empresa que preside Rafael del Pino, la startup alemana Lilium, el centro vasco Tecnalia y, cómo no, Airbus.

La clave es que el tiempo para tomar posiciones en marcha y tomar la iniciativa sigue corriendo. A principios de año, la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) presentó su nueva normativa para pistas de aterrizaje de taxis voladores y de ello se habló en ILA Berlín con naturalidad.

Airbus está trabajando en varios modelos eléctricos, como el Vahana aún en prototipo, que puede volar sin tripulación, y el CityAirbus. Pero necesita asegurarse también la participación en las infraestructuras de aterrizaje, de ahí su interés por socios como Ferrovial. Su división de Urban Mobility está a cargo ya en Bavaria de un proyecto de vuelos eléctricos interurbanos. Según ha dicho en Berlín, el futuro pasa por agrupar vertipuertos, un modelo que ha demostrado enormes posibilidades en Sao Paolo (Brasil).

Golpear primero es clave en un sector muy revolucionado. España tuvo su minuto de fama en ILA Berlín al protagonizar… el anuncio de la compra de veinte cazas de combate Eurofighters. Unos días antes, el presidente Pedro Sánchez había presentado un Perte del sector aeroespacial que lleva aparejada la creación de una Agencia Espacial Española. Pero visto lo visto en ILA Berlín, habrá que darse prisa si queremos subirnos a esta dinámica sin tener que pagar el peaje tecnológico a terceros.

Otros países también están apretando el acelerador. En la región de Sajonia-Anhalt, el Centro Aeroespacial Alemán (DLR) está poniendo en marcha un centro de prueba nacional para sistemas de aeronaves no tripuladas (UAS). En ILA Berlín la atención se dirigía hacia dispositivos innovadores como Volocopter, el Rolls Royce Spirit of Innovation totalmente eléctrico o el Apus i-2 impulsado por hidrógeno.

Uno tras otro, los comisarios europeos que fueron desfilando por la feria expusieron sus planes para el aire y el espacio. Hay que conseguir, fue el objetivo más repetido, la neutralidad climática de la aviación para 2050. Una de las formas de medir la capacidad de nuestra industria aeroespacial para coger el ritmo de los tiempos será, en efecto, su protagonismo en iniciativas como la Alliance for Zero Emission Aviation incluida en el programa ‘Fit for 55’ de la Comisión Europea. Habrá que estudiarse el informe “Fly the Green Deal” del Consejo Asesor para la Investigación Aeronáutica en Europa (ACARE). De momento, la Luftwaffe alemana presume de avión de carga A400M, de Airbus Military, que opera parcialmente con combustibles sintéticos.

Cuando le pregunté recientemente a Agustín Sáenz, director de Estrategia, Mercado y Tecnología de Tecnalia, qué había aprendido el centro de su participación en el aerotaxi de Lilium me contestó: “El principal aprendizaje es pensar a lo grande y que no hay límites. A veces, de saque, entramos a los proyectos casi cohibidos, un poco de complejo de inferioridad, por esa falsa modestia o timidez científico-tecnológica en España, pensando que no vamos a poder hacer cosas de primer nivel mundial. Y para cuando nos damos cuenta ya se nos ha pasado la oportunidad”. ¿Vehículos en la Luna? ¿Por qué no?