Hay pocas cosas que estén tan fuera de contexto como ir en pantalón corto a un funeral. A lo sumo, quizá, añadirle una camiseta sin mangas, de esas cuyo porcentaje de éxito es el mismo que el de Toni Cantó en política. Vamos, que a casi nadie le quedan bien. Pensaba que nada podía superarlo, hasta que leí a mi amigo y eterno jefe Manu Quiroga el otro día en Twitter: “Hay que hacer un botón nuevo en Tuiter [sic]. Me sigue pareciendo desconcertante el ver ‘A XXX le gusta esto’ con noticias de defunciones de algún personaje o ahora con imágenes dramáticas en Ucrania, por ejemplo”. Y me puse a pensar en la razón que tenía.
Twitter ofrece, básicamente, cuatro alternativas. La primera, el corazón, que representa el “Me gusta”; la segunda, el comentario sobre la publicación en cuestión, que suele servir para contestar; el tercero, el retweet, que básicamente vale para compartir con tu comunidad lo que la otra persona ha dicho; finalmente, puedes citar la publicación con un comentario, generalmente para hacer una valoración más sesuda. La segunda y la cuarta permitirían expresar emociones variadas, pero un comentario compromete mucho. Además, en muchísimas ocasiones, lo que uno quiere básicamente es mostrar todo lo contrario al disfrute, pero sin necesariamente tener algo que decir. Con lo que no hay una función para hacerlo.
Esta semana Twitter está lleno de vídeos tan duros como tristes y, la verdad, entiendo menos que nunca la inexistencia de una manera de mostrar mi desagrado sin tener que incluir un comentario. Sé que es iluso pensar en incluir un “No me gusta” en esta red social, algo que terminaría convirtiendo cualquier publicación en una encuesta, que acabaría por disuadir la inversión de las marcas y pondría de manifiesto que escondemos más bilis que un retrete de una discoteca a las 6 de la mañana, pero la realidad es que es extraño decir que te gustan vídeos de niños huyendo de su hogar en un tren o la muerte de un cantante o un actor. Te entiendo perfectamente, podríamos no hacer nada con esas publicaciones y problema solucionado, pero hay veces en las que uno quiere sumarse a una corriente de lamento, por muy pueril que pueda parecer.
Porque no echo de menos este botón para criticar, que para eso ya dispongo de los comentarios; lo echo de menos para lamentar. Seguro que en Twitter ya han pasado por esta reflexión decenas de veces, pero se me ocurre algo muy sencillo que evitaría que la red se llenase de más odio, pero que representase de forma más fiel lo que queremos decir. Si el “Me gusta” se da con un corazón, ¿por qué no ofrecer la oportunidad de dar el mismo corazón, pero roto? En semanas como ésta, un botón así haría que no fuese tan raro ver tantos “Me gusta” junto a contenidos tan tristes. No quiero seguir yendo en pantalón corto a ningún funeral.
Feliz lunes y que tengáis una gran semana.