Opinión Carmen Jordá

Frank Williams

El director de la escudería británica Williams de Fórmula Uno, Frank Williams, en el garaje del equipo Williams durante el Gran Premio de Singapur 2008 en el circuito urbano de Marina Bay, Singapur, el 27 de septiembre de 2008. (Foto: Darren Heath/Getty Images)
El director de la escudería británica Williams de Fórmula Uno, Frank Williams, en el garaje del equipo Williams durante el Gran Premio de Singapur 2008 en el circuito urbano de Marina Bay, Singapur, el 27 de septiembre de 2008. (Foto: Darren Heath/Getty Images)

La Fórmula 1 es un mundo muy complejo en el que intervienen muchos factores no sólo para ganar, también para simplemente estar y poder competir entre los mejores. Sólo poder formar parte de ellos ya es un éxito. Y no os podéis imaginar lo importante que fue Frank Williams para este deporte, desde su época como piloto a, sobre todo, su trayectoria como Team Principal de su propio equipo Williams. Un equipo histórico que ha tenido a grandes pilotos, de los más importantes en la parrilla y que se ha mantenido gracias al empeño y la pasión de Frank.

Me dio mucha pena conocer la noticia de su pérdida, no sólo por su persona, también por su rol dentro de la Fórmula 1 y por todo lo que ha significado. Él vivía por y para las carreras y cuando ya no pudo encargarse más de su equipo delegó en su hija para que pudiera continuar el legado. Él seguía en primera línea y el estar en silla de ruedas nunca fue un impedimento para viajar a todas las citas, y eso dice mucho de él, de su carácter y su fortaleza. Él era feliz en el garaje, en el paddock, siguiendo el Gran Premio in situ, era una persona reservada, pero lo veías sonriendo y feliz cuando estaba en el box y siempre pendiente del trabajo de los ingenieros, los mecánicos y por supuesto los pilotos. Y eso sólo se consigue con pasión, con un trabajo obsesivo a pesar de que el equipo no fuera el de los noventa donde se consagró entre los históricos junto a McLaren y Ferrari.

La mayoría de gente no sabe lo sacrificado que es estar en las carreras, no sólo como piloto, como jefe de equipo, como gestor teniendo que controlar todo, presupuestos, piezas del monoplaza y organizar la estructura. Y los que llegan a mayores dentro de la competición es porque son verdaderos enamorados de las carreras. Como Bernie Eclestone con el que vi el pasado Gran Premio de Brasil. No se pierde una carrera y siempre está pendiente de todo. Frank era así y amaba el deporte y trasladó esa pasión a su hija, quien finalmente se encargó del equipo

Es importante destacar que no le dio el poder a sus hijos, lo hizo a su única hija con la que más compartió su amor por los coches. Con Claire Williams también he podido compartir tiempo con ella y es una verdadera apasionada de las carreras. A mí a los diez años me subieron en un coche y a ella la enseñaron a gestionar un equipo. Esa pasión también me la trasladó mi padre, recuerdo que en nuestro barrio vivía la madre de Heinz Herald-Frentzen quien nos invitó al Gran Premio de España y ahí seguramente vi por primera vez a Frank. Era muy pequeña, pero recuerdo que alucinaba con los pilotos, Hakkinen, Schumacher. Ahora hay cada vez más gente joven en la competición y lo celebro, pero personas como Nikki Lauda y Frank Williams son las leyendas que han forjado este deporte y por eso la Fórmula1 tiene tanta relevancia. Fueron y siempre serán personas muy respetadas, igual que Bernie Eclestone, Ron Dennis y el Dr.Marko por ejemplo. 

Justo he firmado con De Tomaso, mi nuevo equipo, quien trabajó con Frak Williams en los setenta y me alegro que todo esté relacionado de alguna manera y gire en torno a la esencia de las carreras. El equipo Williams es un histórico y ahora le ha servido a Russell para llegar a Mercedes y ojalá el equipo vuelva a ganar como aquella última vez de la que siempre me habla Pastor Maldonado, cuando llevó a Williams a lo más alto del podio precisamente en el Gran Premio de España. Sin duda Frank Williams es uno de los grandes cimientos de este deporte que tanto amamos y sólo podemos agradecerle que lo haya dado todo por su pasión.   

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