Opinión ANDRÉS RODRIGUEZ

¿No sabes qué regalarle? Algunos consejos para una navidad pospandémica.

“No sé que regalarte” es un buen eslogan si te quieres imprimir una camiseta.

Hay otros claros: “Las enfermeras lo hacen mejor” que usó Robert Plant con Led Zeppelin sobre el escenario, y el lector se preguntará: ¿hacen mejor, el qué?; “Sígueme que me he ido de copas con Elvis” que se puso Slash; “Ante todo mucha calma” de Siniestro Total o la de Blondie, “Jesús se parece a mí”. “No sé que regalarte” mola como camiseta, pero que te lo diga tu chica mola muy muy poco.

A continuación diez propuestas para regalar a los hombres que te rodean ya tengas bolsillos con agujero al fondo o para regaladores con presupuesto, pero sin ideas propias. Lean y enciendan su Apple Pay, Tim Cook lo agradecerá.

8 euros. ¿Un cepillo de dientes vintage? Exacto. No se si limpia mejor, pero te decora el baño. Acca Kappa, la marca italiana (Treviso 1869) fundada por la familia Krüll, vende uno color marfil que es mi favorito. Por su precio te sirve para regalar si tienes muchos amigos. No pienses que regalar un cepillo de dientes es cutre, este tiene historia. Por supuesto de distintas durezas y cerdas naturales. Yo ya tengo uno.

15 euros. Alphabetics. El alfabeto, ilustrado por Dawid Ryski, para la línea infantil de la editorial Gestalten. ¿Para pequeños? Me pido ser pequeño. Delicioso. Si se te olvida que es un libro podrías comértelo.

45 euros. Telescopio de la NASA. No sé cuál de las dos palabras es más importante si telescopio o NASA, pero me inclino por NASA. Por ese precio -que además incluye el trípode- me parece un regalo imbatible. Lo encuentras fácilmente en Amazon y puede ser un primer regalo para saber si te estrellarás en tu nueva relación o, por el contrario, acabaréis contando estrellas juntos.

50 euros. El cepillo Yure, diseñado por el estudio del japonés Makoto Koizumi, soy muy fan de sus objetos, fabricado con madera de ciprés y pelo de caballo es un regalo elegante que no compromete porque su precio es más que razonable. Lo encontrarás en nalatanalata.com Si te parece poca cosa una buena propuesta sería encadenar como hilo conductor varios objetos diseñados por Koizumi.

75 euros. Unas Hawaianas, edición limitada para Highsnobiety, el portal de tendencias del momento. Inspiradas en el tradicional calzado japonés Zori de suela cuadrada pero eso sí en formato brasileño hawaiano. Diseñadas por Slavs and Tatars, el colectivo de arte berlinés -@slavsandtatars-, molan todo, pero lo malo es que si el que te las mira no controla mucho pensará que son del chino de la esquina. Made in China, pero para hacer flip flop cuando camines en casa.

129 euros. Un par de zapatillas SAYE Modelo 89. En estos tiempos en los que ya no se trata de calzar la zapatilla correcta sino de ser el primero en descubrir al editor de zapatillas SAYE es la marca. Fabricadas en Europa, olvida las VEJA aunque estén nuevas y apunta este modelo. SAYE son veganas. ¿Unas zapatillas veganas? Quiere decir que están hechas con un material extraído de cactus, bambú y algodón orgánico. No lo he comprobado, es lo que dice su editor, pero la historia ya justifica al menos la mitad del precio.

135 euros. Plato de corcho, pero de Vitra eso sí, para dejar las llaves de la nueva Royal Enfield Classic 350 (este también puede ser un regalo, pero recuerda que viene con un solo asiento). Reconforta que la piel del alcornoque siga siendo tan preciada, ya sea para tapar un Vega Sicilia o en la suela de unas Birkenstock, todo depende quién lo diseñe. Esta bandeja es de Jasper Morrison (62), uno de los grandes del diseño inglés. Si en vez de Vitra lo compras en la página web de Morrison -visitar su estudio/tienda en Londres es una de mis experiencias favoritas- quizá te lleves más cosas.

200 euros. Una vela de Tom Dixon que se llama “Agua”, si eso es. Aunque no te lo creas el impulso de compra de este regalón es el olor. Importa que te puede salvar una cena. Si no te apetece gastarte tanto también lo tienes en difusor, pero la cena no te la salva. Tom Dixon nunca defrauda. Su juego de té y café es uno de sus mejores diseños aunque tendrás que ir a Ebay porque ya no se fabrica.

790 euros. Raquetas de Ping Pong de Tiffany. Fabricadas en piel y madera de nogal tienen una pega: no son aptas para daltónicos. El color azul ¿o es verde? Si eres federado al Tenis de Mesa no son para ti claro porque no te gustará que se te estropeen. ¡Ah, la pelota es blanca pero pone Tiffany!

1199 euros. La Olympus Pen F con 3 objetivos – a mí me gusta el 30/1.8- y zoom en piel es más una cámara de paseo que el mejor modelo en tecnología que puedas conseguir. Las cámaras para pasear son uno de los segmentos que más crecen entre los fabricantes. Ya lleva dos años en el mercado, pero a mí me sigue pareciendo un buen regalo. Si te gusta más el modelo metálico puedes conseguir una por menos de 800 euros. Cuestión de presupuesto. La cultura retro hace años que lo invadió todo, también la fotografía, que no te olvides no es el arte de sacar el móvil y disparar a diestro y siniestro. Un móvil es un teléfono aunque cada vez se cuelgue más a menudo. Una cámara de fotos es otra cosa.

1200 euros. Braun Audio LE01. Braun sin Dieter Rams pero imitando a Dieter Rams. Basado en el altavoz LE de 1959 la idea no es mala. Ebay está lleno de productos de Braun diseñados por el maestro, el hombre al que Steve Jobs le debe casi todo porque sin su inspiración Apple estaría sin identidad. Braun por fin se ha decidido a comercializar de nuevo audio. Fue una marca a tener en cuenta en los ochenta y los noventa y ahora regresa con una serie de altavoces sin cables que si bien no te educarán el oído profundizan en la ruta que la marca de amplificadores Marshall ha hecho en el último quinquenio. La propuesta tiene un diseño exquisito. A mí la idea que más me gusta es comprar dos con los soportes verticales y conectarlos en serie. Tenerlo de mesa en horizontal me parece más aburrido.

1590 euros. Mochila Gucci Off The Grid de Nylon Azul. Yo la regalaría no para ir a la montaña sino para ir al trabajo si no quieres parecer el director general. Del precio total el 80% lo pagarás por la exclusividad de la marca, el 10% por el nylon y el otro 10% por la bolsa de papel gigante en la que entregarás el regalo. Puedes elegir entre negro, que mola menos; naranja, muy sucia o rojo Telepizza. Yo metería dentro un vale para ir a ver cómo Patrizia Reggani orquestó el asesinato de Maurizio Gucci, y así poner el regalo en su contexto.

2450 euros. El primer altavoz de Louis Vuitton, el Horizon Light Up. Recomendado para amantes de los logos, inspirado en el bolso Toupie, en metal y piel clara, emite además de canciones varias versiones digitales de las flores Monogram. Si te da por regalárselo a alguien yo lo acompañaría con una suscripción de Tidal porque Spotify comprime los archivos demasiado. Si lo dejas en el dormitorio te da caché y si te presentas a una fiesta en casa de alguien, que aún esté en los portátiles de Bose, lo que darás es envidia. Mucha envidia.

58.000 euros. Los altavoces JBL K2 S9900 son probablemente lo mejor en audio que uno pueda encontrar, aunque este título podría perder su valor en cualquier momento. No se te ocurra regalarlos a alguien que no lo aprecie. Si unos altavoces – 3 vías de 15”- cuestan lo que un coche preocúpate que el resto de los componentes de la cadena, amplificadores, platos, reproductores de cds o conectores de streaming estén a la altura o eso mejor, que lo regale otro. Ah, y que tenga sitio en casa -1,25 m x 56 x 35 cm y 82 kg de peso cada uno- que sino cambiar de casa aún le costará más.

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