El escultor Jaume Plensa ha ingresado este domingo en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, que le ha otorgado la medalla número 37, con su discurso ‘Del yo al nosotros’ construido a partir de textos que ha ido escribiendo a lo largo de los años comprendidos entre 1990 y 2024.
Plensa nació en 1955 en Barcelona, donde estudió en la Escuela de Arte y Diseño Llotja y en la Escuela de Bellas Artes de Sant Jordi.
Desde 1980, año de su primera exposición en Barcelona, el escultor fue profesor en la Escuela Nacional Superior de Bellas Artes de París y colabora regularmente con la Escuela del Instituto de Arte de Chicago como profesor invitado. También ha impartido numerosas conferencias y cursos en otras universidades, museos e instituciones culturales de todo el mundo.
Plena expone con regularidad en algunos de los más prestigiosos museos, centros de arte y galerías de Europa, América y Asia, y ha sido galardonado con destacados premios nacionales e internacionales: Medaille des Chevaliers des Arts et Lettres de Francia (1993), Premio de la Fondation Atelier Calder (1996), Premi Nacional de Cultura d’Arts Plàstiques de la Generalitat de Catalunya (1997), Doctor Honoris Causa por la School of the Art Intitute de la Universidad de Chicago (2005), Mash Award for Public Sculpture (2009), Premio Nacional de Artes Plásticas (2012), Premio Nacional de Arte Gráfico (2013), Premio Velázquez de Artes Plásticas (2013), Premio Ciudad de Barcelona (2015), Doctor Honoris Causa por la Universidad de Barcelona (2018) y por la Universidad de Notre Dame (2024).
La obra de Jaume Plensa no se explica sin la experimentación de nuevos materiales. A partir de 1986 comenzó a trabajar con cristal, resinas, agua, luz y sonido. Una faceta importante de su producción artística se desarrolla en el campo de la escultura en espacios públicos, con obras en ciudades de España, Francia, Japón, Inglaterra, Corea, Alemania, Canadá, Estados Unidos… A diferencia de la concepción del monumento como volumen colocado en un espacio urbano, Plensa concibe sus esculturas con una escala y unas dimensiones en consonancia con la escala del entorno arquitectónico. La escultura urbana deja de ser una referencia monumental, concentrada, para convertirse en un componente arquitectónico en sintonía con la ciudad, donde importa la interacción con el sujeto. Cuando realiza una escultura de grandes dimensiones, Plensa no se limita a aumentar progresivamente la escala hasta llegar al tamaño deseado. Cada aumento de dimensión requiere un planteamiento de la escultura al nuevo tamaño. De ahí su sensación plástica de ataraxia, una serenidad bella, clásica.
The Crown Fountainen el Millennium Park de Chicago ha sido uno de sus grandes proyectos, y sin duda uno de los más reconocidos. En 2005 realizó Breathing para la BBC de Londres; en 2007, Conversation à Nice en la Place Masséna de Niza; al año siguiente, Alma del Ebro para la Expo Zaragoza; en 2009, Dream en St Helens; World Voices (Dubai), Ogijima’s Soul (Ogijima) y Awilda (Salzburgo) en 2010; Tolerance para la ciudad de Houston y Echo en The Madison Square Park (Nueva York), luego en el Seattle Art Museum, en 2011; Mirror en la Universidad de Houston y Olhar nos meus Sonhos en Rio de Janeiro en 2012; al siguiente año, Wonderland en la ciudad de Calgary; en 2018, Julia en la Plaza Colón de Madrid…
Desde hace más de cuatro décadas, la obra de Jaume Plensa se impone por la diversidad de sus formas de expresión, bien sean esculturas de grandes dimensiones, encargos públicos, escenografías y vestuarios para ópera, o de la parte más íntima constituida por dibujos, estampas, libros de artista y múltiples sobre papel. Esta pluralidad creativa, así como la ambivalencia de los significados que impregnan su obra, se inscriben en una estrategia de redefinición de la funcionalidad artística, articulada en torno al signo, la palabra y el cuerpo.