Dídac Costa es uno de los navegantes más meritorios y menos ruidosos de la vela mundial. No entrará en los libros de historia por los récords de velocidad, pero sí por un espíritu que le lleva a completar travesías muy especiales envueltas en un halo de dificultad muy atractivo. Primero se convirtió en el primer español en completar dos veces la Vendée Globe, la vuelta al mundo a vela en solitario y sin escalas, algo que solo han logrado otros 21 seres humanos. Y ahora se han propuesto junto a Guillermo Cañardo cruzar la Patagonia de norte a sur en un patín catalán, un barco que, por sus características, no está diseñado para este tipo de travesías.
La idea de esta expedición, que Didac Costa describe como un «sueño maravilloso«, surgió hace aproximadamente un año. Sin embargo, la semilla de esta aventura se plantó mucho antes. Didac recuerda una travesía en patín por el Mediterráneo hace unos diez años, que le hizo descubrir el potencial de este tipo de embarcación para viajes largos y autónomos. «Un amigo me propuso ir a navegar en un patín por el Mediterráneo y fuimos hasta Italia. Me gustó mucho, me lo pasé muy bien».
La Patagonia, con su intrincada red de fiordos e islas, siempre le pareció el escenario ideal para un desafío de esta magnitud. Cuando decidió llevar a cabo el proyecto, pensó en Guille Cañardo como el compañero ideal. «El año pasado me entraron las ganas de intentarlo y pensé en Guillermo porque con la experiencia náutica que tiene y sobre todo porque tiene también un montón de experiencia con el patín, para mí es es es el compañero ideal para hacer esta aventura», afirma Didac.
La travesía, que se estima durará alrededor de dos meses, cubrirá aproximadamente 1500 millas náuticas. El plan es partir a finales de diciembre o principios de enero, coincidiendo con el verano austral, para aprovechar las condiciones climáticas más favorables. «La idea es marcharnos por ahí a finales de diciembre y yo creo que en fin de año, si podemos estar en el agua ya, sería una buena manera de celebrar la entrada del año», comenta Guille. La ruta, que ya está definida, implica navegar por fiordos y zonas inhóspitas, con poca o ninguna población. «Es un lugar muy muy especial, con mucha complejidad de meteo. Es muy inhóspito, muy apartado de de cualquier población», describe Dídac. Autosuficiencia y
Para afrontar este desafío, Dídac y Guille han planificado una estrategia de autosuficiencia. Llevarán consigo unos 40 kg de material, incluyendo una tienda de campaña y comida liofilizada. «La ventaja de de la Patagonia es que tenemos acceso a agua, entonces la comida básicamente será liofilizada. Podemos parar y y podemos estar pues muchas semanas sin necesitar nada, y esto nos permite tener mucha autonomía para prever días de mal tiempo», detalla Didac.
Como parte de su entrenamiento, realizaron hace poco una travesía de Barcelona a Menorca. «Entre otras cosas de entreno se nos tuvimos la genial idea de de hacer una travesía desde Barcelona a Menorca, en la que la gente del Club Pati a Vela nos dejaron los barcos porque que ni Dídac yo tenemos ahora mismo ningún patín en propiedad», comenta Guille.
La idea es navegar costeando en todo momento, evitando alejarse demasiado de tierra firme. «Hay algún paso de 20 millas como mucho hemos calculado. Hay dos o tres lugares que son más delicados en cuanto a exposición al océano y también hay que tener en cuenta el tema de corrientes en las salidas de los fiordos… La idea es acampar todas las noches, descansar y seguir», explica Didac.
La gestión de permisos ha sido un proceso complejo, ya que el patín catalán no encaja en las categorías tradicionales de embarcaciones. «Es complejo allí porque el tema marítimo se controla a través de la Armada chilena y hemos tenido que preparar que bastante documentación. Como es algo más deportivo según ellos, pues tampoco sabes muy bien en qué ámbito te tienes que mover. Ahora está encarado, a no ser que haya alguna sorpresa de de última hora, pero lo tenemos en marcha, ¿no?», añade Didac.
