¿Se imagina comprar todo un clásico de los mares y que, además, esté diseñado por German Frers? Hoy hablamos de Escorpion, barco que se ha puesto a la venta por 180.000 euros (aunque el propietario está dispuesto a negociar el precio) y que tiene muchas aventuras detrás.
Este velero ha circunnavegado el globo con su anterior propietario y es un barco familiar de crucero muy querido (y con éxito también en regatas clásicas). Su interior guarda muchas de sus piezas originales, embarcándose a quien se adentra en un ambiente de época.
Fue diseñado por German Frers por encargo de Adolfo Züberbuler, construido en 1943 en Astilleros Gómez y Gutierrez en Argentina y botado ese mismo año con el nombre de Huaglen. Unos años más tarde fue adquirido por Carlos Baradaco que lo trajo a España para participar en las regatas de las Islas Baleares con el nuevo nombre de Ploush. Ya en 1963, al sucumbir Baradaco a una enfermedad, el Ploush fue comprado por José Luis Pérez Albert, que disfrutó el barco junto a su hijo ya fuese navegando o participando en las numerosas regatas mediterráneas bajo su nuevo nombre de Carolus II. Hay que decir que, mientras tanto, el nombre Ploush perdura inevitablemente grabado en la rueda del timón con banda de latón.
En 1968 pasó a manos de José María Padro, quien dio al yate su nombre actual Escorpion y compitió él mismo en numerosas regatas. Las culminó con un crucero alrededor del mundo, tras el que el Escorpion se dedicó de nuevo a la navegación de recreo, y fue recompensado con un concienzudo régimen de mantenimiento. Entonces, en 1992, el actual propietario, habiendo conocido a José María Padro durante su crucero alrededor del mundo, se sintió movido a comprar el Escorpion para sí mismo.
En su propiedad, Escorpion ha navegado por todo el Mediterráneo, aguas griegas y navegando mucho alrededor de Barcelona y las Baleares en particular. Más recientemente también ha competido en regatas como el «Trofeo Prada», «Regates Royales» en Cannes y «Les Voiles de Saint Tropez». En 2002 cruzó el Atlántico para participar en la Regata Clásica de Antigua y, tras ello, regresó a España, donde ahora descansa.
Diseñado por German Frers
Germán Frers inició una dinastía de diseñadores en Argentina que sigue muy viva hoy en día con una 3ª generación de respetados diseñadores que llevan su nombre. Rápidos, bonitos y marineros son los adjetivos que mejor describen sus diseños. De joven, el diseñador ya quería ser marino. Quizá ese deseo se refleje sutilmente en las cualidades marineras de sus yates.
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