Morgan Freeman (Memphis, 1937) es un icono de Hollywood de fama indiscutible. También lo son sus pendientes, unos aros dorados que el actor de 86 años luce orgulloso desde hace años. Pero, ¿por qué no se separa de ellos? Hace unos días, sus fans más acérrimos volvieron a despertar el interés con numerosas teorías. Y sí, ha llegado el momento de recordar por qué los lleva.

Morgan reveló en 2010 que fue una película de piratas con Burt Lancaster, que llevaba un pendiente, la que inspiró su propio estilo. «Me pareció sexy. Luego me enteré de que los marineros llevaban pendientes de oro para pagar los funerales si morían en tierras extranjeras. Soy marinero, así que genial», según explicó a Fox News.

Y es que Freeman es un auténtico marinero desde hace muchos años, con muchas millas a sus espaldas y que, según sus propias palabras, practica la vela «como un antídoto especialmente eficaz para curarse de Hollywood». Según la revista Giornale della Vela, las navegaciones del productor han incluido habitualmente Long Island Sound, Block Island, las islas Elizabeth, Cabo Cod, la costa de Maine y Yarmouth, Nueva Escocia.

En 2019 también explicó su look en un post de Facebook: «Estos pendientes. Me preguntan todo el tiempo por ellos. La verdad es que valen lo justo para que alguien me compre un ataúd si muero en un lugar extraño. Por eso solían llevarlos los marineros y por eso los llevo yo».

Una pasión por el mar que se confirma tras sus declaraciones en otra entrevista: «Siempre quise un pendiente. Tiene que ver con mi apego al mar. Cuando tenía unos 35 años me separé de mi mujer y ella me dijo: ‘Voy a perforarte la oreja’. Soy un ávido marinero, un hombre de aguas azules empedernido».