El MY Marala, encargado por el magnate del automóvil Montague Stanley Napier y construido por Camper and Nicholsons en 1931, es un pedazo de historia marítima. Testimonio del espíritu de avance tecnológico, este yate clásico a motor de 59 metros de eslora se construyó con uno de los motores más silenciosos del mundo en aquella época; el motor es uno de los muchos elementos originales que se conservan a bordo.

A lo largo de las décadas, el Marala ha sufrido numerosas transformaciones y ha pasado de unos propietarios a otros, entre ellos el empresario Robert de Balkany y su esposa, la princesa María Gabriela de Saboya, que lo disfrutaron durante 50 años.

Tras ser adquirido por un nuevo propietario en 2016, el Marala fue sometido a la que quizá sea su reforma más impresionante y extensa hasta la fecha. El importante proyecto de restauración se encargó a la empresa de diseño londinense Muza Lab, que se dedicó a «despertar» su espíritu de los años treinta. El proyecto tardó dos años en completarse y fue finalizado por el astillero Pendennis de Inglaterra en 2022.

Ahora que el Marala vuelve a surcar los mares, Nathan Hutchins, cofundador de Muza Lab, nos desvela cómo el estudio abordó el delicado proyecto y cómo los diseñadores consiguieron modernizar el yate manteniendo su rico patrimonio.

El MY Marala no había sido objeto de una reforma importante en tres décadas y se encontraba en un estado algo desgastado, pero, a pesar de ello, su esencia estaba bien conservada. Los propietarios se veían a sí mismos no sólo como propietarios, sino como administradores que garantizaban el legado del Marala para las generaciones venideras.

Para nosotros, el encargo original era un reto intrigante por su sencillez: reavivar el alma del Marala, rindiendo homenaje a su prestigioso pasado y adaptándolo a las necesidades de los exigentes entusiastas marítimos de hoy en día. Esta idea se convirtió en nuestra guía y nos orientó hacia un diseño inspirado en la grandeza del pasado, pero impregnado de la vitalidad de la modernidad. Volvimos a la mesa de dibujo, no para descartar, sino para redescubrir, e incorporamos las aspiraciones y gustos personales de los propietarios a nuestra visión estética. Este enfoque nos permitió actualizar las instalaciones y el diseño sin dejar de ser fieles a su patrimonio único.

PREGUNTA. ¿Cómo mantuvieron el rico patrimonio del yate al tiempo que lo actualizaban para un uso moderno?

RESPUESTA. Nos inspiramos en los detalles originales de Nicholson y los aplicamos a los interiores actualizados. En toda la carpintería se han utilizado elegantes y suaves bordes deco almohadillados. La paleta de antracita y blanco utilizada en los cuartos de baño y compensada con accesorios cromados da un fuerte sentido deco y las duchas generosas en cada cabina son increíbles. En la cubierta de cine hemos añadido un jacuzzi, pero el lavabo es de cobre en lugar de un acrílico más moderno, para que encaje con la estética.

P. Usted habla de revigorizar su espíritu de los años treinta. ¿Cómo lo han hecho exactamente?

R. Tuvimos la suerte de acceder a los archivos del Museo Marítimo Nacional y desenterrar los planos y especificaciones del diseño original del Marala. En los archivos también había especificaciones mecanografiadas sobre los acabados interiores originales, desde las telas y alfombras originales de los camarotes hasta los planos de carpintería de algunos de los muebles originales que había a bordo. Nos sirvieron de guía para tomar decisiones que honraran su pasado.

Por ejemplo, hicimos referencia en nuestro diseño a la tela encerada utilizada en uno de los camarotes originales. Asimismo, construimos un aparador en el comedor lo más parecido posible al original, recuperando incluso algunos herrajes de latón para los tiradores. Esta cuidadosa atención a los detalles originales nos permitió preservar la autenticidad del barco al tiempo que introducíamos sutilmente comodidades y servicios modernos. Nuestro objetivo era mantener una experiencia que fuera fiel a su espíritu original, pero que resultara fresca y contemporánea para los usuarios de hoy.

El Marala ha pasado por muchas transformaciones a lo largo de los años, reinventándose una y otra vez, y esto era realmente evidente en los archivos. Uno de nuestros objetivos era contar la historia de cada una de estas transformaciones a través del diseño. En última instancia, lo hicimos a través de las cabañas. Por ejemplo, el diseño del Camarote Número 388, que se remonta a la versión más simple y pura de cuando fue botado, con paneles de pared tapizados en lino encerado y un dibujo de los años 30 tejido en la alfombra.

El camarote Evadne rinde homenaje a los días en que el barco estuvo en el servicio militar, cuando fue requisado para la guerra, con una tapicería en azul, morado, blanco y estampados gráficos, mientras que el camarote Gaviota tiene paredes plisadas que recuerdan las plumas de una gaviota, un sutil guiño a su época como Gaviota IV.

P. ¿Qué piezas/materiales originales han conseguido mantener?

R. Hicimos un esfuerzo consciente por conservar la mayor parte posible de los materiales originales del Marala. El suelo de madera maciza y las barandillas talladas son ejemplos notables, junto con otros elementos clave de carpintería. También recuperamos algunos herrajes de latón originales que reutilizamos para los tiradores de un aparador del comedor. Estos elementos de autenticidad histórica añaden a Marala una profundidad de carácter que no podría lograrse sólo con nuevas instalaciones.

P. ¿Qué fue lo más difícil y lo más gratificante de trabajar en un superyate tan emblemático?

R. Trabajar en el Marala fue una mezcla única de retos y recompensas. Por ejemplo, nos sentimos especialmente orgullosos de la reutilización de la madera de los suelos. Nos llevó incontables horas y un inmenso trabajo artesanal restaurarla, pero el resultado fue impresionante. La madera brilla ahora como hace décadas, reflejando el encanto del pasado y mostrando una pátina que revela parte de la historia del barco.

Instalar tecnologías modernas sin alterar la armonía estética fue un reto que puso a prueba nuestra creatividad y compromiso. Mientras que los yates modernos tienden a construirse para dar cabida a accesorios más claros, con líneas rectas o paredes con las que trabajar, en el caso del Marala ocurría todo lo contrario. Había superficies curvas por todas partes, lo que supuso un verdadero reto a la hora de diseñar los interiores, ya que teníamos que tener cuidado con los reflejos de la luz. Pero ver el resultado final ahora, con su mezcla de historia y modernidad, hace que todo el viaje haya merecido la pena.

Pero la historia no acaba en el pasado. Hemos trabajado duro para asegurarnos de que Marala tenga tanto que ver con el futuro como con la historia. Le hemos infundido lujo y comodidad modernos, imaginando lo que podría llegar a ser, no sólo lo que ha sido. Del mismo modo que ha vivido numerosas transformaciones, creemos que seguirá evolucionando, acumulando historias y experiencias. El viaje de Marala está lejos de haber terminado y la mayor recompensa ha sido haber contribuido a este capítulo actual de su larga y rica historia.

R. ¿Cuál ha sido la respuesta de los propietarios y los fans de Marala?

P. La respuesta de los propietarios y aficionados ha sido increíblemente positiva. Han apreciado cómo hemos respetado el patrimonio al tiempo que infundíamos un nuevo espíritu. La atención al detalle, la conservación de la historia y la incorporación de comodidades modernas han sido bien recibidas. Algunos incluso han comentado que estar a bordo es como retroceder en el tiempo, pero con el lujo del presente al alcance de la mano. Estos comentarios confirman que hemos conseguido crear un diseño que respeta el pasado y, al mismo tiempo, abraza el futuro.