El mundo de la vela tiene a Natalia Vía-Dufresne como una de sus referentes. Ganadora de una plata en Barcelona 1992 y en Atenas 2004, también ha participado en Sídney 2000, logrando el sexto puesto, y en Pekín 2008, siendo décima. Hablamos con ella al hilo de la celebración del Día Internacional de la Mujer.
Experta en competiciones de vela en las clases Europe, 470 y en vela de crucero, reivindica el papel de la mujer, que considera que ha evolucionado «bastante» desde que empezó a competir con 19 años. Así, cree que se nota «mucha evolución y mucha más presencia de la mujer, como en todos los deportes, aunque aún cuesta poder estar al nivel de los chicos».
Aun así, reclama que haya «más mujeres en los equipos», recalcando que en vela «hay categorías masculinas y femeninas, pero también hay categorías absolutas en las que navegamos juntos, chicos y chicas».
Esta previsible igualdad sobre el mar, no se refleja en el salario: «Los salarios son diferentes. Las mujeres no se pueden dedicar a esto porque no están consideradas para que tengan un sueldo igual que los hombres. Esto se nota y yo lo vivo. Poco a poco va cambiando la mentalidad, pero cuesta», explica.
«Me gusta llevar el timón»
En vela de crucero, es ella la lleva el timón «y esa es una posición que mucha gente quiere», confiesa, lamentando que muchas veces «se considera mucho más a ellos que a ellas y a veces para tomarla en cuenta para un puesto de decisión, siempre se coge a un chico antes que a una chica. Se tiene más en cuenta, pero sigue pasando».
Igualmente pasa en posiciones de dirección de clubs o federaciones, donde cree que se debería tener más en cuenta el papel de la mujer «por su valía», en vez de pensar en incluirlas en puestos «solo porque en una junta directiva se tengan que poner un número de mujeres».
Sin duda, Vía-Dufresne forma parte de esas deportistas de raza que buscan la igualdad, reivindicando el papel de la mujer en el mundo deportivo y, en este caso en concreto, en el de la vela.