La lista de los 50 empresarios más elegantes

Blanca Panzano

Directora general de Relojería y joyería en LVMH España

«La elegancia la entiendo como una actitud de excelencia, de prestar atención a los pequeños detalles, que al final son los que realmente cuentan, y de saber estar y comportarse en cada momento y en cada situación. A ello sumaría algunos conceptos como son la creatividad y la pasión a la hora de presentarte. Creo que ser elegante es tener la capacidad de poder adaptarte a cualquier situación que surja, esperada o inesperada, saber estar a la altura y actuar en consecuencia en cada momento». En el universo del lujo, donde el grupo LVMH es uno de sus actores principales, y por supuesto, en la división de relojes y joyas, que en España dirige Blanca Panzano, «la sucesión de esos pequeños detalles es fundamental, y está íntimamente relacionada con un conjunto de aspectos, como pueden ser no sólo la forma de vestir, sino la de actuar y la de servir y atender al cliente. La elegancia se encuentra precisamente en la suma de esos pequeños detalles que son los que, al final, marcan la diferencia», destaca la directiva.

Carlos Castillo

Propietario de MAN 1924

«Corroboro lo que oía decir a mi abuelo cuando hablaba de elegancia y se refería a ella como la difícil sencillez. No es exactamente el minimalismo, pero casi. Hay gente que es elegante y también hay ropa que hace a la gente elegante, aunque a un hombre elegante se le ve en calzoncillos», destaca el sastre, que opina que “lo que ha ocurrido es que se ha abusado mucho de los complementos y, si hacemos un símil con un árbol de Navidad, no se pueden llevar más regalos de lo normal, hay que hacer que la ropa no te pueda, sino que tú puedas con ella. Se ha de buscar esa difícil sencillez”. Carlos Castillo destaca que «en MAN 1924, tratamos de transmitírsela a nuestros clientes, ya que, por ejemplo, nuestra ropa no tiene logos, pero sí un sello en los tejidos o en los patrones que tienen una personalidad propia. Pero más allá de la ropa, la elegancia es tratar a todo el mundo por igual, no creerte más que nadie y ser honesto con las personas, ser un señor, que no un caballero».

Chiqui Calleja

Socio fundador y director de comunicación de Grupo Larrumba

Si ser elegante es sinónimo de discreción, sin ninguna duda, Chiqui Calleja cumple con la definición. Sin embargo, cuando eres socio de uno de los grupos hosteleros del momento, esa labor se vuelve más complicada. Y, además, si ser elegante es ser innovador, podemos afirmar que el empresario se lo ha ganado por derecho propio. La definición del conglomerado empresarial es toda una declaración de intenciones. «El Grupo Larrumba lo forma un equipo humano y gestor compuesto por un grupo de jóvenes profesionales y emprendedores que vienen de diferentes sectores, y se caracteriza por las ganas de innovar, de mejorar, de diferenciarse […]. Trabajamos en la permanente búsqueda de todo aquello que nos permita ofrecer al cliente algo diferente, novedoso, priorizando el equilibrio calidad-precio y combinándolo con las mejores ubicaciones, la decoración más impactante y el cuidado de los detalles».

Lander Urquijo

Sastre

«La elegancia es una manera de ser y de vivir, una actitud, el saber estar y el tratar a la gente como se merece. Es la conjunción de muchas cosas. Dentro de todo ello está el estilo, que tiene más relación con la forma de vestir». El sastre es de la opinión de que la elegancia “se puede educar y perfeccionar con el paso de los años, aunque tienes que tener una base”. En su caso, además, ha de predicar con el ejemplo. «Si te dedicas a vestir a los demás, la gente te ve como un referente y has de ir bien vestido, al final eres la imagen de la marca y sus valores. Más allá de nuestro producto, que se distingue por la calidad, la exclusividad y el diseño, nos caracteriza la forma de atender al cliente y el trato, que ha de ser igual de exquisito que el producto. A todo ello añadiría la honestidad, el no engañar a nadie y tener la capacidad de decirle a un cliente que no se compre algo porque no le queda bien». La sinceridad también es elegancia.

Leiva

«La elegancia es Serge Gainsburg»

Si la elegancia tiene nombre propio, para Leiva, ese es Serge Gainsbourg. «Hay algo en las formas, en la palabra, en cómo le caían los trajes o cómo cruzaba las piernas al sentarse. Nunca fue especialmente agraciado, pero en su expresión y movimiento estaba su buen gusto. Supongo que viene de fábrica». Lo dice alguien que asegura que nunca se ha considerado un tipo elegante: «Sin embargo, creo que tengo un radar para identificarlo en los demás. En mi oficio siempre entendí que a la hora de subirte a un escenario tiene que haber algo más, tiene que haber magia. Siempre que voy a un show me fijo en la salida al escenario del artista, en ese paseíllo está todo. Tom Waits o Leonard Cohen siempre me hicieron soñar con sus trajes y sombreros saliendo a escena». Y trajes y sombreros son, precisamente, las señas de identidad del artista. «Siempre me gustaron los trajes y el look de la mafia siciliana. En esa mezcla hay algo que me encanta. Es verdad que los sombreros de ala ancha ya son parte de mí».

Lorenzo Castillo

Diseñador de interiores y empresario

«Más que con aspectos materiales, como puede ser la ropa o la decoración, la elegancia tiene que ver con intangibles como la educación y la cultura, de las que siempre he sido un firme defensor porque creo, como decía Ramón y Cajal, que lo más importante es invertir en ellas. Es precisamente la educación la que hace que puedas ser una persona elegante en tu día a día». El interiorista asegura que «la cuna no te hace elegante, sino que son las inquietudes, las aspiraciones o las ambiciones, entendidas en el sentido positivo de la palabra. La decoración participa de la elegancia, y está relacionada con aspectos como el modo de vida del cliente, que he de manejar para aplicarlos a mis proyectos. Y como ocurre con todo, la elegancia tiene un lado oscuro, que es caer en la cursilería, en lo ficticio, lo no real, lo injustificado y lo falso».

Luisa Alli

Presidenta ejecutiva de Kreab España

«En mi opinión, la elegancia es una mezcla de actitudes y estética. Creo que tiene mucho que ver con lo auténtico y lo genuino. Es una cuestión que, por una parte, está muy relacionada con mostrarse uno de forma bella, pero que va más allá, ya que asimilo la elegancia con tener unas actitudes de cariño y de respeto hacia los demás. Es un comportamiento genuino que conecta con la persona, con lo que es y con la relación con los demás», explica Alli. La directiva, que, tras su paso por la dirección de comunicación de Ikea, acaba de asumir la presidencia ejecutiva de la consultora de comunicación y asuntos públicos Kreab España, cree que la elegancia está estrechamente relacionada con el respeto. «Tanto en mi día a día como a la hora de trabajar, creo en el servicio a los demás como propósito de vida. La elegancia es el respeto profundo a los demás, el intento de mejorar continuamente partiendo de la humildad. Y creo que, partiendo de esa humildad, aún tengo tanto que aprender de los demás… porque todo es un continuo aprendizaje». Eso sí es elegancia.

Marta Echarri

Directora general de N26 para España y Portugal

«La elegancia es una actitud y creo que es algo razonablemente innato –porque no sé si se puede desarrollar–, que tienes o que simplemente careces de ella». N26 es, según su directora general, Marta Echarri, «una compañía joven, un banco digital con una actitud muy poco convencional y disruptiva en el sector financiero, unos atributos que creo que tienen mucho que ver y pueden ser sinergéticos con el concepto de elegancia. A estos atributos, añadiría que la elegancia es también una forma de ser y de actuar con todos tus colaboradores, tanto con tus clientes como con tus empleados».

Así, uno de los valores corporativos de la compañía es el de compartir. «Tratamos de fomentar la colaboración entre todos los empleados, algo que también definiría como elegancia. La otra vertical de este concepto sería el diseño, un aspecto que nos tomamos muy en serio y al que dedicamos muchos esfuerzos, y que nuestros clientes perciben y valoran. Para nosotros es muy importante que sea simple, sencillo, fácil y sobre todo útil».

Sandra Segimón

Fundadora y presidenta ejecutiva de Grupo Sushita

«Considero que alguien elegante es alguien que tiene en cuenta a los demás y piensa siempre en el de al lado». Para Sandra Segimón la elegancia es una forma de ser. «Por lo que respecta a la elegancia estética, creo que es un aspecto importante y esa elegancia y credibilidad la da la coherencia. Tanto para mi socia, Natacha Apolinario, como para mí, es importante que la elegancia se muestre en todos los detalles, desde la forma de recibir, la decoración o las flores a los uniformes. Y aunque todos nuestros restaurantes son diferentes y tienen su propio universo, han de ser coherentes y hablar el mismo lenguaje para ser creíbles. Creo que nuestros colaboradores y nuestros clientes sí entienden que cuidamos cada uno de los detalles y son conscientes del amor que ponemos por crear una estética en la que todo se integra. Al final, es la suma de los detalles lo que cuenta».

Vicente Cebrián

Presidente de Marqués de Murrieta

Me gusta distinguir entre la elegancia de las formas y del fondo. En el fondo, la elegancia está en el trato continuo, en demostrar un comportamiento y una conducta excelentes con la gente del entorno de tu empresa, tanto las que están vinculadas directa como indirectamente. Pero para tener fondo hay que tener formas, porque la elegancia está en la naturalidad y en la normalidad”.

Vicente Cebrián quiere que Marqués de Murrieta respire esa elegancia en todo lo que rodea a la bodega y a la marca “porque somos un exponente de la elegancia y la excelencia. Son dos parámetros con los que convivimos continuamente. A veces parece que ser elegante supone no decir lo que se piensa, sin embargo, creo que es todo lo contrario porque el que no se comparta algo, no supone que no se respete. Elegancia, educación, normalidad y respeto al prójimo han de ir de la mano. Soy absoluto seguidor de un concepto que lo he confirmado en el mundo del vino, y tiene que ver con que, si un vino es equilibrado, la empresa es equilibrada. En ese equilibrio, se encuentra la elegancia y toda empresa ha de buscarlo”.