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Cómo Philip Morris está cultivando el futuro del tabaco desde Extremadura

De la mano de Philip Morris, tuvimos la oportunidad de visitar la cooperativa y la fábrica de Cetarsa en Talayuela para conocer de primera mano el cultivo y la transformación de la hoja de tabaco hasta el producto final.

El sector tabaquero en España destaca por su constante reinvención que lo ha convertido en un referente global del «tabaco de vanguardia». Desde la sostenibilidad hasta la innovación digital, Cáceres lidera esta transformación, siendo responsable de más del 98% de la producción nacional de tabaco. A nivel europeo, España representa aproximadamente el 19% de la producción total de la Unión Europea, posicionándose tradicionalmente como el segundo productor de la región y contribuyendo con un 0,5% a la producción mundial.

En un contexto histórico en el que se ha certificado la hoja de tabaco extremeña para productos de tabaco calentado, un hito impulsado por Philip Morris, España se ha colocado a la vanguardia del cultivo sostenible. De hecho, el país es uno de los primeros en Europa en alcanzar esta distinción, junto a Italia.

La apuesta de Philip Morris en Extremadura

El futuro del cultivo de tabaco está marcado por la evolución hacia el tabaco calentado y por un enfoque ecológico que favorece la creación de productos menos nocivos, como aquellos sin combustión, como el uso de nicotina de origen natural. En este marco, CETARSA, la compañía estatal encargada del cultivo de tabaco en España, lidera el cambio, desarrollando diferentes tipos de tabaco, destacando especialmente los utilizados por Philip Morris, los cuales buscan reducir el impacto negativo de sus productos en la salud.

Desde 1992, Philip Morris ha invertido más de 230 millones de euros en la compra de hoja de tabaco en Extremadura. Durante estos más de 30 años, la compañía ha implementado prácticas sostenibles y un marco regulatorio respaldado por evidencia científica, lo que ha permitido el desarrollo de productos de nueva generación como el tabaco sin combustión. Fuimos testigos de este proceso y de los valores que la empresa nos transmitió, de la mano de Cesare Trippella, jefe de hoja para Europa de Philip Morris.

Más allá de mejorar la productividad del tabaco mediante prácticas sostenibles, la marca también apoya la reducción de la huella de CO2, el ahorro energético y el desarrollo de la trazabilidad del tabaco a lo largo de todo el proceso de producción.

Tal y como pudimos observar durante nuestra visita a la cooperativa y a la fábrica, donde se cultivan las semillas de tabaco, se secan y se tratan para su posterior venta, el objetivo de la compañía es promover la producción sostenible del tabaco de calidad, cultivado en condiciones que respeten y protejan el medio ambiente.

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