1. Expón aquello con lo que no estés de acuerdo
Apuesta por la sinceridad. Si hay algo con lo que no estás de acuerdo o crees que se podría mejorar, no dudes en comunicárselo a tu equipo. Ocultarlo sólo generará negatividad en tu entorno a tu trabajo. Quizás haya más personas que piensen lo mismo que tú y no hayan querido hacerlo público. Te sentirás libre al expresar tu opinión y el resto de compañeros agradecerán que cuentes con ellos.
2. Hay que escuchar la opinión de otros
Sé tolerante y respeta las ideas de los demás. En un grupo de trabajo suelen existir pensamientos diferentes y no todos te pueden gustar. Es cuestión de ser flexible e intentar entender lo que otros te proponen. Escucha sus razonamientos y saca tus propias conclusiones.
3. Respeta que no estén de acuerdo contigo
No siempre llevas la razón. Quizás para ti, tu modelo de negocio cumpla las características esenciales para triunfar pero, no tiene que ser así para todo el mundo. Las perspectivas de unos y otros pueden ser diferentes. Tienes que mostrarte abierto a que otros piensen que te equivocas y la evolución del grupo irá mejor.
4. Intenta buscar el lado positivo de la reunión
Siempre hay algo que aprender cuando todo un equipo se reúne ante una mesa. Aunque creas que no tienes nada en común con tu equipo, juntos podéis realizar un trabajo satisfactorio. Aprende a sacar lo mejor de cada uno de ellos e intenta beneficiarte de sus conocimientos. Aportarán algo a tu persona de lo que quizás careces.
5. Buscar un consenso entre todos
Es esencial que, al final de la jornada, se valore cada una de las opiniones aportadas y se llegue a una solución común. Se puede hacer utilizando la lógica o a través de una votación. Lo importante es llegar a una conclusión que sea aceptada por todos y tenga beneficios.