Situado en el lugar “de moda” del centro de Lisboa, en el corazón de uno de los barrios más populares de la ciudad, y con una decoración inspirada en el diseño de mediados de siglo, The Vintage Lisbon es la opción perfecta para quienes quieren crear su propio estilo de vida disfrutando de la capital portuguesa.
Con una estética modernista y totalmente renovado, este hotel boutique 5* ofrece un entorno atemporal que se define por la calidad, la autenticidad y la atención a los detalles, mostrando algunas de las mejores obras de arte, productos artesanales y patrimonio cultural contemporáneo de Portugal.
The Vintage Lisbon cuenta con elegantes interiores minimalistas, una espectacular terraza-bar en la azotea, salas de estar, espacios para reuniones, un exquisito restaurante y bar y un spa único. Desde un jardín vertical suspendido que atrae las miradas en la zona del patio del Blue Restaurant hasta la zona del bar y el salón del V Rooftop, donde los visitantes pueden relajarse, contemplar las vistas y disfrutar de una experiencia de cine al aire libre… O el fabuloso spa en el que los huéspedes pueden elegir entre una gran selección de cuidados y masajes para nutrir el cuerpo y la mente. The Vintage Lisbon dispone de destacadas instalaciones que ensalzan la innovación, la imaginación y la individualidad.
Además, la mayoría de las 56 amplias habitaciones –y tres suites–, de aspecto único y elegante mobiliario de mitad de siglo combinado con otro hecho a medida, cuentan con impresionantes vistas de Lisboa.
Esencia portuguesa
Desde la cocina de inspiración portuguesa, creada con ingredientes locales e interpretada de forma fresca y moderna, hasta las cervezas artesanales locales y la ginebra de autor, que ofrecen un verdadero sabor de Portugal. No te pierdas la propuesta culinaria de The Vintage Lisbon.
En la última planta, The V Rooftop Bar ofrece a huéspedes y lugareños un refugio botánico al aire libre con cómodos sofás, una inigualable vista de 180 grados del horizonte de Lisboa, incluido el emblemático Castelo de São Jorge, y un jardín vertical. Sirve bocados ligeros y deliciosos aperitivos, y es el lugar perfecto para escapar del ajetreo de la capital portuguesa.
A nivel de calle, Blue Bistrot, el emblemático Blue Restaurant & Bar, promete una experiencia gastronómica memorable para quienes quieran disfrutar de una selección de impecable cocina portuguesa e internacional. Perfecto para el desayuno, el almuerzo y la cena, Blue Bistrot, cuyos fogones están dirigidos por el chef João Silva, ofrece lo mejor de la cocina portuguesa del mar y de la tierra, así como platos internacionales diseñados para tentar al paladar.
The Vintage ofrece auténticas «experiencias» que aprovechan la música, el estilo y la moda locales y organiza regularmente eventos: desde noches de cine al aire libre en la terraza de la azotea, hasta DJ ́s invitados que comparten sus temas musicales en un tocadiscos hecho a medida, junto a la chimenea del espacioso vestíbulo de la planta baja.
Combinación de lo antiguo y lo moderno
Rindiendo homenaje al pasado y mirando hacia el futuro, The Vintage combina el estilo retro con las conexiones artesanales locales para situarlo en el presente: en las zonas comunes de la planta baja hay una estructura de latón y plata, creada especialmente para el hotel por Rivka Baake y Wilfred Kreutz, y el amplio vestíbulo alberga una chimenea revestida en madera, con piezas creadas por la ceramista sueco-portuguesa Anna Westerlund.
Ocupando un lugar destacado en el bar se encuentra un atrevido retrato de una cantante de Fados, encargado especialmente a la artista portuguesa Margarida Fleming; mientras que las paredes del hotel están revestidas de obras de arte gráficas, realizadas por Omey Projects, y cada una de las 56 habitaciones cuenta con piezas únicas de otros artistas, como Brian de Graft y el artista portugués João Rei.
Inspirada en las formas sencillas y la alta funcionalidad de los diseñadores de mitad de siglo, la reforma integral de The Vintage Lisbon fue dirigida por la directora creativa y diseñadora local Daniela Francheschini, de Quiet Studios, y supervisada por los consultores creativos Foster & Bloom.