Por primera vez, un país permite a los viajeros cruzar su frontera con un pasaporte digital en su smartphone en lugar de un pasaporte físico. Aunque la prueba se está realizando en Finlandia, la Unión Europea (UE) quiere que al menos el 80% de los ciudadanos de los 27 países que la forman utilicen un documento de identidad digital en 2030.

El programa piloto, que empezó a finales de agosto, sólo está disponible para los ciudadanos finlandeses. Se lleva a cabo en el aeropuerto de Helsinki en colaboración con Finnair, el operador aeroportuario Finavia y la policía finlandesa. Hasta finales de febrero de 2024, los pasajeros de Finnair que vuelen desde y hacia tres aeropuertos del Reino Unido podrán pasar el control fronterizo utilizando la nueva «Credencial Digital de Viaje» (DTC) voluntaria.

Raja, la Guardia de Fronteras finlandesa, afirma que los viajeros que utilicen las nuevas credenciales digitales podrán «pasar el control fronterizo más rápido de lo habitual y sin colas«.

La UE cofinancia el proyecto piloto con 2,3 millones de euros (2,5 millones de dólares). Además de la prueba de seis meses en Helsinki, la UE planea otros programas piloto para el aeropuerto croata de Zagreb Franjo Tuđman y el aeropuerto holandés de Schiphol Amsterdam.

El avance de Europa hacia un marco único para la identificación digital es un objetivo general del Reglamento eIDAS aprobado en 2014. Dicho Reglamento pretende que las interacciones electrónicas entre empresas y particulares sean más seguras, rápidas y eficientes, con independencia del lugar de Europa en que se produzcan.

La terminología que rodea a las credenciales electrónicas puede resultar confusa. El DTC europeo –una credencial electrónica que se lleva en el teléfono– no es lo mismo que un pasaporte biométrico (también conocido como pasaporte electrónico), que es una libreta de pasaporte tradicional con un microchip incrustado que contiene algunas de las características físicas únicas del viajero.

La mayoría de los países del mundo emiten ya algún tipo de pasaporte electrónico, normalmente identificado por el símbolo de la cámara biométrica impreso en la cubierta. El chip RFID que contiene los datos biométricos hace que un pasaporte sea más difícil de replicar o falsificar.

Desde 2007, Estados Unidos expide pasaportes biométricos por defecto. En 2021, el Pasaporte de Nueva Generación, más avanzado, sustituyó al pasaporte electrónico original como documento de viaje estándar en EE UU. La diferencia más notable es su página de datos de policarbonato, que se parece más a una tarjeta de pasaporte o de crédito que a la libreta de pasaportes. La página de datos de plástico aumenta la integridad y durabilidad del pasaporte porque sus capas están fusionadas y no pueden separarse sin destruir la página.