Ubicado en pleno centro de Barcelona y con más de 100 años de historia, El Palace Barcelona se erige como uno de los iconos de la ciudad catalana. Lujo y elegancia son las principales señas de identidad del hotel y una de las principales razones por las que permanece en el recuerdo de todos sus huéspedes.
El que naciera como Ritz Barcelona de la mano del político y estadista catalán Francesc Cambó, ha alojado a celebrities de todos los tiempos. De hecho, sus majestuosas Art Suites están inspiradas en diferentes disciplinas artísiticas a través de personajes que suponen un referente para cada una de ellas y que hacen gala de una estrecha relación con el hotel: César Ritz en honor a los origenes del hotel; Joséphine Baker, que actuó en varias ocasiones en la Parrilla del Ritz; Salvador Dalí, que vivió en el hotel durante largas temporadas, además de protagonizar las más surrealistas anécdotas como cuando subió un caballo blanco disecado a su suite como regalo a Gala; Joan Miró, que durante una temporada trasladó al Ritz sus reuniones y tertulias con otros intelectuales de la época; Ronnie Wood, cuyas estancias en El Palace Barcelona regalaron al hotel y a sus huéspedes momentos tan mágicos como el día en que ofreció una inesperada jam session en el Bluesman Cocktail Bar; y Carlos Ruiz Zafón por las menciones que el galardonado escritor dedica al hotel en sus novelas más emblemáticas.
Pocos hoteles pueden presumir de una biografía tan rica como la de El Palace Barcelona. Entrar en sus salones es sumergirse en la historia de la ciudad, no en vano estamos ante uno de los más fieles testigos de los acontecimientos culturales del último siglo, pero El Palace Barcelona quiere ir mucho más allá: lejos de limitarse a recordar se época dorada, sigue haciendo historia.
Así, El Palace Barcelona mira al futuro conjugando ese lujo clásico que lo ha encumbrado como uno de los más altos referentes hoteleros de la ciudad, con una clara filosofía de reconexión con Barcelona, de la que se siente parte activa, escaparate y motor, reconvirtiendo sus espacios en pop-ups que quieren sorprender tanto a huéspedes como a los barceloneses, a los que quiere retar a superar el umbral de su puerta giratoria una y otra vez descubriendo, en cada ocasión, una vivencia distinta gracias a experiencias efímeras como el Open-Air Rooftop Cinema, los talleres Art & Drinks, los jueves de rumba o L’Arròs, el nuevo restaurante de cocina mediterránea especializado en arroces que traerá la esencia de la Costa Brava hasta el centro de Barcelona este verano.
Los diferentes espacios del hotel, además, van transformándose según el día de la semana o la hora del día en la que nos encontremos. Así, por ejemplo, un ambiente tan clásico y elegante como el del majestuoso hall de El Palace Barcelona invita a tejer largas conversaciones frente a un té con scones, sándwiches y pastas al más puro estilo inglés cada día de 16:00 a 19:00 horas; mientras que el Rooftop Garden, un auténtico oasis de paz y buen gusto de 1.500 m2 que ofrece hipnóticas vistas sobre Barcelona, se convierte los fines de semana a mediodía en el lugar perfecto en el que reunirse con amigos alrededor de un delicioso desayuno tardío o una comida de verano al ritmo de los vinilos de los Djs más actuales.
La responsabilidad que siente El Palace Barcelona como emblema de la ciudad, le ha llevado a colaborar con prestigiosas marcas locales como Carner Barcelona, cuyos perfumes se hallan en las Art Suites para uso de los clientes durante su estancia, u Ona Llibres, que ofrece algunos de los mejores títulos de la literatura catalana de todos los tiempos traducida a diversos idiomas para que los huéspedes de las Art Suites puedan aproximarse a la cultura local también desde esta perspectiva.
En este sentido, actualmente el hall del hotel alberga la muestra “Santa Eulalia, 180 años de moda” en colaboración con la histórica boutique de Paseo de Gracia con motivo del 180 aniversario de la marca. Así, El Palace Barcelona exhibe una selección de 12 vestidos realizados en sus talleres entre 1926, fecha que marcó su primer desfile de Alta Costura, y 1990 cuando decidió apostar por el prêt à porter de marcas de lujo. La muestra culmina con la exposición de carteles vintage realizados entre 1924 y 1935 provenientes de su archivo histórico y reeditados en ediciones limitadas por la empresa especializada en cartelería contemporánea Stick No Bills, que combina técnicas de impresión artesanal con tecnología puntera, generando impresiones de calidad museística para coleccionistas.
Todo ello sin olvidar la apertura, un año atrás, de Amar Barcelona, la brasserie de lujo de El Palace Barcelona y Raza Zafra que nació de la voluntad de apostar por un modelo en el que historia y modernidad evolucionen en paralelo o, en palabras del propio chef, por “la ‘casualización’ del lujo en un entorno único y elegante”. La carta de Amar Barcelona lleva el sello de Rafa Zafra, así como el de su amor por los productos del mar, con productos fetiche para Zafra como el caviar y las ostras, pero también con guiños a los clásicos que formaron la carta del que fuera el Ritz de Barcelona, hoy El Palace Barcelona, o a la cocina tradicional catalana. ºLas cocciones van desde el crudo al marinado, sin olvidar salazones, vapor, fritos y guisos hasta llegar a la parte más extensa de la propuesta, protagonizada por las brasas. Los productos, en los que estacionalidad, temporada y origen son conceptos fundamentales, se sitúan en el eje central de las recetas.