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Cinco consejos para controlar la ansiedad ante un nuevo trabajo

A pesar de lo normal que es sentirse incómodo ante un nuevo trabajo, no hay que dejar que el nerviosismo te desvíe del camino o te impida dar lo mejor de ti mismo.

Cuando aceptas un nuevo trabajo, es probable que sufras nerviosismo o ansiedad. Incluso las oportunidades más maravillosas pueden estar cargadas de incertidumbre al enfrentarse al agobio de nuevas responsabilidades, una nueva organización y nuevos compañeros de trabajo.

A pesar de lo normal que es sentirse incómodo ante un nuevo trabajo, no hay que dejar que el nerviosismo te desvíe del camino o te impida dar lo mejor de ti mismo.

La preocupación es generalizada

Puede ser útil saber lo extendida que puede estar la preocupación cuando se acepta un nuevo trabajo. De hecho, el 87% de las personas afirman estar nerviosas cuando empiezan un trabajo, según una nueva encuesta de Monster. Y el 53% de las personas afirman que empezar un nuevo trabajo les da tanto miedo como ir al dentista, enfrentarse a serpientes o arañas o incluso hacer paracaidismo.

Es lógico. Tu cerebro tiende a preferir la certeza, rehuyendo la ambigüedad. Y pocas cosas son tan inciertas y desconocidas como un nuevo trabajo. Los riesgos también son altos. Un nuevo lugar de vacaciones o un instructor de kickboxing desconocido ofrecen una novedad a corto plazo y de bajo riesgo, pero un nuevo trabajo afecta a tu estima, a cómo empleas tu tiempo, a tu nivel de flexibilidad, a tus relaciones e incluso a tu salud mental. Es un gran compromiso y conlleva grandes riesgos y grandes recompensas.

Cómo hacer que funcione

Pero es posible controlar los nervios y la ansiedad, causar una buena impresión al principio y preparar el terreno para dar un brillante paso adelante en tu carrera. He aquí cómo.

1 – Tranquilizarse

Además de sentirte nervioso en general, es muy probable que, a medida que vayas conociendo mejor el puesto y la cultura, evalúa y reevalúa su idoneidad. De hecho, según la encuesta de Monster, al 50% de las personas les preocupaba que se considerara que no estaban cualificadas y el 65% afirmó haber experimentado el síndrome del impostor, en el que no estaban seguros de sus capacidades y se sentían como si estuvieran posando y no estuvieran hechos para los retos que tenían por delante.

Ante estas preocupaciones, asegúrate de que has conseguido el trabajo por tus aptitudes y tu potencial, y de que tienes lo que hace falta para triunfar. El proceso de contratación es intenso, y la competitividad del mercado laboral significa que sin duda te enfrentabas a otros candidatos capaces y cualificados. Tu nueva empresa te ha elegido porque te valora, quiere trabajar contigo y cree que harás una gran contribución.

Recuerda también que todo nuevo jefe y toda nueva organización esperan orientarte, formarte y ayudarte a triunfar. Tienes lo que hay que tener, y no tienes por qué tenerlo todo: habrá tiempo para aprender y aclimatarse.

2 – Demuestra tu compromiso

Al empezar, también querrás demostrar intencionadamente tu compromiso y tu deseo de rendir bien. Tendrás muchas ventajas de las que aprovecharte con el tiempo: trabajo flexible, compañeros estupendos, prestaciones generosas y una vida laboral plena. Estos son probablemente los criterios que utilizaste para elegir unirte a la empresa en primer lugar.

Pero planifica también un compromiso sólido desde el principio. Haz preguntas, escucha a los demás, observa los comportamientos y las normas para aprender la cultura. Sé tú mismo, pero también respeta y valora la organización a la que te has incorporado y a los compañeros que tienen mucho que enseñarte.

En la encuesta, el 25% evitó coger vacaciones pagadas (PTO) de inmediato, y probablemente fue una decisión acertada. Si tienes vacaciones desde hace tiempo, comunícaselo al responsable de contratación antes de empezar. Pero luego planifica dedicar su tiempo y energía a tu trabajo durante el primer periodo de meses, mientras demuestras tu compromiso.

De hecho, sentir felicidad en tu trabajo está correlacionado con el compromiso y la inmersión. Cuando haces una inversión y te implicas en hacer un gran trabajo, puede compensarte en términos de tus sentimientos positivos sobre la contribución que estás haciendo.

Rinde también al máximo de tu capacidad. Esto también está relacionado con la felicidad. Trabajar duro está estadísticamente relacionado con una mayor alegría, porque expresas tu talento y contribuyes a los que te rodean.

Un 22% de los encuestados cree que no está rindiendo al máximo de su capacidad debido a los nervios. Intenta dejar de centrarte en tus preocupaciones y, en su lugar, haz hincapié en tu aprendizaje, tus responsabilidades y tus objetivos. Aportas una perspectiva única y valiosa porque tienes nuevos ojos.

Resiste también el impulso de ponerte a prueba, que puede restarte credibilidad y simpatía. Tu jefe te ha elegido porque te valora y quiere trabajar contigo. Querrán ver tu esfuerzo, pero ya están de tu lado y quieren que tengas éxito.

3 – Cultivar las relaciones

Una de las partes más gratificantes de cualquier trabajo es la relación con los compañeros, y un nuevo empleo es un momento excelente para conocer a otras personas y entablar nuevas amistades. Sin embargo, los nervios del nuevo trabajo se interpusieron en el camino del 19% de los encuestados, que afirmaron que sus preocupaciones estaban afectando a sus relaciones personales.

Cuando se está pasando por algo nuevo o incierto, es natural que el estrés se extienda a otras partes de la vida. La mejor estrategia es pensar en tus relaciones más cercanas como puertos seguros. Habla abiertamente de tus incertidumbres o preocupaciones para que tu gente sepa por lo que estás pasando, pero comparte tu estrés hablando de ello y buscando apoyo, no actuando en consecuencia ni descargando tu estrés en los demás.

Conozca también a sus nuevos compañeros. Trata de entender lo que hacen, lo que es importante para ellos y lo que puedes aprender de ellos de forma única. Celebre reuniones individuales, invite a sus compañeros a tomar un café y hágales saber que valora sus puntos de vista. A medida que construyas una sólida red de apoyo en el trabajo, reducirás tus tensiones porque tendrás un mayor sentimiento de pertenencia, más como un iniciado que como un novato.

4 – Controla tu estrés

Muchas personas que aceptan un nuevo trabajo experimentan pérdida de sueño (59%), síntomas físicos o emocionales negativos (49%) y dificultades para compaginar todos sus compromisos (35%). Se trata de reacciones normales y una de las mejores estrategias para superar los nervios del nuevo trabajo es normalizarlos.

Cuando te sientes nervioso, es señal de que te preocupas, y eso es bueno. Cuando te sientes inseguro, es señal de que tienes nuevas oportunidades de aprender, lo cual también es positivo. Cuando te sientes preocupado, es señal de que estás trabajando para establecer nuevas rutinas y nuevas formas de ser. Todos estos pueden ser momentos positivos de estiramiento y crecimiento.

Es un mito que una vida feliz es una vida sin estrés. Existe una regla de Ricitos de Oro del estrés (llamada eustrés) en la que lo justo puede ser lo mejor. Si nunca te enfrentas a retos, puede ser desmotivador, o si te enfrentas a demasiados, puede ser debilitante. Recuérdate a tí mismo que un nuevo trabajo es una nueva perspectiva maravillosa. Tendrás que aprender nuevas habilidades, desarrollar nuevos hábitos, programar tu tiempo de forma diferente, entablar nuevas relaciones y encontrar un nuevo equilibrio entre el trabajo y la vida. Pero estos pueden ser puntos de crecimiento, simulación y nuevos comienzos.

Además de gestionar tu mentalidad, actúa utilizando tus mejores estrategias de reducción del estrés. Haz ejercicio, pasa tiempo en la naturaleza, manténte hidratado, medita, toma duchas frías, respira, saca a pasear al perro, pasa tiempo con tus seres queridos y busca apoyo cuando lo necesites. Haz lo que te funcione, sabiendo que es normal tener algunos nervios y que puedes sobreponerte a ellos.

5 – Dale tiempo

Quizá lo más importante sea darse tiempo para ajustarse, adaptarse y aclimatarse. El 22% de los encuestados tardó entre una semana y un mes en adaptarse. Y al 25% le llevó entre uno y tres meses. Pero, por supuesto, hubo variaciones: desde menos de una semana hasta más de un año. Tu experiencia variará en función del trabajo, la cultura, dónde y cuándo trabajes, tu estilo y muchas otras cosas.

Las transiciones llevan su tiempo y nada es inmediato. Lo mejor que puedes hacer es ser paciente contigo mismo y con los demás mientras te adaptas y te adaptas a tus mejores aportaciones.

Un futuro prometedor

Has aceptado un nuevo trabajo estupendo y estás en el buen camino para dar el siguiente paso en tu carrera profesional. El mero hecho de conseguir el trabajo ya es un logro, y tendrás muchos momentos para aprender, crecer y hacer contribuciones que sean significativas para ti y para tus nuevos compañeros y la empresa. Da lo mejor de ti en el presente mientras te centras en un futuro brillante.

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