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Las 3 paradojas laborales que impulsarán 2023

Para gestionar con éxito en el volátil entorno actual, los líderes empresariales deben comportarse de forma paradójica, jugando simultáneamente a la defensiva y a la ofensiva. IMÁGENES GETTY

En el entorno económico actual, la resiliencia es esencial. Es el único enfoque sostenible para gestionar dos realidades al mismo tiempo: las duras verdades actuales y el optimismo del futuro.

El tiempo de las predicciones sobre 2023 ha llegado y se ha ido. Ya sabemos lo que nos espera, así que es hora de reconocer la realidad y gestionarla en nuestro beneficio: la paradoja es la fuerza motriz en 2023.

Para los líderes empresariales, la volatilidad económica continúa, pero no de la misma forma que en los últimos años, ya que fuerzas aparentemente contradictorias están presentes a la vez. Por ejemplo, según Deloitte, los directores generales son optimistas sobre los resultados a largo plazo de su propia empresa y, al mismo tiempo, pesimistas sobre la economía mundial. Del mismo modo, las empresas están redimensionando sus plantillas para ser independientes y esbeltas, y al mismo tiempo buscan innovar y acelerar.

Para liderar con eficacia, tenemos que sentirnos cómodos con la gestión de situaciones y hechos contradictorios, especialmente cuando se trata de la gestión del talento. He aquí tres paradojas clave que afectarán a nuestra gente y a nuestras empresas este año.

1) La paradoja del mercado laboral: ¿Hay demasiados trabajadores o no hay suficientes? Según una encuesta de Fortune/Deloitte, la mayoría de los directores generales (71%) esperan que continúe la escasez de talentos en general, y casi todos (94%) esperan que haya escasez de talentos para determinadas funciones. Curiosamente, una consecuencia de la paradoja laboral ofrece un resquicio de esperanza a los empleados: a pesar de los despidos, los trabajadores de hoy en día siguen teniendo mucha influencia, como demuestran los aumentos salariales y la necesidad de que las empresas sigan siendo flexibles en cuanto a la forma de trabajar.

Una consecuencia a más largo plazo del endurecimiento del mercado laboral será una redistribución de los puestos de trabajo y de las competencias entre sectores, que migrarán de las empresas tecnológicas a sectores tradicionales como la fabricación, la automoción y la administración pública. Este movimiento acelerará el cambio y la digitalización en esas industrias. El año de la paradoja continúa aquí, mientras lidiamos con una escasez de mano de obra y al mismo tiempo nos apresuramos a crear habilidades que preparen a las personas para desempeñarse bien a medida que el trabajo cambia fundamentalmente para todos nosotros.

2) La paradoja del trabajo flexible: ¿El trabajo flexible fomenta la productividad o la obstaculiza? El tema del trabajo flexible y la productividad es complejo y contradictorio. Según la Oficina de Estadísticas Laborales, la productividad estadounidense ha bajado un 4,1%, lo que supone el mayor descenso anual desde 1948. Pero mientras la productividad desciende estadísticamente, la gente se siente más ocupada que nunca.

Los matices que rodean este hecho son muy paradójicos. Muchos directivos asocian el trabajo flexible, a distancia e híbrido con la falta de estructura y normas, lo que conduce a la pérdida de trabajo, mientras que muchos trabajadores culpan a las incesantes reuniones virtuales y otras distracciones como las culpables. Según el Índice de Tendencias Laborales de septiembre, la última investigación de Microsoft sobre las formas en que trabajamos, «existe una marcada desconexión entre la parte de los líderes que dicen tener plena confianza en que su equipo es productivo (12%) y la parte de los empleados que afirman ser productivos en el trabajo (87%)».

3) La paradoja del directivo: ¿Estamos estresando demasiado y formando poco a nuestro recurso de compromiso más preciado? Los directivos son más importantes que nunca. Una nueva investigación de UKG sugiere que un directivo tiene un mayor impacto en la salud de un empleado que su médico o terapeuta, y los directivos son la razón número uno por la que la gente abandona o permanece en su puesto.

Sin embargo, los directivos no tienen las habilidades necesarias para liderar en las nuevas condiciones de trabajo. De hecho, el 62% de los directivos afirma que dirigir es más difícil en un lugar de trabajo a distancia. Los directivos también necesitan nuevas habilidades para crear seguridad psicológica que permita la autoexpresión en el trabajo, abordar el equilibrio vida-trabajo y lidiar con flujos de trabajo flexibles. Pero sólo 1 de cada 3 líderes de RRHH cree que está proporcionando a los directivos las habilidades necesarias. Está claro que los directivos son nuestra primera línea de defensa para mantener una plantilla comprometida y productiva, y necesitan nuestro apoyo.

Para gestionar con éxito en el volátil entorno actual, los líderes empresariales deben comportarse de forma paradójica, jugando simultáneamente a la defensiva y a la ofensiva. La resiliencia, el conjunto de habilidades que nos permiten tanto adaptarnos a la adversidad como optimizar nuestro comportamiento para lograr un resultado exitoso, es la competencia distintiva para gestionar a través de la paradoja.

Irónicamente, la propia resiliencia es un conjunto de habilidades paradójicas que nos permiten autogestionarnos y evaluar con precisión la amenaza y, al mismo tiempo, autopropulsarnos para optimizar nuestras posibilidades de éxito en situaciones adversas. Las habilidades de regulación de las emociones, control de los impulsos y confianza en uno mismo nos permiten vigilar y evaluar con precisión las amenazas, mientras que el optimismo realista, la empatía, la resolución creativa de problemas y el propósito nos ayudan a impulsarnos para encontrar el lado positivo en la adversidad y los trastornos.

El truco en este momento es convertir la amenaza en reto y los comportamientos resilientes nos ayudan a hacerlo. Aprender a vivir el cambio como un reto positivo y no como una amenaza ayuda a las personas y a las organizaciones a salir de su zona de confort, a creer que están preparadas y que cuentan con los recursos para afrontarlo.

En este entorno económico, la resiliencia es esencial. Es el único enfoque sostenible para gestionar dos realidades al mismo tiempo: las duras verdades actuales y el optimismo del futuro. Quienes tengan una mentalidad resiliente aprovecharán las inevitables oportunidades que se presentan durante las perturbaciones para vislumbrar un camino positivo hacia adelante y tomar medidas para hacer avanzar esa visión.