La industria de los e-sports en España genera 35 millones de euros anuales, según los últimos datos disponibles de la Asociación Española de Videojuegos (AEVI) reflejados en su informe de 2020. Una cifra creciente que refleja un incremento del 140% respecto a 2016. Al desarrollarse en exclusiva en el ámbito de Internet, los últimos tiempos han jugado a favor de esta industria, una forma de entretenimiento que durante los meses de la pandemia alcanzó números récord en cuestión de espectadores a nivel mundial.
La estructura y organización de los deportes electrónicos se asemeja en cierto modo a la de otros deportes convencionales: hay empresas detrás de los clubs, existe un cuerpo técnico con entrenadores, se mueven grandes intereses publicitarios y la pieza clave del engranaje son los jugadores. Se estima que en España hay unos 250 jugadores profesionales, distribuidos entre varios equipos (G2 Arctic, Movistar Riders, Mad Lions o Koi son los más destacados).
El entrenamiento de los jugadores de eSports
Para llegar a ser un buen jugador se requiere mucha práctica y esto se traduce en un sinfín de horas delante de las pantallas. Algunos equipos han desarrollado centros de alto rendimiento donde entrenar al equipo, en otros casos los jugadores, además de compartir espacio de trabajo, conviven en una gaming house, como se denomina a este tipo de residencias.
Es el caso de G2 Arctic, equipo del videojuego League of Legends. Luis García, CEO de Arctic Gaming, la empresa detrás de G2 Arctic (en 2020, lanzaron el equipo tras un acuerdo con el gigante G2Esports), nos explica cómo es el día a día de los cinco jugadores titulares que trabajan y viven en la gaming house del club: “Los jugadores tienen una rutina bastante marcada, aunque con flexibilidad y adaptaciones según las necesidades de cada uno. Todas las mañanas realizan entrenamientos individuales supervisados por el entrenador y el psicólogo deportivo, y por las tardes realizan scrims (entrenamientos grupales) contra otros equipos de su misma categoría”.
En contra de lo que puede parecer, esta profesión también se rige por un horario fijo, aunque las tareas a desempeñar distan mucho de lo que se puede entender como trabajo de oficina. La jornada laboral comienza sobre las 10 horas para los jugadores de G2Arctic y según detalla Luis García “trabajan individualmente a nivel técnico y hacen una parada para comer sobre las 13.00h. A las 15:00h vuelven a hacer entrenamientos grupales hasta que acaben, que suele ser entre las 18.00h y las 19.00h. Una vez finaliza su jornada de trabajo, tienen total libertad para hacer lo que quieran en su tiempo libre”. En la actualidad la casa está alquilada, pero la compañía prevé tener dentro de poco su propio espacio en Granada.
Movistar Riders, otro club español consolidado en la industria de los e-sports, organiza a sus jugadores en torno a dos espacios diferenciados. Por un lado, está el centro de trabajo, el Movistar eSports Center (MeC) y por otro la “residencia deportiva”, como han bautizado desde la empresa a la casa que comparten los jugadores y algunos miembros del personal. Ambos espacios están alquilados y la compañía ha invertido “en crear el centro y todas las infraestructuras necesarias para el desarrollo de la compañía, jugadores y equipos”, comenta al respecto Fernando Piquer, fundador y CEO de Movistar Riders.
El club, que acaba de celebrar sus cinco años de existencia con la entrada de Movistar en la estructura de la compañía como socio con un 15% de participaciones, centra su actividad profesional en el Movistar e-sports Centre (MeC), ubicado en el madrileño Paseo de la Chopera. El espacio tiene una superficie de 1000 metros cuadrados y está abierto a la comunidad, retransmitiendo también celebraciones y partidos de deportes electrónicos. Desde el equipo se señala que es el primer centro de alto rendimiento de eSports en Europa.
A la hora de organizar los entrenamientos, se sigue una rutina muy similar a la de otros clubs: “Los jugadores suelen llegar al MeC sobre las 11am para centrar la mañana en rutinas individuales como pueden ser sesiones con el psicólogo del club, charlas con el entrenador o rutinas de mejora individual dentro del juego. Sobre las 13h el equipo come en nuestra zona de comedor. A las 14:30 aproximadamente empieza el entrenamiento grupal hasta las 20h. Ahí, se realiza una reunión final del día y ya se daría por terminado un día de entrenamiento normal”. Explica Luis Filgueira “Resett”, director Deportivo de Movistar Riders.
Proteger la salud mental
La salud mental no puede ser una asignatura pendiente en una industria donde casi todos los jugadores de deportes electrónicos (hombres en una abrumadora mayoría) son centennials. Por eso, muchos clubs complementan los entrenamientos con sesiones con psicólogos deportivos.
En el caso de G2 Arctic, Luis García puntualiza que “el equipo tiene asistencia de un psicólogo deportivo prácticamente las 24 horas al día. Es vital este perfil para mantenerlos en su mejor estado posible durante lo que dure la temporada. Además, cuentan con el apoyo y respaldo en todo momento del cuerpo técnico del equipo para que, no solo mentalmente, sino cualquier necesidad que tengan, poder resolverla cuanto antes”.
En Movistar Riders cuentan por su parte con dos psicólogos deportivos “que trabajan día a día con los jugadores, mejorando todas las rutinas posibles. Y lógicamente están a disposición de nuestros jugadores en cualquier momento”, comenta el director deportivo del equipo.
La industria de los deportes electrónicos se encuentra en expansión en todos sus frentes. Y el crecimiento de su audiencia es la mejor prueba del interés que despierta. Según Statista, los e-sports alcanzaron una audiencia global de 465 millones de espectadores en todo el mundo en 2019, una cantidad que se prevé que llegue a los 580 millones en 2024. De momento, ya congrega a más público que otros deportes tradicionales, como el golf, con una audiencia mundial de 390 millones de personas.