Quien dijo que había que evitar los extremos no estaba pensando en batir récords. El afán de superación y de dejar nuestra marca en la historia forma parte del carácter más primario del ser humano. Y si a eso le unimos otra de las pasiones que nos mueven desde el principio de los tiempos, el dinero, se pueden apreciar hitos que pueden dejarte sin aliento. Y aunque en FORBES nos encargamos de las listas mundiales de referencia en lo que al dinero se refiere (como la de las personas más ricas del mundo o los españoles con más pasta), el Libro Guinness de los Récords se encarga de recopilar algunas de las marcas económicas más sorprendentes (entre muchos otros hitos). Estos son algunos de ellos.
El bono más antiguo del mundo
Allá por 1624 una mujer holandesa llamada Ellsjen Jorisdochter adquirió un bono perpetuo a cambo de prestar dinero para la construcción de uno de los diques de los Países Bajos. Concretamente, 1200 florines de la época.
Lo curioso es que el bono (escrito a mano en piel de cabra) aún sigue activo. Aunque la entidad emisora hace siglos que desapareció, sus entidades herederas (en la actualidad el Consorcio de Aguas De Stichtse Rijnlanden) han seguido pagando los intereses correspondientes al titular. Lo que pasa es que tras 397 años de vicisitudes económicas, el bono tiene una rentabilidad anual de 15 euros anuales. Los herederos de Jorisdochter presentaron el bono a finales de los años 30 a la Bolsa de Nueva York, que es quien lo posee en la actualidad.
La economía que más rápido cayó
Este récord, que puede causar escozor en los orgullos nacionales, está actualmente en posesión de Georgia. El país caucásico, república natal de Iósif Stalin, experimentó durante la caída del llamado Bloque Soviético, un decrecimento del 16,3% anual durante 10 años, hasta 1996.
No es, sin embargo, la contracción económica más notable, aunque sí la correspondiente a un Estado soberano. Los territorios palestinos (Cisjordania y la Franja de Gaza) han experimentado caídas mayores, concretamente un 35% de 1992 a 1998. Pero como el reconocimiento de la soberanía palestina es algo que está aún en el aire, la organización de los Récord Guinness no la cuenta entre sus registros, aunque sí que la menciona.
La mayor pérdida de patrimonio personal
El inefable inversor japonés Masayoshi Son, presidente de SoftBank, ostenta este récord. Con la crisis de las puntocom en febrero del año 2000, Son vio cómo le desaparecían en apenas horas 58.600 millones de dólares (51.782 millones de euros). No sólo le perjudicó el desplome del valor de las compañías en las que invirtió —muchas de las cuales se esfumaron en ese momento—, sino que su propia empresa, SoftBank, se desplomó igualmente en Bolsa.
Pese a lo vertiginoso de lo perdido en ese momento, Son aún se quedó con varios miles de millones de euros en el bolsillo y tanto él como SoftBank sobrevivieron a la catástrofe. Y hoy en día su fortuna personal ronda los 22.700 millones de dólares (20.058 millones de euros).
Masayoshi Son y SoftBank no adquirieron aversión al riesgo y el fondo de inversiones tecnológico que maneja aún dan mucho que hablar, rozando de nuevo el desastre con la casi quiebra de la tecno-inmobiliaria WeWork. El hijo de Son y el Consejo de Administración de Softbank tratan desde entonces de mitigar el atrevimiento de las inversiones del magnate japonés. Este año, Son ha vuelto a perder dinero: su fortuna ha experimentado se ha reducido 13,6 mil millones de dólares, convirtiéndolo en uno de los 10 mayores perdedores del año.
La persona con más tarjetas de crédito del mundo
Cada uno convierte su dinero en lo que quiere y eso ha decidido hacer el ciudadano chino Zheng Xiangchen, de Shenzen. El Guinness certificó en 2019 que el ¿afortunado? Zheng acumulaba 1.562 tarjetas de crédito. ¿Y qué le inspiró a hacer algo así? Pues el ejemplo del californiano Walter Cavanagh, el anterior titular de la marca que poseía 1.497 “plásticos” aunque ninguna deuda. Si bien Cavanagh estuvo acumulando tarjetas desde los años 70, mientras que Xiangchen logró reunir las suyas en sólo seis años.
Las economías más fulgurantes
Aquí nos encontramos con pocas sorpresas. Los Estados Unidos son la economía más grande del mundo, con un valor estimado de en torno a los 19.000 billones (millones de millones) de dólares. También son el país con el mayor Producto Interior Bruto (PIB), que registró su techo —según el Guinness— en 2017, con un PIB de 12,24 billones de dólares.
Pero el récord de crecimiento lo tiene la verde República de Irlanda, que con su política de atraer inversiones y empresas tecnológicas logró un crecimiento del 26,3% en 2015, según datos del Banco Mundial.
Y aun así la mayor expansión económica la ostenta Catar, que en 2010 hizo crecer su PIB un impresionante 19,4% en 2010.
