El Ministerio de Educación y Formación Profesional, a través del Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación del Profesorado (INTEF), ha dado por concluido el primer curso intensivo denominado “Aula del futuro”, que tiene como objetivo la capacitación en habilidades tecnológicas digitales de los profesores. El Aula del futuro es un proyecto promovido por la Unión Europea (conocido por su nombre en inglés, Future Classroom Lab), que consiste en un espacio físico de enseñanza y aprendizaje, totalmente equipado con las últimas tecnologías de comunicación, donde se enseña a los docentes a visualizar la forma en que las aulas actuales se pueden modificar de un modo sencillo para promover cambios sustanciales en los modos de enseñanza al alumnado.

Lo que pretenden los Ministerios de Educación de los países de la Unión Europea es que los alumnos del futuro inmediato aprendan “haciendo” y no solamente memorizando contenidos. En el Aula del futuro, cuyo primer curso se ha venido desarrollando en el “aula piloto” situada en las instalaciones del INTEF, en Madrid, entre el 6 de septiembre y el 20 de octubre, se procura aprender a desarrollar las competencias del alumno, tal y como vienen marcadas por Europa desde el año 2006, cuando se fijó la “competencia digital” como una de las habilidades a desarrollar obligatoriamente entre el alumnado. 

Así las cosas, en esta Aula del Futuro los alumnos son los propios docentes, ya que, según José Luis Fernández, Jefe de servicio de Experimentación Educativa del INTEF,“si se quiere un cambio en educación o lo haces con los profesores o no hay cambio”.

Pero ¿esto es una clase?

Nada más entrar ya se percibe que no es un aula al uso. En este espacio diáfano los pupitres no están situados frente a la pizarra. De hecho, no hay pizarra. Ni pupitres alineados en filas a lo largo y a lo ancho. La primera sensación que se tiene es la de no saber ni dónde te tienes que ir a sentar. 

Lo segundo, y más importante, es que los docentes empiezan desde el primer momento a practicar. Se trata de sesiones formativas en las que no vienen a escuchar un discurso, sino a que les enseñen distintas formas y maneras de hacer actividades en el aula, que luego ellos pondrán en práctica con su alumnado. 

El aula está dividida en zonas: Presenta, Crea, Desarrolla, Explora, Interactúa e Investiga. No son áreas estancas, sino que se pretende que los alumnos vayan de unas a otras y asocien que a este espacio se viene a eso: a investigar y a interactuar, empleando tabletas, móviles, cámaras digitales, ordenadores portátiles y chromebooks (los ordenadores portátiles que utilizan el sistema operativo Chrome OS de Google).

Samsung, el aliado

Como reconocen los responsables del Aula del futuro, los convenios de colaboración entre INTEF y Samsung han sido fundamentales para la dotación de todos estos elementos tecnológicos. “Con ellos pusimos en marcha este ‘aula piloto’ y a partir de ahí vamos a generar una en cada comunidad y ciudad autónoma, porque lo que tiene que haber es cercanía con las comunidades educativas”. Esta es la primera de una red de veinte aulas que se van a implantar” en un futuro cercano. 

El INTEF viene colaborando con Samsung desde 2014, con un proyecto de experimentación que se llamó Samsung Smart School, dirigido a centros de primaria (dos por cada comunidad y ciudad autónoma), para medir el impacto en el aprendizaje del alumnado y en las formas de dar clase con la tecnología mediante las soluciones aportadas por Samsung (pantallas, tabletas, carros de carga, sistemas de gestión, etc.). 

Después de ese primer paso, en 2017 comenzó a desarrollarse el proyecto europeo Future Classroom Lab y surgió la posibilidad de crear un primer espacio en la sede de INTEF, mucho más pequeño y modesto, para ver si generaba interés en la comunidad educativa española o no. “Y vimos que, efectivamente, la respuesta desde todas las comunidades autónomas y centros educativos que querían venir a verla era bastante impactante”, confirma Fernández. 

Con esos precedentes, en 2020 se sacó a concurso la primera convocatoria de cursos del Aula del Futuro, que ha contado con algo más de cien docentes que han pasado por ella, entre el 6 de septiembre y el 20 de octubre. Allí han abordado temáticas como la inteligencia artificial y la realidad aumentada, el aprendizaje personalizado o la evaluación formativa con medios digitales. Pero no la teoría, sino la práctica directa de cómo personalizar el aprendizaje, por ejemplo, con actividades de realidad virtual y aumentada en el aula. El objetivo es que los alumnos interactúen, investiguen, desarrollen, creen y eso les ayude a desarrollar sus competencias. 

A las nueve temáticas de este año se añadirán en la próxima convocatoria –en la que se quiere llegar a 300 docentes– otras nuevas, como robótica y pensamiento computacional. La iniciativa pretende que, una vez presente en todas las comunidades autónomas, se forme anualmente un mínimo de 6.000 profesores. Pero, como advierten los responsables del INTEF, “la idea es que los colegios empiecen a replicar este modelo y metodología, para que sean los propios centros los que lo impartan y lo hagan extensible a todos sus profesores. Esto no es más que una semilla que tiene que ir creciendo y convirtiéndose en estándar entre toda la población docente”.