Lejos quedan los días en los que, en la década de los 70, los Z-Boys (liderados por Stacy Peralta, Jay Adams y Tony Alva) se lanzaban con sus tablas de skate en piscinas vaciadas por las sequías que azotaban California en aquel momento. Esos jóvenes le dieron relevancia a un deporte que se asociaba a varones con pocos recursos y salidas. Una década después, en los 80, subirse a un monopatín se había convertido en una seña cultural y de identidad de la juventud mundial. Sin embargo, aún quedaba mucho por rodar.
En el 2002, la revista American Sports Data, publicó un reportaje sobre esta actividad en el que afirmaba que del total de las personas que la practicaban un 74% eran hombres y el 26% restante, mujeres. Casi 20 años después, este 2021, el skate ha debutado como deporte olímpico en los Juegos de Tokio y una cosa ha quedado clara: las nuevas amas del bowl y de las rampas son las mujeres.
La gran revelación ha sido la patinadora Sky Brown, una de las atletas olímpicas más jóvenes de la competición en Tokio, que ha conseguido el bronce en la modalidad de parque esta semana, y que —con 13 años— se ha convertido en la medallista olímpica más joven de la historia de Reino Unido.
Brown, de origen anglo-japonés, se inició en el mundo del skate con apenas cuatro años. Su fama se hizo en las redes, gracias a la publicación de un vídeo en la cuenta de Facebook de su padre en el que se derrocha habilidad en una minirampa. Fue entonces cuando el mundo entero la conoció, sin embargo, hubo que esperar algunos años para verla derrapar en las pistas de mayores.
La joven, que reconoce no haber tenido un entrenador hasta la fecha, eclipsó con su pericia en el Parque de Deportes Urbanos de Ariake de la capital nipona. Previo a esta experiencia, Brown ya había tocado las estrellas. Entrenamientos en las mejores instalaciones, como las del skater Tony Hawk, y patrocinios millonarios como el de Nike, con el que ostenta el título de ser la deportista más joven del mundo apadrinada por la marca, la han acompañado desde una edad muy temprana. Pese a ello, la deportista demuestra que no deja de tener los pies en la tierra.
Reflejo de su buena actitud son sus redes sociales, donde el skate y el surf (también nuevo deporte olímpico y desde el que se lanzan muchos al monopatín) se complementan con el baile, familia y amigos. Es ambiciosa. De las mujeres que no se rinden. Ni siquiera haberse caído desde una altura de casi cinco metros (por lo que estuvo al borde de la muerte) le ha quitado la sonrisa. Y, con su corta edad, destaca por su necesidad de ayudar a los demás: tiene una colaboración con un fabricante de tablas y un socio benéfico con el que diseñó un patinete de la cual destina los beneficios a financiar escuelas de patinaje para niños y niñas en las zonas más desfavorecidas del mundo.
«Mi sueño es seguir viajando por el mundo, seguir patinando, seguir surfeando y seguir siendo un niño. En especial, quiero ir a países desfavorecidos y ayudar a esos niños»
Sky Brown, patinadora.
Viajar por el mundo, patinar, surfear, bailar, y también alentar a las jóvenes a superar sus límites hacen de ella un icono. Pero no es la única. Existe toda una generación de mujeres muy jóvenes que dominan este deporte y rompen con cualquier cliché que se haya podido tener en el pasado.
Momiji Nishiya y Rayssa Leal, ambas de 13 años, son también ganadoras de medallas en Tokio. La primera se llevó el oro para la delegación de Japón en la modalidad street. Y la segunda, la plata para Brasil en la misma competición. El bronce fue para la nipona Funa Nakayama, de 16 años.
La historia de Leal es similar al de Sky, dio la vuelta al mundo con un vídeo viral tirando un flip en un set de escaleras vestida de hada (con tutú incluido) en 2015. Desde entonces ha conseguido el patrocinio de Nike Sb, además de proclamarse subcampeona de la SLS World Championship Finals de 2019 (el campeonato mundial de la Liga de Skateboard).
Otro ejemplo del éxito de este deporte entrte mujeres es Kokona Hiraki, que con sus 12 años ha sido la segunda atleta olímpica más joven de la delegación japonesa en los Juegos de Tokio. Y con sello español destacan Andrea Benítez, de 24 años, y Julia Benedetti, que con sus 16 ha sido la menor de la selección de deportistas españoles en el país nipón.