Todo líder se caracteriza por defender continuamente sus ideas y su plan establecido para alcanzar sus metas. Tendrás que argumentar continuamente y adaptar estas técnicas persuasivas a las personas que los reciben o a las circunstancias de ese momento concreto.
Los argumentos según su contenido se poyan en creencias, valores y premisas aceptadas por el conjunto de la sociedad.
-Hedonista: se basa en aquello que provoca únicamente placer o felicidad.
-De las mejores prácticas: basado en la preferencia por las prácticas aceptadas generalmente en la sociedad frente a nuevas formas de proceder.
-De utilidad: se basa en la premisa de que lo útil es más valioso que lo que no lo es.
-De la mayoría: Basado en una premisa mayor. Suelen comenzar con un ejemplo.
Los argumentos racionales se basan en verdades e ideas admitidas por la sociedad.
-De autoridad: basado en la opinión de una persona con prestigio reconocido en su profesión.
-De ejemplificación: se basa en un ejemplo concreto y conocido tanto por la persona que argumenta como por la que es persuadida.
-De hecho: basado en un hecho comprobable y apoyado en datos que pueden ser verificados.
-Por analogía: basado en el establecimiento de una relación entre el hecho que se quiere demostrar y una realidad distinta. (Un ejemplo de este argumentos es el de costes y beneficios).
-Basado en datos y estadísticas: se basa únicamente en datos que pueden ser comprobados.
-De causa- efecto: basado en la verificación si la persona persuadida conoce la causa y el efecto.
Los errores más significativos que debes evitar en toda argumentación son:
-Evitar generalizar, es decir, elevar un caso particular a lo general.
-Utilizar dos hechos como causa y efecto, creando un círculo argumentativo del que es difícil salir.
-Establecer relaciones falsas de causa- efecto
-Crear falsas analogías y comparaciones que no son válidas en todos los casos, unicamente en algunos.
-Apelar a los sentimientos del destinatario. No olvidemos que la argumentación debe apoyarse en ideas. La coacción no es un argumento válido.
Para conseguir convencer se pueden combinar inteligentemente los diferentes argumentos. Al realizar una buena argumentación, nuestras posibilidad de encontrar apoyo para nuestras ideas y opiniones aumenta considerablemente.