El psiquiatra Heinz Laymann define el ‘mobbing’ como fenómeno en que una persona o grupo de personas ejerce una violencia psicológica extrema, de forma sistemática y recurrente y durante un tiempo prolongado, sobre otra persona en el lugar del trabajo, con la finalidad de destruir la reputación de la víctima, las redes de comunicación, perturbar el ejercicio de sus laborares y lograr finalmente que esa persona o grupo de personas acaben abandonando el lugar de trabajo.
Pero, en muchas ocasiones, la intimidación se produce a nuestro alrededor y no es sencillo identificarlo. Dentro del acoso psicológico podemos diferenciar tres clases de ‘mobbing‘: Descendente cuando proviene del jefe o un cargo superior en la estructura jerárquica de la empresa; horizontal cuando acosador y víctima son trabajadores; y vertical cuando los acosadores pertenecen a una posición jerárquica inferior al de la víctima.
Los expertos en acoso Gary y Ruth Namie describen en su libro ‘The Bully Fre Workplace’ los pasos que deben seguir los líderes para detener las situaciones de abuso en el ámbito laboral. El primer paso es aprender a reconocer el acoso y evaluar su incidencia en tu empresa. Conocer los efectos físicos y psicológicos que provocan en las víctimas y el impacto negativo en el clima de trabajo y la productividad de tus equipos. Para evaluar la incidencia del ‘bullying’ en el lugar de trabajo es necesario que el jefe tenga canal de comunicación directo con sus empleados y estos confíen en él.
Una vez identificada la situación y la víctima, es necesaria la intervención del líder. Mirar hacia otro lado o dejar que los problemas los solucionen tus empleados por sí solos no es una opción. Para evitar la impunidad del acosador hay que poner en marcha políticas que eviten la intimidación en el lugar de trabajo y hacerlas cumplir. El líder debe buscar asesoramiento en esta materia en el trabajo y redactar unas políticas que dará a conocer a sus equipos con el objetivo de detener el acoso y proteger a las víctimas.
Otras maneras de prevenir el acoso en las empresas es formar a empleados y líderes en habilidades que les permitan identificar rápidamente conductas y rasgos de personalidad que delaten cualquier tipo de intimidación. Desarrollar actividades en equipo fuera del horario de trabajo te puede ayudar a conocer los rasgos de personalidad de cada trabajador. Crear un equipo de fútbol de empleados o realizar actividades lúdicas son una buena excusa para ello. Fomentar la comunicación entre líder y empleados. Realice talleres y anima a tus compañeros a contar sus experiencias. Muchas personas sufren en silencio el ‘bullying’ por miedo al acosador y a la reacción de los demás, si es necesario intala un buzón de sugerencias y quejas anónimas, esto puede ayudar en algunos casos concretos. Si nada de esto funciona, una vez identificado el acosador, llega el momento de aplicar la política ‘anti-bullying’ y las sanciones disciplinarias que se requieran.