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Por qué el Museo Británico de Londres sigue siendo una visita obligada a pesar de las controversias

¿Un centro cultural de primer orden o un festín de objetos robados de la época colonial? El Museo Británico es una ventana fascinante a la cultura global: revela los orígenes problemáticos de muchas exhibiciones.

El espectacular Gran Patio, con una sala de lectura en su centro, recibe a los visitantes del Museo Británico. GETTY

Hogar de algunos de los objetos más extraordinarios del mundo, desde la Piedra de Rosetta hasta los Mármoles de Elgin, el Museo Británico es una de las atracciones más populares de Londres.

Pero tras sus impresionantes colecciones se esconde una compleja historia de colonialismo, disputas sobre su propiedad y un debate constante. Entonces, ¿cómo deberían los visitantes modernos acercarse a esta icónica institución? ¿Sigue mereciendo la pena incluirla en su itinerario londinense?

A pesar de las controversias, el Museo Británico sigue siendo un referente cultural, ofreciendo un recorrido exhaustivo por la historia de la humanidad. Para muchos viajeros, es una oportunidad única de ver objetos que tal vez nunca encontrarían en otro lugar, sin salir de Londres.

Debates sobre la propiedad

En el centro de la controversia del museo se encuentra la cuestión de su propiedad. Muchas de sus piezas más famosas, incluidas las esculturas del Partenón (esculturas de la antigua Grecia también conocidas como los Mármoles de Elgin) y los Bronces de Benín, fueron adquiridas durante la época colonial británica, a menudo en circunstancias dudosas.

Países como Grecia y Nigeria llevan mucho tiempo exigiendo la devolución de estos tesoros culturales, argumentando que fueron sustraídos sin consentimiento y que pertenecen a sus países de origen.

Muchos coinciden. El destacado abogado de derechos humanos Geoffrey Robertson QC calificó a los administradores del museo como «los mayores receptores de bienes robados del mundo», enfatizando que muchos objetos de su colección fueron sustraídos a pueblos subyugados por las potencias coloniales. Robertson señaló además que «la gran mayoría de su botín ni siquiera se exhibe públicamente».

El Museo Británico alberga una colección disputada de esculturas griegas antiguas conocidas como los Mármoles de Elgin. GETTY

En cuanto a los Mármoles de Elgin, el Museo Británico sostiene que las esculturas fueron adquiridas legalmente con el permiso de las autoridades otomanas y que una comisión parlamentaria confirmó la legalidad de la adquisición en 1816, convirtiéndolo en el legítimo propietario.

El Museo Británico también mantiene una relación profesional positiva con el Museo de la Acrópolis, colaborando en talleres, intercambios de personal y compartiendo conocimientos sobre temas como la escultura antigua y la presentación museística.

El presidente del Museo Británico, George Osborne, se ha resistido a las peticiones de devolución de estos objetos: «Crear este Museo Británico global fue el trabajo dedicado de muchas generaciones. Desmantelarlo no debe convertirse en el acto descuidado de una sola generación».

La dirección del Museo Británico, junto con el Gobierno del Reino Unido, ha iniciado diálogos limitados sobre la colaboración cultural y los préstamos temporales. Sin embargo, para muchos críticos, estos esfuerzos no logran abordar las cuestiones morales e históricas más profundas.

Lo más destacado del Museo Británico

Desde momias del antiguo Egipto hasta relieves asirios e intrincados objetos de culturas indígenas de todo el mundo, la vasta colección del museo abarca más de dos millones de años de historia.

La exposición del Antiguo Egipto en el Museo Británico ofrece una visión fascinante de una de las civilizaciones más notables de la historia. DAVID NIKEL

Entre los lugares más destacados se encuentran la Piedra de Rosetta, los Mármoles de Elgin, las salas dedicadas al Antiguo Egipto, los relieves de la caza del león asirio y los tesoros de Sutton Hoo de la Inglaterra medieval temprana.

Sin embargo, no todo son grandes salones y estatuas famosas. Aléjese de las multitudes y encontrará galerías más pequeñas y tranquilas llenas de curiosidades, como las fascinantes salas de relojes, que muestran la evolución de la cronometración, o la colección de delicada cerámica escondida en salas laterales.

Estos espacios menos conocidos revelan la profundidad y diversidad de los fondos del museo, lo que lo convierte en un lugar que invita a la exploración pausada.

La visita al Museo Británico

Más allá de la controversia, el Museo Británico sigue atrayendo a más de seis millones de visitantes al año. Para los amantes de la historia, los entusiastas del arte y los viajeros curiosos, su atractivo es innegable.

Pocas instituciones ofrecen una visión tan completa de los logros —y las dificultades— de la civilización humana bajo un mismo techo. El edificio en sí, con su icónico Gran Patio con techo de cristal, merece una visita por sí solo.

Es fundamental planificar con antelación para aprovechar al máximo el viaje. La entrada al Museo Británico es gratuita, pero se recomienda reservar en línea con antelación una entrada con un horario determinado, especialmente durante la temporada alta turística y los fines de semana.

Las piezas de ajedrez de Lewis, intrincadamente talladas en marfil de morsa en el siglo XII, son uno de los tesoros más emblemáticos del Museo Británico y ofrecen una visión de la vida medieval y el arte nórdico. DAVID NIKEL

La fila para quienes no tienen entrada reservada, en una entrada diferente, siempre es larga.

El museo es enorme, así que tener una idea general de lo que quiere ver puede ayudarle a enfocar su visita. Prepárese para multitudes alrededor de la Piedra de Rosetta y las momias egipcias; si estas son visitas obligadas para usted, es recomendable llegar temprano y dirigirse directamente a estas galerías antes de explorar más.

Como alternativa, si desea evitar las zonas más concurridas, colecciones menos conocidas pero igualmente fascinantes, como las de América, Oceanía y África, pueden ofrecer una experiencia más tranquila y, a menudo, más reflexiva.

Si desea profundizar en el tema, considere unirse a una de las visitas guiadas o exposiciones especiales del museo, algunas de las cuales requieren el pago de una entrada. El museo también ofrece audioguías y guías descargables gratuitas desde su sitio web para ayudarle a explorar las colecciones por su cuenta.

Ya sea que opte por un recorrido rápido de una hora por los lugares más destacados o pase un día completo explorando, el Museo Británico ofrece un viaje inolvidable a través de la historia compartida (y disputada) del mundo.

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