Naciones Unidas ha dado a conocer su Informe de la Felicidad Mundial 2025 (World Happiness Report) y, casi podríamos decir que para sorpresa de nadie, Finlandia lidera la clasificación por octavo año consecutivo como el país más feliz del mundo, con una puntuación media de 7,7 sobre 10. El sentido de comunidad, la amabilidad cotidiana, la confianza en la sociedad, la fácil accesibilidad a la naturaleza… Todos esos valores, tradicionalmente asociados a los países nórdicos, son los que, en opinion del organismo, cimientan esa posición de privilegio, por encima de la prosperidad o la salud.
Además, en esta edición, el World Happiness Report ha hecho especial hincapié en el tema Caring & Sharing, con el que ha querido destacar la importancia del entorno social, del sentido de comunidad, la importancia de las relaciones interpersonales… Banderas que hace suyas la capital del país, Helsinki, una de las ciudades con mayor calidad de vida del mundo, y donde es muy común que los vecinos se reúnan para limpiar espacios urbanos comunes o compartan mesa en bares y restaurantes sin conocerse previamente.
Un espíritu de felicidad comunal que impregna festivales locales como el Käpylän Kyläjuhla y Kallio Block Party, donde se reúnen barrios enteros, o en el Festival Roihuvuori Hanami, que celebra la primavera bajo los cerezos en flor; y, también, en mercadillos como los Siivouspäivä, un concepto nacido en Helsinki donde cualquiera puede montar un puesto en la esquina.
“Aquí, la felicidad se integra discretamente en la vida cotidiana. Y aunque no siempre se refleje en nuestros rostros, está presente en la forma en que funciona la vida, en cómo nos reunimos y en los espacios que compartimos», destaca Juhana Vartiainen, alcaldesa de Helsinki.
Y tal vez no haya nada más definitorio para esta explosión de felicidad compartida que es la vida en Finlandia que la sauna. Esta gran pasión nacional se disfruta en un lugar, ya sea privado o público, donde los desconocidos -y, por ende, los viajeros- se convierten en felices finlandeses… a lo que hay que sumar el continuo y fácil acceso a la cultura, ejemplificado en auténticas obras maestras arquitectónicas como la Biblioteca Central de Oodi, un espacio público donde personas de todas las edades y orígenes se reúnen para leer, trabajar, jugar o simplemente pasar el tiempo y que en 2022 recibió más de 1,8 millones de visitas.
Ese acceso a la naturaleza, especialmente fácil y en la capital de Finlandia, llena el ocio de locales y visitantes. Sin salir de la ciudad, hay nada menos que 1.300 kilómetros de carriles bici, decenas de playas públicas, pistas de hielo y zonas de baño invernal -¿quién dice miedo por sumergirse en las aguas heladas? Los finlandeses no, desde luego-, y casi cien parques para perros… detalles, todos ellos, que convierten a Helsinki, además de en un destino de viaje ideal, en un lugar muy, muy feliz.
