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Por qué General Motors abandona su proyecto de robotaxis

General Motors (GM) ha decidido desmantelar su unidad de robotaxis Cruise, una subsidiaria que operaba servicios completamente autónomos en ciudades como San Francisco, Austin y Phoenix. La compañía, que adquirió Cruise en 2016 por 1.000 millones de dólares, planea integrar su tecnología en el desarrollo de vehículos autónomos privados dentro de sus operaciones internas. GM justificó la decisión argumentando que expandir el negocio de los robotaxis requeriría un tiempo y recursos significativos, en un mercado cada vez más competitivo y desafiante.

Cruise, una de las pioneras en el sector de taxis autónomos, sufrió un revés significativo tras un accidente en 2023 en el que uno de sus vehículos arrastró a una persona atropellada varios metros. Este incidente, que provocó la suspensión temporal de sus actividades, puso de manifiesto las dificultades de los sistemas autónomos para operar de forma segura en entornos urbanos. Desde 2017, Cruise acumuló pérdidas de 8.200 millones de dólares debido a los altos costos de desarrollo e implementación.

El abandono de Cruise refleja los desafíos de este mercado, incluido el alto costo de producción y operación de los vehículos autónomos, y las limitaciones tecnológicas para manejar situaciones complejas en áreas urbanas. En San Francisco, tanto Cruise como Waymo han enfrentado críticas de bomberos, policías y parte de la población debido a problemas en la respuesta de sus vehículos en emergencias. Estas dificultades, combinadas con la falta de rentabilidad, han llevado a GM a reorientar sus esfuerzos hacia tecnologías más sostenibles.

La salida de Cruise deja a Waymo, propiedad de Alphabet, como la principal alternativa en el mercado de robotaxis en Estados Unidos. Waymo opera en ciudades como San Francisco, Austin, Phoenix y Los Ángeles, y ha diversificado el uso de su tecnología autónoma en áreas como el reparto y la logística. Otros competidores, como Motional (participada por Hyundai), solo operan en áreas limitadas, mientras que Tesla aún no ha comenzado pruebas de su prototipo de robotaxi, a pesar de sus intenciones de ingresar al sector.

Mientras tanto, en China, empresas como Baidu Apollo y Didi Chuxing están liderando el mercado con despliegues a gran escala en varias ciudades. Sin embargo, estas compañías no han manifestado planes para expandirse internacionalmente. A nivel global, el futuro del mercado de robotaxis dependerá de superar las barreras tecnológicas y económicas que han limitado su expansión y aceptación hasta ahora.

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