¿Puede un reloj extremadamente complicado atraer a la muñeca femenina? Puede, aunque históricamente los modelos con complicaciones (esas funciones que van más allá de dar la hora) hayan tentado más a los hombres. Lo dice Anne-Gaëlle Quinet, directora de Complicaciones de Audemars Piguet, una de las pocas mujeres que ocupa esa posición en la industria de la alta relojería.

Quinet nació hace 45 años en La Chaux-de-Fonds, al noroeste de Suiza. Es uno de los centros mundiales de la relojería, por lo que emplearse en el sector es una opción muy presente en la vida de sus ciudadanos. Su padre era ingeniero de micromecánica, y su madre fue directora de marca en Breguet, firma del grupo Swatch. Quinet asistió a la Escuela Técnica de Relojería y se especializó en la regulación de movimientos.

“La relojería en su conjunto es un campo técnico, pero si hablamos más específicamente de las complicaciones, comencé a interesarme por ellas cuando inicié mi carrera. Me especialicé en la espiral y la precisión del tourbillon. Desde entonces, la extrema precisión, la ingeniería y la excelencia requeridas han despertado aún más mi interés por las complicaciones”, comenta quien trabaja en Audemars Piguet desde 2021.

Tras pasar por los talleres de lo más granado de la alta relojería, Breguet y Patek Philippe, Quinet se relaciona actualmente con los clientes de Audemars Piguet en todo el mundo, y participa en la implantación de estrategias relacionadas con la producción y la comercialización de las altas complicaciones de la enseña. En su lista de referentes ocupa un puesto primordial Jacqueline Dimier, una de las pocas diseñadoras de relojes del siglo XX.

“Ella allanó el camino al crear un tourbillon ultradelgado de cuerda automática sin género en 1986, la Referencia 25683BA, cuando todos los relojes para las mujeres debían tener un movimiento de cuarzo. Personalmente, nunca creí que los relojes fueran específicos de un género. Más tarde, otras mujeres creativas dieron vida a un nuevo segmento, el movimiento con complicaciones combinado con un toque femenino, en cuanto a la diversidad de colores y a la armonía en la estética en general”.

Estos días, Anne-Gaëlle Quinet se ha centrado en la última virguería mecánica de Audemars Piguet, el Code 11.59 by Audemars Piguet Universelle RD#4, con el que se muestra como una niña con zapatos nuevos. Sus compañeros de la casa han tardado siete años en darle forma, y han conseguido una proeza: integrar 40 funciones (23 complicaciones) en un reloj de muñeca. Entre ellas, una gran sonería (Supersonnerie, para una mayor potencia acústica), un calendario perpetuo semigregoriano (que no requiere de ajuste manual hasta el año 2400), un cronógrafo flyback con ratrapante y un tourbillon volante. Su precio asciende a 1,4 millones de euros.

“Mientras presento este reloj de pulsera ultracomplicado a nuestros apasionados clientes, no dudo en llevarlo para mostrarles cómo se adapta perfectamente también a la muñeca de una mujer. Todos quedan muy impresionados por su tamaño compacto [42,4 mm de diámetro y 15,5 de grosor] a pesar de sus complicaciones. Cada día tengo la oportunidad de usar un hermoso calendario perpetuo de 41 mm en oro rosa, la Referencia 26574OR, y recibo muchos elogios de hombres y mujeres. ¡Me encanta!”.