La RAE (Real Academia Española) consta de 46 académicos de número con plazas vitalicias. En la actualidad –y descartando las letras que nunca han tenido representación, como Ñ, W, Y, v, w, y, z–, sólo tres siguen vacías.
Las letras, K, d y q siguen sin representación tan ser ocupadas en su momento por Federico Corriente Córdoba, Francisco Rodríguez Adrados y Gregorio Salvador Caja, respectivamente (arabista y filólogos, por orden de mención). Ante la nueva mención de Paloma Díaz-Mas como académica representante de la letra i, en sustitución a la fallecida Margarita Salas, científica de profesión, la pregunta se antoja necesaria.
¿Hay igualdad de género en la RAE?
La incorporación de la filóloga y escritora a la Academia se llevó a cabo el jueves, 22 de marzo. Su elección sitúa a Díaz-Mas como la octava mujer en activo en formar parte de la RAE. Junto a sus compañeras de sillón, como Carmen Iglesias, Carmen Riera, Paz Battaner, Clara Janos, Soledad Puértolas, Aurora Egido e Inés Fernández-Ordóñez, la lista de mujeres que ocupan un puesto en esta institución se antoja deficiente en comparación el resto de sillones representados por hombres.
Por una diferencia de cuatro puntos, Díaz-Mas se impuso a la también filóloga Dolores Corbella, en una tercera votación y por 19 votos a 15, entrando a formar parte de la RAE una mujer experta en romancero y judeoespañol. Estas lenguas no sólo las conoce con suficiencia, también realiza labores de investigación para con ellas y contribuir con sus escritos y análisis a la continuación de ambas, en peligro de extinción según reconoce la UNESCO.
Una mujer más que se suma a la limitada lista de mujeres componentes de la RAE. Carmen Conde fue la primera mujer en conseguir ingresar en esta institución; lo consiguió en 1978, una fecha tardía teniendo en cuenta que la RAE vio su nacimiento en 1713, por iniciativa de Juan Manuel Fernández Pacheco y Zúñiga, marqués de Villena.
Aunque la presencia femenina es cada vez más notable y el número de mujeres representantes se va sucediendo con más frecuencia, lo cierto es que la institución sigue teniendo dominancia masculina en sus sillones. Díaz-Mas defiende que la RAE trabaja incansablemente por la igualdad de género en sus puestos y ha pedido en sus últimas entrevistas concedidas, a raíz de su nombramiento como académica, que no se tache a la RAE de machista.