Miley Cyrus (Tennessee, 32 años) no deja de sorprender. Fue Hannah Montana desde los 13 años, la ex estrella de Disney, liderando una franquicia de mil millones de dólares. A los 20, dinamitó esa imagen (en especial la de Wrecking Ball) con el álbum Bangerz (2013), un álbum que vendió más de 3 millones de copias y la mostró irreverente, en llamas y fuera de control. A partir de ahí, fueron todos hits: Flowers (2023) fue el single más escuchado del año en Spotify.
La cantante siempre nos deja boquiabiertos, y esta vez lo ha hecho junto a la Maison Margiela.

De Hannah Montana a posar desnuda
Miley Cyrus nunca necesitó permiso para reinventarse. Ni para hacer lo que ella quisiera. De Hannah Montana a lamer martillos, y de cantar baladas country a los Grammy (Grabación del Año por Flowers en 2023), ahora posa completamente desnuda para la nueva campaña de Maison Margiela. Cubierta únicamente de pintura blanca y unas botas Tabi, posa para la firma francesa de forma casi teatral.

Se trata de la primera campaña con una estrella pop en casi cuatro décadas: Margiela necesitaba a alguien que entendiera la transformación como lenguaje, y Miley no ha hecho otra cosa desde que tiene memoria. En 2023 Milley Cyrus apareció en la MET Gala con un vestido reciclado de Margiela. Pero ahí iba vestida. Era una pista clara.


La campaña, firmada por el fotógrafo Paolo Roversi, es una experiencia visual que rescata el concepto de “huella del tiempo” tan característico de la maison: prendas que parecen heredadas, intervenidas, vividas. Son piezas arrugadas, desteñidas, planchadas una y otra vez.
La técnica bianchetto, que Margiela usó por primera vez en muebles en 1989, ahora cubre su piel como si fuera un lienzo en blanco.
Ella misma lo explicó: “Posar desnuda para una campaña de moda fue enorme. Todo lo que llevaba puesto era pintura corporal y las botas Tabi. En ese momento, Margiela y yo nos convertimos en uno”.

La colección Otoño-Invierno 2025 presenta una nueva versión del bolso icónico 5AC y un debut: el Dress-Age Tote, una reinterpretación de los códigos clásicos de vestir. La técnica de presión y encogimiento sobre chaquetas, camisas y pantalones crea efectos de prendas vividas, desgastadas, únicas.
