Un apagón en Cannes el pasado 24 de mayo, durante la celebración de su festival, impidió mi videollamada con la actriz Elle Fanning (Georgia, Estados Unidos, 1998). Con ella pretendía charlar sobre sus obras y milagros, casi en el sentido literal de la expresión, porque a sus 28 años cuenta con más de 50 películas en su historial laboral. Una niña prodigio que asegura no conocer la clave del éxito, aunque esté experimentándolo en primera persona. A pesar de que no pude tener una conversación one to one con ella, únicamente separadas por el monitor, la tecnología que impidió nuestro ‘encuentro’ también permitió, más tarde, que hoy esté aquí contando todo lo que ella me contó primero a mí.
«Es increíble. Es realmente increíble», creo que fue la frase más repetida por Elle cada vez que pasábamos revista a sus progresos como actriz, profesión que no le ha sido ajena nunca. Se puso delante de una cámara a los dos años de edad, pero para entonces, su hermana mayor, Dakota Fanning (Georgia, Estados Unidos, 1994), ya se había encargado de mover el apellido por las pantallas del cine. En cambio, las dos hermanas no han trabajado nunca juntas delante de una pantalla, pero sí lideran la productora Lewellen Pictures. Este proyecto familiar les permite pasar tiempo la una con la otra y explorar una nueva aventura laboral que suele ir muy de la mano de la faceta de la actriz.
Una insólita leyenda: ser niña prodigio en Hollywood
En una entrevista reciente –con motivo del estreno de A complete Unknow, película que homenajea la vida de Bob Dylan, interpretado por Timothée Chalamet, y donde ella da vida a Suze Rotolo, el primer amor del artista– confiesa que es a su hermana a quien tiene como referencia en el mundo del cine. Pero también a algunas de las grandes referencias del sector con las que ha trabajado. Sofia Coppola, Javier Bardem, Natalie Portman, Scarlett Johansson y Nicholas Hoult, entre otros muchos nombres. «He trabajado con tantos genios que no podría elegir a mi preferido», responde apurada Elle, aunque, finalmente, encuentra un par de nombres entre todos los que rondan su cabeza: «Bueno, mira, te diría dos. Este año estoy haciendo una serie llamada Margo’s Got Money Troubles, que tiene un casting increíble. Están Nicole Kidman y Michelle Pfeiffer, que hace de mi mamá y me hace especial ilusión porque ya trabajamos juntas en Maléfica 2: Dueña del mal, la secuela de Maléfica. Pero es que, además, la ilusión por este trabajo no acaba aquí. David E. Kelly, el marido de Michelle, es el que ha escrito el guión. Nunca han trabajado juntos, esta es su primera vez. Me parece una anécdota muy divertida de la que ya formo parte, porque ella es icónica y ya nos ha hecho vivir momentos memorables».
Aunque a Kidman y Pfeiffer les dedica unos momentos en esta entrevista, reconoce tener mucha suerte por haber compartido tantas vivencias con tantas celebridades que no puede quedarse sólo con una favorita. Y es que desde los dos años, a la actriz le ha dado tiempo a ponerse a las órdenes de muchos y variados directores y compartir cartelera con otros tantos actores. Es, sin ninguna exageración, una de las pocas niñas prodigio que ha dado Hollywood. Calificativo a valorar si tenemos en cuenta que a la conocida como la ‘Meca del cine’ siempre parece tener dificultades para clasificar a sus actrices y actores en estrellas del sistema o juguetes rotos. Sin verlo venir puedes estar en ambos lados de la moneda de un día para otro. Elle, no. Elle Fanning permanece estable en ese pequeño colectivo del cine tan querido de puertas para dentro.
Sin embargo, ella insiste: «No tengo la clave del éxito». Se muestra tajante cuándo le pregunto cómo llega una chica de dos años a escalar por el cine hasta llegar a la Meca, mantenerse en ella, hacerse con papales protagonistas, trabajar con los mejores y verse nominada –en varias ocasiones– a los Globos de Oro y los Emmy (por su ácida y ecléctica interpretación de Catalina la Grande en The Great). No lo sabe. Sólo me confiesa la que para ella podría ser la razón de este éxito: «Me gusta seguir a mi corazón y hago caso a mi instinto. Será eso, porque es lo que llevo haciendo desde que empecé en esta profesión. No digo que necesariamente esto te lleve al éxito, pero amo mi trabajo y creo que en esta industria es lo más importante, hacer algo que te apasione. Puede ser difícil, porque entran a jugar los miedos. Que si te pueden rechazar, que si tienes un día malo y no consigues estar bien para conectar, que puedes dejarte llevar por cosas que deseas que pasen pero que todavía no han llegado… Pero mantener la pasión es importante. Seguir al corazón, permanecer fuerte y trabajar duro. No creo que sea una clave, pero sí se hace cualquier cosa con esa intención, se consigue».
Elle lo hace a diario, porque hasta A complete Unknow, que se estrenó a finales de 2024 y retumbó en nuestro memoria hasta los Oscar de 2025, parece cosa del pasado. En el marco de Cannes 2025 la actriz presentó Sentimental Value y mientras preparaba esta entrevista se confirmó su presencia en la nueva entrega de Los Juegos del Hambre: Amanecer en la Cosecha, donde interpretará a Effie Trinket y tomará el relevo de Elizabeth Banks. «Estoy muy emocionado, porque, además, da la casualidad que de todos los personajes el de Effie es mi favorito. Me hace mucha ilusión que me hayan elegido a mí para seguir los pasos de Elizabeth Banks, de quien he leído que se inventó el personaje casi de cero porque no había mucha información sobre ella en los libros en los que se inspira esta saga. Así que es gracias a ella que amo el personaje. Ha dejado el listón alto, pero espero responder tan bien como lo hizo ella. Ya hemos hablado y sus palabras han sido muy gratificantes».
Vida más allá de Hollywood: un mujer comprometida
Su estrella va más allá de Hollywood. Entre mujeres se siente cómoda. Interpretándolas, acompañándolas y dándoles voz. También fuera de la pantalla y sin guión de por medio. Su compromiso es firme. Y no está sola en la lucha. La actriz norteamericana es embajadora de L’Oréal Paris desde el año 2017 y de uno de sus proyectos más especiales desde hace cinco años, el premio Lights on Women’s Worth. Este reconocimiento es un apoyo a las jóvenes cineastas que presentan en el Festival de Cannes su trabajo. Como joven talento, Elle tiene un papel fundamental con sus también jóvenes compañeras de profesión y, por ello, cree que «es muy importante que las voces de mujeres sean apoyadas y elevadas». En la última edición del festival –culminada el pasado 24 de mayo– Elle y L’Oréal han vuelto a velar por este compromiso. «En estos años he tenido la oportunidad de ser jurado para el premio Lights on Women’s Worth el pasado año, y de verdad que es increíble el trabajo de estas mujeres directoras. Son tan inspiradoras y es tan necesario que se vean sus historias representadas, que esta labor que tengo es maravillosa».
Se siente orgullosa de poder servir de altavoz a otras mujeres que, como ella, sólo luchan a diario por alcanzar su sueño y vivir de él. Y L’Oréal Paris se lo permite. «Llevo ocho años ligada a la marca y me gusta. Trabajar con una marca que coincida con tus creencias es importante para que esa relación sea sólida y duradera. Además, esta sinergia no sólo incluye mi interés por la belleza, que, por cierto, mi rutina de cuidados cambia constantemente. A veces soy muy constante y otras veces no. Ahora estoy muy centrada en limpiar mi piel y mejorar su aspecto. Estoy siendo muy diligente en desmaquillarme todas las noches, por ejemplo. Y estoy enganchada a la máscara de pestañas Panorama, porque mis labios son muy rectos, planos, y necesito poner el foco en la mirada. L’Oréal Paris me está ayudando a cuidar mi piel, sí, pero tras ocho años de colaboración sé que la marca representa mucho más que productos de belleza. Veneran a las mujeres, las apoyan, las empujan a ser lo que quieran ser. Aspiro a imitar eso con esta colaboración. A que hagan realidad sus deseos». Como ha hecho ella.
Ella es actriz, se dedica a hacer lo que más le gusta, pero tiene claro que de no haber tenido una vida laboral vinculada a las cámaras, la veríamos sumergida en trabajos relacionados con ellas. Bien en diseño, en decoración, ya sea la moda o la producción de una fiesta, pero en algo grande para los demás. Tal y como hace ahora. «Lo que sea, pero creativo. Esa es la manera en la que mi mente funciona», reconoce, y es que a la pregunta de ‘si no fueras actriz, ¿a qué te dedicarías?’ dedica mucho tiempo. «Pienso en esto muy a menudo porque realmente quiero darme a mí misma una buena respuesta», dice. Cuando piensa en la vida de la Elle Fanning no actriz, descubre a una mujer igualmente creativa, pero no ve –ni quiere ver– nada más allá. «Creo que estoy en el lugar correcto».
Con medio centenar de películas a sus espaldas, el tiempo de ocio es su auténtico lujo silencioso. Sabe aprovecharlo cuando lo tiene delante. O le da por cocinar –actividad a la que se entregó durante la pandemia de 2020, como casi todo el mundo, cuando este se paró–, o encuentra paz en hacer la compra y elegir productos frescos. Aunque ya no lo hace tanto. Ahora, invierte en amigos, en estar con ellos. «Este verano tendré más tiempo libre, así que espero viajar más. Es verdad que viajo mucho por trabajo, pero quiero viajar por placer. Ese es mi objetivo para lo que queda de año». Feliz viaje, Elle. Que te diviertas.
