Confiesa Julie Cavil (Francia, 1974), directora de la bodega Maison Krug, que «las vacaciones son el momento del año en el que la gente más champán consume». Pero ella reivindica tener siempre una botella en la nevera.
¿Cuáles son las responsabilidades de una directora de bodega?
Me encargo de la elaboración de los vinos. Esto implica desde cultivar una relación con nuestros viticultores hasta que el comité de cata decide si una botella puede salir de la bodega.
¿Qué países son sus principales clientes?
Japón es un mercado fuerte porque Olivier Krug inició allí la expansión de la marca en 1989. También, Reino Unido, Italia y, por supuesto, Francia.
¿Cuáles son sus ventajas frente a la competencia?
Ninguna. Creo que el champán tiene esta forma extraordinaria de ser especial y diferente, independientemente de la casa.
¿Con cuánta antelación tenéis que planear cada edición?
No puede salir una botella de la bodega antes de siete años. Al principio me sorprendió esto, el decidir qué vino iba a ser juzgado dentro de diez años. Tienes que cambiar tu noción del corto plazo. Para mí fue un shock viniendo de la industria publicitaria.
¿Por qué decidió cambiar su trayectoria laboral de las relaciones públicas al mundo del champán?
Estudié empresariales durante cinco años y trabajé seis en una agencia de publicidad. Empecé a cultivar el gusto por le vino con mi marido, haciendo catas en una pequeña tienda de bebidas en París. Me picó la curiosidad. Quería entender cómo dos viticultores de la misma región, vecinos, podían haber creado vinos tan diferentes. Después de leer e informarnos decidimos trasladarnos a Champagne.
¿Y cuántas mujeres tienen la oportunidad de ocupar un puesto similar?
Ha cambiado mucho desde que entré en la industria del champán hace 25 años. No había muchas mujeres en el proceso de elaboración del vino. Ahora, hay muchas candidatas para el puesto en el que estoy. Pero en toda mi carrera no he sufrido por ser mujer, ni siquiera pensaba en ello.
¿En qué consiste su día a día?
Tengo una enorme colección de zapatos en el coche, porque empiezo el día con unas deportivas específicas para el proteger la bodega. Con ellas visito las instalaciones y a los trabajadores. Luego uso botas para reunirme con los viticultores, tacones para ver a clientes y planos para coger el tren.
¿Cuál es la mejor fiesta a la que ha asistido?
Tengo muchas, pero recuerdo un viaje con nuestros embajadores. Estábamos en el desierto, caminando por unas dunas y al llegar a la cima de una de ellas había un agujero con una escultura de hielo en forma de palmera rodeada de nuestras botellas.
¿Qué consejo le daría a alguien que quiera entender de vino y champán?
No hace falta ser un experto para disfrutar de esta bebida. Por eso la comparamos con la música, es algo que se experimenta pero que no necesariamente hay que entender. Mi consejo: probar diferentes vinos y champagnes sin ideas preconcebidas y buscar información sobre el que te gusta.