Roberto Cavalli nació el 15 de noviembre de 1940 en Florencia, en el seno de una familia entregada a las tradiciones artísticas, siendo su abuelo, Giuseppe Rossi, una figura destacada del movimiento de pintura de los «macchiaioli», con obras expuestas en la Galería Ufizzi florentina, y el miembro del clan más relacionados con las artes hasta la llegada del ya desaparecido Roberto Cavalli.

Formado en el Instituto Estatal del Arte de su ciudad natal, se especializó en la aplicación textil de la pintura, puede que para llevar esos dones familiares de los lienzos a las prendas.

Siempre con la naturaleza como fuente de inspiración, sus reproducciones florales sobre camisetas fueron el punto de partida de una trayectoria que se alargó hasta la actualidad. Tanto revuelo causó en el sector que en los primeros años de la década de los sesenta, el diseñador fundó su firma de nombre homónimo, con sede en Florencia, aunque fue en París y en los años 70 donde y cuando presentó su primera colección no fue hasta los años 70 cuando presentó su primera colección el Salón de Prêt-à-Porter de la capital francesa. Más tarde llegaron otras ubicaciones, como el Palazzo Pitti y Milán, siempre en el marco del calendario internacional de las semanas de la moda.

Colección tras colección, Roberto Cavalli fue haciéndose con el calor del público y de la crítica y dio forma a un estilo tan personal que fue admirado por ello: sus diseños fueron una línea continua de teatralidad y excesos, con estampados arriesgados de animal print, pronunciados escotes, detalles en piel y brocados. La combinación de distintos materiales, texturas, colores y formas no asustó al creativo que entregó sus más de 40 años en la moda a vestir a hombres y mujeres que si algo deseaban era ser vistos. En especial, definió la feminidad huyendo de la discreción y valiéndose de la exageración.

Los años 90: despegue internacional

Aunque su devoción en la industria fue desde sus primeros pasos, en la década de los noventa Roberto Cavalli experimentó su gran clamor. La firma se expandió y se diversificó, conquistando territorio internacional, y llegó a distribuirse en más de 36 países. En esos mismos años llegaron otras vías de negocio de la marca, como los complementos, el calzado y la perfumería.

Este éxito fuera de su país y de Francia, donde más éxito tuvo, llevó al director creativo de su propia firma a abrir en Florencia su primera boutique-café, que luego replicó en Milán. También a realizar colaboraciones con otras marcas reconocidas más allá de las fronteras, fue el caso de Harrods, H&M y Coca-Cola. Por mencionar sólo algunos de sus grandes éxitos en colaboración con otras referencias.

Cavalli y la mujer libre

Éxito a éxito, en 2015 el empresario vendió el 90% de la empresa y se alejó de la primera línea del negocio sin salir de él, pero fue ya en 2019 cuando trascendió que Roberto Cavalli había pasado a manos de un fondo de inversión para evitar la bancarrota en la que la marca parecía estar sumida. Más allá del estado económico de la empresa, a nivel creativo, la firma siguió apostando por mantener viva su esencia, aquella que creó en los años 60 y que tan aceptada fue siempre por el gran público.

Hoy, el diseñador que amó la naturaleza hasta el punto de que convirtió las prendas en lienzos en los que derramó su imaginario más fresco y floral, y pintó una mujer libre, ha fallecido a los 83 años, tras una larga enfermedad.