“Imagínate que he subido con una persona a mi casa y estamos en la cama o en el sofá hablando. Doy por hecho que tiene una intención sexual”. Es una de las respuestas del cineasta madrileño Carlos Vermut (Madrid, 43 años) a las consultas del equipo periodístico de EL PAÍS. El director contesta a las acusaciones por agresión sexual, realizadas por tres mujeres.

Una estudiante de cine, una empleada de una de sus producciones y una trabajadora del sector cultural, aseguran que el cineasta aprovechó su reconocimiento para agredirlas. El temor de perder sus trabajos las habría hecho desistir de denunciar.

Y es que el mundo del audiovisual históricamente ha sido de difícil acceso para las mujeres, representando sólo el 37% de quienes trabajan en la industria, según datos de CIMA. Y Carlos Vermut es reconocido en el mundo del cine de autor español. El director ganó la Concha de Oro de San Sebastián con Magical Girl (2014) y fue nominado en los últimos Goya al galardón a la mejor dirección por Mantícora.

Según señalan las mujeres a EL PAÍS, ninguna denunció porque dos de ellas tenían miedo a perder su empleo y otra a no llegar a conseguir uno. Según datos del Ministerio de Igualdad, solo un 8% de las víctimas que sufren violencia sexual se atreve a denunciar.

Los hechos que relatan transcurrieron entre mayo de 2014 y febrero de 2022. Los relatos coinciden en algo: la violencia ejercida por parte de Vermut. También hay algo en común, el perfil de las denunciantes. Mujeres jóvenes, dos de ellas tenían 21 y 26 años en el momento de la supuesta agresión. Las tres de pequeña estatura, aseguran que por esa razón se sintieron incapaces de quitárselo de encima o de defenderse, por el miedo a que pudiera sucederles algo peor.

Mayo de 2014, Madrid

El primer testimonio, recogido por EL PAÍS, cuenta en su relato que conoció a Vermut en un pub de Malasaña. Según relata la mujer, coquetearon y se fueron a su casa. Recuerda que una vez dentro “se tiró encima de mí, empezó a estrangularme. Yo empecé a darle patadas». Según su testimonio, le pidió a Vermut que utilizara preservativo, cosa que no habría hecho.

Una conversación de WhatsApp, entre la mujer y su amiga horas después, muestra su temor por la situación ocurrida.

Mayo de 2016, Madrid

La segunda mujer se encontraba a un año de graduarse en la universidad. El cineasta la contactó para ofrecerle ayuda a ingresar en la industria. Las llamadas y correos entre ambos se intensificaron, para hablar sobre cine.

Él le escribía casi a diario, según cuenta la joven, hasta que un día le propuso que fuera a su casa para analizar una de sus películas.

Recuerda que fue a su casa y que estaban solos. Vieron la película y, al terminar, Vermut se lanzó sobre ella. Según su testimonio, la besó y metió la mano entre sus pechos. “Me quedé tan quieta, no sabía qué hacer, él lo notó y dijo: ‘¿Te pasa algo?”. Vermut se levantó y se fue a su habitación.

El cineasta responde al equipo de EL PAÍS: “Imagínate que he subido con una persona a mi casa y estamos en la cama o en el sofá hablando. Doy por hecho que tiene una intención sexual. A lo mejor me acerco a ella, le puedo tocar los pechos, y si esa persona me dice que me aparte, no hago nada más».

Finales 2019 a febrero de 2022, Madrid

La tercera mujer conoció a Carlos Vermut en una comida. Desde ahí tuvo una serie de encuentros sexuales, con una violencia que ella no consintió, según relata. Por temor a perder su fuente de ingreso, continuó con los encuentros con el cineasta.

Los relatos son recogidos por el equipo conformado por Gregorio Belinchón, Ana Marcos y Elena Reina de EL PAÍS.

En caso de que lo necesites, el teléfono 016 atiende a las víctimas de violencia machista, a sus familias y a su entorno las 24 horas del día, todos los días del año. También por WhatsApp en el número 600 000 016. Si es una situación de emergencia, se puede llamar al 112 o a los teléfonos de la Policía Nacional (091) y de la Guardia Civil (062). En caso de no poder llamar, se puede recurrir a la aplicación ALERTCOPS, desde la que se envía una señal de alerta a la Policía con geolocalización.