El panorama real en Europa se ha visto revuelto en los últimos días. Con la abdicación de la reina Margarita II de Dinamarca, la única monarca por título propio en ejercicio que quedaba en el continente, se han generado cambios en la realeza.
Mary Donaldson se ha convertido en la nueva reina consorte por su matrimonio con Federico X, y, pese a que para su coronación eligió un look bastante sobrio, como marca la tradición, la monarca de Dinamarca suele destacarse por tonalidades coloridas tanta glamourosas como elegantes.
Tan elegantes como sus tiaras. En su colección, se distingue una tiara que data de la época napoleónica, la preciada tiara de rubíes danesa, una de las joyas más importantes de las monarquías europeas.
Sin embargo, el joyero real de España no se queda atrás. Si de tiaras se trata, la reina Letizia posee una colección también bastante importante y llena de historia.
Las reinas de ambos países comparten muchas características. Ambas son reconocidas por su inteligencia, por sur profesiones, Letizia es periodista y Mary es abogada, las dos son plebeyas y muestran su interés por diversas causas benéficas. También tienen algo más en común. Dos valiosas joyas, importantes en la historia de cada país, que coronan sus cabezas. La tiara de rubíes, que con sus colores recuerda la bandera de Dinamarca y la tiara flor de lis, emblema de la dinastía borbónica de España.
La tiara de rubíes de Dinamarca
Es una de las joyas más importantes de la Casa Real danesa. Su historia está llena de una trama de traiciones, amores, desamores y venganzas. Su primera usuaria no es nada menos que Désirée Clary, la ex novia de Napoleón Bonaparte. Su relación inició como un amor de película, pero rápidamente acabó cuando Josefina de Beauharnais se robó el corazón del militar.
Ex prometidos, pero en una época en que las familias solían seguir vinculadas. La hermana de Désirée Clary se casó con el hermano de Napoleón. Además Clary se convirtió en la esposa de uno de los hombres más cercanos a Bonaparte. Por esta razón Désirée no se alejó de Napoleón y estuvo en los momentos más importantes de su vida, como en su coronación como emperador. Precisamente para ese día, la ex prometida del militar mandó a hacer una tiara especial de rubíes.
Tiara que no solo usó en ese evento. Por cosas del destino, Désirée Clary se convirtió en reina de Suecia y Noruega años después. Por lo que su valiosa joya fue utilizada como parte de la colección de la monarca.
La joya fue heredada generación tras generación en la Casa Real sueca. Hasta que la bisnieta de Désirée Clary se casó con el rey Federico VIII de Dinamarca, llegando la tiara a esta familia real hasta el día de hoy. Ingrid de Suecia, abuela del actual rey, se la heredó. Y cuatro años después él la utilizó para comprometerse con Mary Donaldson.
La tiara de rubíes danesa está avaluada en un alto precio. Gerard Vidal, experto en arte y joyería y fundador de Vidal Expertise, plantea a Forbes Women que el precio de la tiara que utiliza Mary Donaldson debería rondar los 3.500.000€ a 4.000.000€. Vidal realiza esta estimación comparando la diadema con otras similares, que han salido antes al mercado.
El cálculo realizado por nuestro experto revela que la tiara de rubíes danesa está compuesta por 72 diamantes de talla antigua por hoja y tiene 24 hojas de parra en su formación, lo que arroja un total de 1.728 diamantes. La tiara también tendría cerca de 68 rubíes, de casi 2 quilates cada uno.
La tiara flor de lis de España
La tiara favorita de Letizia es la más cara del joyero real y sólo es utilizada en actos muy especiales. De entre todas las tiaras que ha lucido la monarca, o cualquier otra reina en la historia de España, esta es la más importante de todas.
Su historia es mucho más reciente, pero no menos relevante. Pues está vinculada al último rey español que murió en el exilio. Fue creada en 1906 por la emblemática joyería Ansorena, a solicitud del rey Alfonso XVIII, como regalo de bodas para la reina Victoria Eugenia.
La nieta de la reina Victoria del Reino Unido y ahijada de la emperatriz Eugenia de Montijo (de las que recibió su nombre), tras acceder al trono, revolucionó la corte española y la sociedad europea al introducir sus gustos británicos. A principios del siglo XX, la reina española se convirtió en una verdadera influencer de la moda en Europa. Incluso en el exilio, su elegancia siguió siendo muy conocida. Y su tiara de diamantes fue una de las principales piezas que lucía y que resguardó cuando debió abandonar España.
Según explica a Forbes Women el experto en arte y joyas de Vidal Expertise, Gerard Vidal, la tiara de diamantes con flores de lis de nuestra monarquía es una pieza de altísimo valor. Según su cálculo está compuesta por aproximadamente 1.465 diamantes, que destacan por su calidad, color uniforme y alto brillo. Sólo la flor de lis central posee al rededor de 197 diamantes y las laterales 144 diamantes, el resto de las decoraciones estaría formada por 772 diamantes, sin contar la franja inferior de la diadema.
Nuestro experto, además, destaca la presencia de grandes diamantes de diferentes quilates. “Sólo el diamante central es de unos 15 mm (12 quilates) y podría valorarse entre 750.000€-900.000€ si se hiciera con él un anillo”, plantea Gerard Vidal. Además comenta a Forbes que si se desmontara la tiara y de reutilizaran los diamantes, el valor estimado podría ser de 2.500.000 y 3.000.000€. “Si saliera al mercado, una estimación lógica podría ser de entre 5.500.000-6.000.000€”, concluye Gerard Vidal.
De esta manera, el valor de la tiara flor de lis de España supera a la tiara de rubíes de Dinamarca. Aunque ambas joyas poseen un alto valor, tanto por la calidad de las piedras preciosas que la componen, el trabajo que está detrás de su diseño y el valor histórico detrás de ambas.