En pleno casco antiguo de Oviedo y frente a la catedral, destaca un edificio del siglo XVII, aunque no precisamente por su arquitectura. Es en este lugar donde se encuentra el showroom de Celia B, marca homónima de la diseñadora Celia Bernardo (Oviedo, 44 años).
En los últimos años quizá has visto sus creaciones en portadas de revistas de moda, programas de televisión o exitosas series de Netflix. Su estilo es tan particular que sus diseños se reconocen de inmediato. Celia B es una apuesta por una estética colorista y sofisticada, que representa la alternativa perfecta en un mundo inclinado hacia la uniformidad, donde la tendencia hacia tonos oscuros se hace cada vez más fuerte.
En conversación con la creadora de la marca, nos comenta sobre sus inicios y el largo recorrido que la ha llevado a transformarse en una reconocida diseñadora.
¿Cómo describiría el estilo de Celia B?
Definiría el estilo de Celia B como maximalista y sofisticado. Tengo un estilo muy personal, una identidad única y muy reconocible que va más allá de las tendencias. La estética de Celia B se sumerge en una rica paleta de colores y detalles, creando piezas únicas que desafían a los diseños monocromáticos y minimalistas. La sofisticación, por su parte, se manifiesta en la cuidada selección de materiales, la atención a los detalles y la capacidad de la marca para fusionar diferentes estilos con elegancia para ir más allá de lo convencional. Celia B quiere capturar la esencia misma de la individualidad y la expresión creativa con elementos especiales en cada diseño.
¿Dónde y cómo surgió la marca?
La historia de la marca surge de mi inquietud por la creatividad. Siempre tuve el deseo de diseñar, y aunque estudié publicidad, sentía que faltaba algo en mi expresión creativa. Comencé a experimentar, a personalizar mi ropa y a crear pendientes. A medida que me sumergía en el diseño, descubrí que tenía un talento para ello.
Mi viaje profesional dio un giro cuando trabajé como diseñadora de accesorios para una gran compañía. Sin embargo, el verdadero punto de inflexión llegó cuando decidí mudarme a Shanghai en 2012. Lo que originalmente planeaba ser un año se convirtió en seis, transformando completamente mi perspectiva.
¿Cómo Shanghái cambió su forma de ver el diseño?
La dinámica y la energía vibrante de Shanghái se complementó a la perfección con mi naturaleza activa y llena de ideas. Este período no solo abrió mi mente, sino que también consolidó la decisión de emprender y crear algo propio. Fue en China donde la semilla de la idea germinó y pude crear Celia B.
¿Hay alguien más en tu familia que haya emprendido o eres la primera?
No vengo de una familia de emprendedores. De hecho, soy la primera en aventurarme en el mundo empresarial. La experiencia de ser la primera en mi entorno en el ámbito emprendedor ha estado marcada por la incertidumbre y la exploración de lo desconocido. Aunque ha sido un camino desafiante, también ha sido increíblemente enriquecedor, y siempre he contado con el apoyo incondicional de mis padres y mi familia. A pesar de las dudas y los altibajos, ellos han estado a mi lado en todo momento.
¿En quién o qué se inspira a la hora de diseñar?
Mi principal fuente de inspiración son mis viajes, una constante en mi vida desde la infancia. Mantengo una conexión especial con los pueblos y culturas ancestrales, admiro especialmente sus textiles, colores y bordados. Las joyas que descubro durante mis viajes son una fuente inagotable de inspiración para mí. Tengo un libro de textiles del mundo, que es como una biblia personal, es una referencia muy valiosa.
Además, colecciono textiles de mis viajes remotos y también cercanos, en mi propia región. Es un tesoro que incluye aguayos bolivianos, huipiles guatemaltecos, kilims marroquíes, molas kunas, mantas asturgalaicas, entre otros. Valoro profundamente las técnicas empleadas en su creación y pienso en lo importante de preservar estas prendas tradicionales.
¿Un diseñador al que admires?
Son muchos los diseñadores que admiro y me han inspirado durante todo este tiempo. Si tuviese que elegir a alguien diría Sonia Rykiel, conocida como «la reina del punto», por su enfoque innovador en tejidos y su contribución al mundo de la moda, es una elección admirable. Su estilo único y su capacidad para desafiar las convenciones establecidas la convierten en una figura icónica que ha dejado una huella duradera en la moda contemporánea.
¿Cómo ha crecido Celia B y cuántos empleados tiene hoy en día la empresa?
La marca la lancé en Shanghái, cuando la empresa era inicialmente muy pequeña. De hecho, éramos solo dos personas: Sunny, mi alter ego, y yo. Después de vivir seis años en Shanghái, me trasladé a Tailandia, donde residí durante otros dos años. Cuando llegó la pandemia, me encontraba en mi tierra natal, Oviedo, y las circunstancias me llevaron a instalarme allí. Esto implicó poner en pausa mi vida nómada y viajera, pero, por otro lado, brindó una estabilidad que hasta ese momento no había experimentado.
Poco después, la empresa comenzó a crecer, abrí un showroom en Oviedo y con el tiempo, el equipo se amplió. Actualmente, en Oviedo, cuento con un equipo de siete personas, y en Shanghái, una oficina con otras siete personas. Además, disponemos de agencias de comunicación en Estados Unidos, Oriente Medio, Londres y Madrid, así como showrooms de ventas en Londres, Nueva York, Florida, Dubái y Australia.
¿Qué le parece lo más complicado de dirigir una marca?
Dirigir una marca de ropa conlleva numerosos desafíos, pero quizás lo más complicado sea mantenerse en un mercado en constante cambio. La competencia, las tendencias cambiantes y las demandas del consumidor requieren una habilidad constante para adaptarse y tomar decisiones estratégicas a largo plazo. Aún más cuando lo que Celia B promueve son prendas atemporales que van más allá de las tendencias.
¿Cuándo te diste cuenta de que esto iba en serio?
Me di cuenta cuando después de la pandemia la marca empezó a crecer de manera significativa y, con ello, las responsabilidades y las expectativas.
¿Qué queda de la Celia de hace 11 años?
A lo largo de estos 11 años, he experimentado un considerable crecimiento personal y profesional, al igual que mi marca. La Celia de hace 11 años ha evolucionado significativamente en términos de conocimientos, habilidades y perspectiva empresarial. Sin embargo, mi pasión por el trabajo, el amor por los colores, los textiles originales y las ganas de crear cosas hermosas siguen estando intactas, como el primer día.
¿Qué famosas se han puesto tu ropa y quién sería un sueño para ti que se la pusiera?
El abanico de famosas que ha lucido mi ropa es amplio y diverso. Esto refleja que las prendas que diseño se adaptan bien a todo tipo de mujeres. Celebridades como Olivia Palermo, Eugenia Silva, Zooey Deschanel o Lena Dunham han lucido mis diseños. Para mí, sería un sueño que algún día Carrie Bradshaw se vistiera con un Celia B. Ella es, sin duda, todo un ícono de la moda.
¿Hacia dónde te gustaría que se dirigiera Celia B?
Me gusta el rumbo que ha tomado la empresa en los últimos años así que me gustaría poder seguir creciendo, pero manteniendo la esencia de la marca. Además, actualmente, también estoy enfocada en el ámbito de la decoración, un área que me apasiona. Me gustaría dedicar más tiempo a este aspecto y seguir expandiendo mi colección de homeware gradualmente.
¿Nos puedes desvelar alguno de tus proyectos futuros? Pronto, en mayo, voy a presentar una colaboración en Londres con Zandra Rhodes, una diseñadora y artista a la que admiro enormemente. Estoy ansiosa porque llegue el momento, ya que es algo en lo que he invertido mucho esfuerzo, es un sueño hecho realidad. Es una de las personas que más me ha inspirado a lo largo de mi carrera por su uso del color y los estampados. ¡Toda una activista del color como yo!