Brianda Fitz James Stuart. Retrato de Elena Grimaldi.

«Mamá, quiero ser artista» también fue una frase que pronunció Brianda Fitz James Stuart (39 años, Madrid) cuando ya desde muy pequeña descubrió su facilidad para el dibujo y su interés por las manualidades. Pertenecer a una familia en la que el arte era otro miembro más del clan, también ayudó a que la hija de Jacobo Fitz James Stuart y María Eugenia Fernández de Castro, nieta de Cayetana de Alba, sea una de las artistas visuales, especializada en ilustración, más destacadas en nuestro país.

Habiendo hecho algunos pinitos como diseñadora de moda, poner música en fiestas es otra de sus pasiones y de sus profesiones. Esta noche, con motivo del décimo aniversario de Forbes España, Brianda será la encargada de animar con música el ambiente en el Hotel Intercontinental de Madrid, lugar de la celebración y punto de encuentro de amigos de la marca. Con ella charlamos hoy, unas horas antes de que se ponga a los mandos, sobre sus pasiones, su trabajo, su visión del arte y su familia, de ese padre que adora, de esa madre que admira, de ese hermano imprescindible en su vida y de esa abuela que, «quitando toda la parafernalia que se montaba a su alrededor, que era bastante intensa» siente un gran orgullo por ser su nieta.

Ha crecido rodeada de arte. Residencias de la familia, como el Palacio de Liria, están a rebosar de obras de Benlliure, Ribera y López, entre otros muchos nombres. ¿Es su profesión una consecuencia natural del arte familiar?

Tengo la suerte de que mis padres me inculcaron el amor por el arte desde muy pequeña. Íbamos a museos, pintábamos camisetas, hacíamos collages en la editorial de mi padre, simulando crear portadas de libros… La creatividad era un lenguaje natural en casa. Y, además, tenía facilidad para el dibujo y me llamaba la atención trabajar con las manos, me entusiasmaban las manualidades. Siempre supe que me dedicaría a algo artístico.

Como creativa y profesional de las artes, ¿hay alguna obra de todas las que pertenecen a los Alba que le haya marcado e influenciado en el desarrollo de su profesión?

Mi infancia ha influido mucho en mis pinturas, la mayoría de las referencias e inspiración salen de cosas que vi de niña y que me impactaron. Recuerdo que los tapices Gobelinos del comedor del Palacio de Liria, con escenas exóticas de animales salvajes, me llamaban muchísimo la atención.

Además de una infancia rodeada de obras de arte, pertenece a una familia de artistas, porque su padre fue el fundador de la editorial Siruela, su hermano regenta la galería de arte Espacio Valverde y su madre gobierna la tienda de decoración Alma-Zen. ¿Qué ha aprendido de todos ellos?

Mi padre, al que admiro profundamente, es la persona con la que más he aprendido de arte. Vamos a ver exposiciones juntos siempre que podemos y es una maravilla oírle hablar sobre pintura y sobre sus creaciones. Es un privilegio ser su hija.

Mi madre es mi guía emocional, es un apoyo incondicional y me da fuerzas para esforzarme en ser mejor persona cada día, no sé qué haría sin ella.

Mi hermano es mi persona favorita del mundo y me siento muy afortunada de ser su hermana. Es el más divertido, inteligente y bueno, lo adoro. Sabe de todo, aprendo muchísimo con él.

Brianda Fitz James Stuart. Retrato de Juergen Lawyer.

Si tuviéramos que definirla, diríamos que es ilustradora, diseñadora de moda y dj, este último, un trabajo que esta misma noche compartirá con Forbes. ¿Qué comparten estas tres profesiones?

Supongo que el arte es lo que tienen en común todas ellas. En cuanto a mi trabajo como dj, siempre quise tocar un instrumento, y no lo descarto en un futuro, pero por el momento me conformo poniendo música en fiestas.

¿Y qué le aporta cada una de sus profesiones?

La creación de estampados es algo que disfruto enormemente y me encanta poder crear desde ropa a papeles de pared, alfombras… El estampado tiene unas posibilidades infinitas, me encanta poder trabajar en diferentes soportes.

La ilustración y la pintura son el motor de mi vida, son con lo que más vibro, todos mis trabajos parten de esa energía tan bonita que es mezclar colores, mancharse, jugar y estar conectado contigo mismo.

Ilustración ‘El equilibrio’, obra de Brianda Fitz James Stuart.

Volvamos a la ilustración. Ha comentado que si pudiera elegir un superpoder sería el de convertir en estampados todo lo que toca. ¿Qué supone dibujar para usted?

Para mí, dibujar es el primer paso para esa búsqueda de la belleza que tanto me obsesiona…

Y ha trabajado esta habilidad tanto en Nueva York como en España. ¿Entendemos el arte de la misma manera?

Quizás en Nueva York son más libres a la hora de expresarse, también más competitivos. Creo que allí hay una gran obsesión por resultar comerciales y eso, bajo mi punto de vista, nunca favorece la autenticidad del arte.

También ha expuestos sus obras en la galería Dustandsoul, especializada en dar a conocer arte emergente. Como artista, ¿qué le diría a quienes desean iniciarse en el mundo del arte?

Les diría que se esfuercen cada día, que se diviertan y disfruten de los procesos. Que utilicen los bloqueos artísticos para evolucionar y que no se apoltronen. Que pinten, experimenten, jueguen y confíen.

Repasando su trayectoria profesional, ha trabajado para grandes marcas de lujo de repercusión internacional. ¿Qué tiene que tener una propuesta para que diga ‘sí’ a ella?

Cuando he tenido la oportunidad de poder trabajar en un proyecto artístico con marcas internacionales como Swatch, Gucci, Hermés, entre otras, como te puedes imaginar siempre ha sido un sí. Son retos que he disfrutado muchísimo en el proceso y que me he sentido muy afortunada de que hayan confiado en mí. Curiosamente los proyectos más potentes a nivel internacional son los que más libertad creativa me han dado.

¿Y es verdad eso de que las mujeres tenemos una sensibilidad especial para dar rienda suelta a la creatividad? ¿A qué cree que se debe?

Creo que las mujeres al crear vida y estar tan vinculadas a la naturaleza, puede que tengamos una conexión y sensibilidad especial con la belleza y la creatividad.

Trabajo y mujeres. Hablemos de esto. Son muchas profesiones las que todavía tiene que mejorar sus porcentajes de paridad. ¿El arte cuenta con más mujeres que hombre?

Menos mal que eso está cambiando y cada vez más mujeres tienen más presencia tanto en el mundo del arte como en puestos de poder. Queda mucho camino que recorrer, pero ya se están tomando medidas interesantes como rescatar artistas olvidadas en la historia.

¿Y ha sufrido en primera persona algún desaire por ser mujer dentro de su profesión?

He tenido mucha suerte y por el momento no me he encontrado con ninguna situación desagradable. ¡Ojo! Que no me haya pasado a mí no significa que no pase.

Ilustración ‘Sacerdotisa’, obra de Brianda Fitz James Stuart.

Eso está claro. Y cuéntenos, ¿es su madre la mujer más importante de su vida?

Como una madre no hay nada. Ahora que yo misma acabo de ser madre ha cobrado mucha más potencia este sentimiento.

¿Y cómo ha sido tener a Cayetana de Alba como abuela?

Era una mujer muy potente, moderna, creativa, divertida, una persona fuera de lo común. Quitando toda la parafernalia que se montaba a su alrededor que era bastante intensa, por lo demás me siento muy afortunada de que fuera mi abuela.

A todas esas personas que piensan que por tener un apellido vinculado a la alta sociedad española tiene la vida solucionada, ¿qué le diría?

Todos juzgamos de alguna manera, es lógico pensar así. Pero lo cierto es que nunca sabes realmente lo que ocurre de verdad. Tengo la suerte de haber tenido una vida normal, en la que me he esforzado cada día para sacar mi trabajo adelante lo mejor posible.

Ahora, desde la madurez que dan los años. Si tuviera que cambiar algo de su vida, ¿qué sería?

Solía autolimitarme mucho, hablo en pasado porque estoy tratando de cambiarlo. Poco a poco trato de vencer miedos.

¿Y un sueño todavía por cumplir?

Tengo muchos sueños todavía por cumplir, entre otros el más inmediato, tener más tiempo para pintar mi casa de Cantabria y hacer murales por toda la casa.