A pesar de sentir curiosidad por la joyería desde pequeña, en un primer momento, Miriam Álvarez decidió decantarse por la publicidad. Con una carrera universitaria culminada, la ahora empresaria cambió de rumbo para entregarse de lleno a esa curiosidad. Tanto se involucró, que, a día de hoy, puede decir orgullosa que la firma que fundó en Lisboa, en 2012, ha dado la vuelta al mundo y que, tras años de experiencia, centra su enfoque en un concepto local y de proximidad.

Así define Penajewels su fundadora y diseñadora, quien acabó dándose cuenta, tras años enfocada en las ferias internacionales y en un negocio basado en las ventas a tienda, que el proyecto no terminaba de encajar en estos foros. Por ello, saliéndose de la norma establecida y actuando movida por su instinto, esta joven empresaria decidió dar un enfoque más pequeño y personal, porque sólo ahí sintió que Penajewels encajaba mejor y era lo que realmente quiso que fuera.

En la actualidad, la firma es conocida por disponer de un servicio de venta concreto. Con un puesto en Las Dalias, el mercado más conocido de Ibiza, isla en la que la fundadora mantiene su residencia desde hace cinco años, la marca de joyería también vende a través de su tienda online, mediante pedidos realizados a través de su perfil en Instagram –donde existe la posibilidad de hacer un pedido personalizado– y en cinco o seis puntos de venta multimarca repartidos por el mundo. Porque la internacionalización siempre es bien recibida salvo que la expansión masiva se acabe convirtiendo en un condicionante de sus diseños y producción, de manera que la intención, a día de hoy, es local y lenta, especial y personal. 

Con el objetivo muy claro –el de liderar un negocio que le permita ganarse la vida, pero también disfrutarla–, Miriam trabaja a diario en diseños contemporáneos, con técnicas tradicionales de orfebrería y sin género.