Puede que no haya días suficientes en 2025 para celebrar todos los aniversarios relojeros que se van a suceder en este recién estrenado año. Muchas de las firmas más conocidas del gremio, oriundas de Suiza, la cuna de la relojería de lujo, están ya descorchando el champán para festejar cumpleaños de número redondo que, desde el punto de vista del marketing, conviene no dejar pasar. Cualquier jubileo es una oportunidad que se brinda a las casas más longevas para recordar a clientes y aficionados que sus archivos están a rebosar de innovaciones revolucionarias, con la consiguiente legitimidad que eso les otorga hoy, y sacar pecho de sus habilidades técnicas y artísticas. También para aportar ediciones limitadas que atraigan la atención de los coleccionistas. Es lo que suelen hacer. En 1989, cuando Patek Philippe sopló 150 velas, presentó el Calibre 89, uno de los más intrincados que han existido, con 33 complicaciones (entre ellas, un termómetro y una carta estelar). Y 25 años después alumbró el Grandmaster Chime Ref. 5175, que no le va a la zaga.
Así, mientras que en 2025 asistiremos al renacimiento de marcas que han estado dormidas, como Breva y Universal Genève, otras enseñas relojeras con siglos a sus espaldas sumarán nuevas primaveras. Vacheron Constantin será una de ellas: 270 años la contemplarán. La casa se fundó en 1755, el mismo año en el que un terremoto en Lisboa estremeció al mundo. Entonces, el ginebrino Jean-Marc Vacheron montaba su propio taller de relojería. Su apellido se unió después, en 1819, al del hombre de negocios François Constantin. En 2005, la manufactura más longeva del sector que ha mantenido una trayectoria ininterrumpida, festejó su 250 cumpleaños con el Tour de l’Île, anunciado como el reloj de pulsera más complicado. Solo se fabricaron ocho ejemplares, el primero de los cuales se vendió en una subasta por 1,88 millones de francos suizos.
Otras firmas de postín de las que se esperan proezas técnicas en este 2025 son Blancpain, que se acerca peligrosamente a los 300 años (cumplirá 290), y su compañera en el grupo Swatch Breguet, cuyo 250 aniversario ofrece una ocasión de oro a su nuevo director general, Gregory Kissling, para lanzar alguna edición que ponga los dientes largos a la comunidad relojera.
En cuanto a Audemars Piguet, que se mantiene joven a sus 150 (un número con el que muchas otras compañías sueñan), es posible que tire la casa por la ventana, porque ya lo hizo en 2022 con el medio siglo de vida de su modelo más emblemático, el Royal Oak, entregando una batería de versiones inéditas con diferentes metales, colores y complicaciones.
Rolex y Omega, dos incógnitas
Hay más actores importantes en la industria con una fecha para tirar cohetes: las alemanas Glashütte Original y A. Lange & Söhne cumplen 180 años. Zenith, del grupo LVMH, 160. Y Rolex, el fabricante de relojes que más factura y el más influyente, 120, si bien sus responsables no son muy dados a la celebración. En 2023, sin ir más lejos, no enviaron a la prensa ni un comunicado por los 70 años del Submariner, uno de los relojes más emblemáticos de la historia. A lo que sí se apunta la marca es a perfeccionar constantemente sus productos, por lo que puede que a principios de abril de 2025, cuando presente sus novedades anuales en la feria Watches & Wonders de Ginebra (Suiza), veamos alguna actualización de otro de sus modelos más laureados y deseados, el GMT-Master II, que ya será setentón. Para el 50 aniversario de este reloj, Rolex difundió una iteración de oro amarillo con la esfera verde que permaneció en producción durante 14 años, hasta 2019.
Los más cinéfilos podrán disfrutar, asimismo, de los 30 años de la alianza entre Omega y la franquicia James Bond. ¿Veremos alguna nueva pieza para el espía británico a la vez que nos desvelan la identidad del actor que lo interpretará en las próximas entregas? Todo esto, y mucho más, en los próximos meses.