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La relojera Universal Genève da sus primeros síntomas de vida con tres novedades

Breitling ha comenzado a devolver la gloria a la histórica Universal Genève, cuyo renacimiento ha provocado grandes expectativas.

La firma suiza de relojes Breitling despertó hace un año a una bella durmiente de la relojería, Universal Genève. Perteneciente hasta entonces al grupo hongkonés Stelux, que la había comprado en 1989, la histórica marca helvética fundada en 1894 había sido objeto de varias reanimaciones sin que exhalara un soplo de vida. Ahora, las sociedades de capital privado detrás de Breitling, Partners Group y CVC Capital Partners, que adquirieron Universal Genève por 60 millones de francos suizos (unos 63,5 millones de euros) a finales de 2023 atraídas por su nombre, su historia y por el gran número de coleccionistas de la firma, realizan un último intento. Y tienen previsto entregar los primeros modelos de esta nueva etapa de la enseña en 2026.

Para calentar motores, Universal Genève, dirigida por Gregory Bruttin, con muchos años de experiencia en la relojería de lujo, acaba de estrenar web y presencia en redes sociales. Además, ha lanzado tres versiones especiales del modelo más conocido de la marca, el Polerouter, obra del diseñador de relojes más relevante de la historia, Gérald Genta (autor también del Nautilus de Patek Philippe y del Royal Oak de Audemars Piguet).

Son tres piezas de tres agujas con 35 mm de diámetro y 9,95 mm de grosor del Polerouter que encargó Scandinavian Airlines System (SAS) a Universal Genève en 1954 para los pilotos que sobrevolaron el Polo Norte por primera vez para acortar el viaje comercial entre Copenhague y Los Ángeles. Ahora que se cumple el 70 aniversario de esa gesta para la aerolínea, se presentan estas referencias con una caja de nuevo diseño y un movimiento histórico, el calibre 1-69 Microrotor con reserva de marcha de 57 horas. El más celebrado es el Polerouter de oro blanco con brazalete de malla y esfera azul, que la casa de pujas Phillips subastará el próximo mayo. Los otros dos, en acero y oro rojo, pasarán a formar parte del archivo de Universal Genève y no saldrán a la venta.

Preservar el legado

Este trío es una avanzadilla de lo que los fans de la marca pueden esperar de su renacimiento, que ha provocado grandes expectativas. Universal Genève, anclada en la tradición relojera suiza, fue en su día aclamada por sus movimientos propios, y, como Breitling, era especialista en cronógrafos, creando, además del Polerouter, modelos como el cronógrafo Compax, el calendario completo Tri-Compax y el Cabriolet. Breitling ha declarado su intención de respetar su herencia, brindando acabados del más alto nivel y manteniendo el movimiento de cuerda automática con dos días de reserva de marcha conocido como Microrotor que Universal Genève alumbró en los años 50. Lo hará valiéndose de su conocimiento y de su capacidad para relacionarse con los distribuidores y para desarrollar una imagen potente, si bien la marca será independiente de Breitling. Sus relojes, a partir de 12.000 euros y hasta los 15.000, no se venderán en los puntos de venta de Breitling, sino en retailers multimarca, como Rabat.

El calendario previsto pasa por entregar el primer prototipo de Universal Genève en los Geneva Watch Days (GWD) de 2025, una feria de relojes que tiene lugar entre agosto y septiembre. Después, en la primavera de 2026, abrirán una tienda en Ginebra, y revelarán su primer reloj en los GWD de 2026: un Polerouter de tres agujas con movimiento de manufactura del que se fabricarán no más de mil unidades ese año. En primer lugar se ofrecerán a los coleccionistas de la enseña, y parece que serán fáciles de vender. Lo difícil llegará después, cuando tengan que acercar la firma al gran público. La idea de los responsables de Universal Genève no es erigir una marca nicho que despache 2.000 ejemplares al año. Su propósito es crecer rápidamente y financiar otras compras, crear un grupo relojero.

¿Con qué material parten? Breitling pagó la marca, pero no dispone de un abultado archivo, si bien existen varios libros sobre la historia de Universal Genève. Está todo por hacer y apenas hay producto en el mercado, a no ser que sea de segunda mano (piezas que pueden cambiar de manos por 50.000 euros). Tampoco hay un servicio posventa oficial. Todo ello beneficia a sus actuales dueños, pues es más difícil comprar una marca que acarree problemas de existencias en los distribuidores, por ejemplo. El camino es largo e ilusionante, y ya se han dado los primeros pasos.