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Hublot es una de esas marcas jóvenes para los estándares de la alta relojería (este año cumple 40 primaveras) que ha cosechado un éxito de ventas fulgurante en poco tiempo. Nació de la mano del italiano Carlo Crocco, quien se atrevió a combinar un metal precioso como el oro con otro nada noble, el caucho. Y alcanzó su cenit con el influyente Jean-Claude Biver, consejero delegado de la marca desde 2004 (presidente desde 2012), y con su posterior compra por parte del gigante del lujo LVMH, en 2008.

En 2020, Hublot celebra una carrera brillante con los modelos que acaba de desvelar en Dubái, donde las marcas relojeras de LVMH (Bvlgari, Tag Heuer, Hublot y Zenith) se han unido para sacar músculo y mostrar sus productos para este año. De todos los que ha presentado la firma, destacan los nuevos Big Bang, la colección insignia de la casa. Y, en concreto, el Big Bang Integral.

Big Bang Integral en cerámica negra

Porque este año también se cumplen 15 años desde que Hublot alumbró el Big Bang, con su fusión de acero, cerámica y caucho. Ahora, por primera vez, se exhibe con una pulsera metálica integrada (el primer eslabón está unido a la caja), para que se adapte mejor a la muñeca.

En este cronógrafo de cuerda automática (con calibre Unico HUB 1280), la esfera y el bisel son iguales que los del Big Bang de 42 mm existente, excepto los índices de tipo bastón, que sustituyen a los números arábigos. Y sus pulsadores se asemejan al modelo original de 2005, rectangulares en vez de redondos.

Big Bang Integral en King gold

Existen tres versiones del Big Bang Integral: en cerámica negra (una edición limitada a 500 ejemplares, a un precio de 22.700 euros cada uno), en titanio (20.700 euros) y en King gold (51.800 euros), un oro rojo de 18 quilates que lanzó Hublot fruto de una aleación de oro, cobre y platino.

Big Bang Integral en titanio