1969 siempre será un año marcado por un hito histórico en la industria relojera: Seiko lanzaba el Calibre 6139, el primer cronógrafo automático del mundo con una rueda de pilares y un embrague vertical. Sin embargo, la historia de los cronógrafos de la relojera japonesa empezó mucho antes, con un reloj de bolsillo hecho a principios de los años cuarenta.

Esta duradera y orgullosa tradición de medir el tiempo transcurrido, Seiko lo celebra con el lanzamiento de dos nuevos cronógrafos automáticos que conmemoran dos relojes memorables de 1964 y 1969. Ambos modelos, uno de la colección Prospex y el otro de la colección Presage, estarán disponibles a partir de diciembre en las tiendas Seiko Boutique y otros puntos de venta autorizados alrededor del mundo.

Primer cronógrafo automático

La contribución de la relojera al desarrollo del cronógrafo con el lanzamiento hace 50 años del calibre 6193 fue un hito en la historia de Seiko y del sector porque fue uno de los primeros cronógrafos automáticos del mundo. Pero su importancia real se basa en que incorporaba tanto una rueda de pilares como un embrague vertical, aparatos que permitieron al calibre 6139 ofrecer una mejora real de la precisión con la que el tiempo transcurrido se podía medir en un reloj. Hoy, la combinación del embrague vertical y la rueda de pilares es muy conocida y un requisito en un cronógrafo de alto nivel; en 1969, este fue un importante avance en los relojes automáticos de pulsera.

El nuevo reloj Prospex de edición limitada que conmemora esta referente de 1969, usa el calibre del cronógrafo más avanzado de Seiko, el 8R48, creado en 2014. Además del embrague vertical y la rueda de pilares, incorpora el exclusivo martillo de tres manos de Seiko y una leva en forma de corazón, que asegura una perfecta sincronización de las agujas. El reloj está basado en un diseño muy querido de la época en la que recibió el nombre de Panda entre los fans de Seiko, gracias a sus dos subesferas de color negro, en contraste con la esfera blanca. Tiene el mismo acabado mate en la esfera que el original, las mismas agujas con la punta naranja en el segundero y los mismos indicadores de hora, así como el mismo taquímetro de bisel.

Y como novedad, este nuevo diseño ofrece una tercera esfera para el segundero de la hora y una caja con un diseño actualizado y pulido Zaratsu. Se presenta en la colección Prospex como una edición limitada a 1.000 unidades.

Crown de 1964, un cronógrafo de pulsera

El cronógrafo Crown de 1964 fue el primer cronógrafo de Seiko y de Japón. Cada aspecto del reloj fue diseñado desde cero y marcó el inicio de la fabricación de los cronógrafos de pulsera de Seiko. Tenía un mecanismo simple de presión, pero demostró ampliamente el mismo compromiso con la precisión que un calibre 6139 y todos sus sucesores, con la inclusión de la rueda de pilares y el embrague vertical para controlar las funciones de inicio, parada y reinicio.

El nuevo cronógrafo es fiel al diseño del cronógrafo Crown del 64 con su cristal en forma de caja, los numerales definidos en un estrecho bisel y una caja inclinada hacia dentro, que permite al reloj asentarse cómodamente en la muñeca. Por supuesto, cada detalle está mejorado; el movimiento es del 8R48 con su cronógrafo hasta 12 horas y una reserva de marcha de 45h, cristal de zafiro anti reflejante en la superficie interior y las asas están pulidas con la técnica Zaratsu. El reloj se presenta dentro de la colección Presage como una edición limitada de 1.000 unidades.