Forbes Watches

La esencia de Oris

El paisaje típico suizo, con su verdor, sus vacas y sus imponentes montañas, ha inspirado a los relojeros a la hora de pensar algunas esferas. Un ejemplo de ello es el nuevo Big Crown ProPilot X Calibre 115 de Oris, la firma independiente que se fundó en 1904 en la ciudad de Hölstein, al norte del país, y que debe su nombre a un arroyo cercano. El valle de Waldenburg, que rodea Hölstein, ha dado la idea a los responsables de Oris para alumbrar este modelo de piloto, que, según la marca, muestra la naturaleza de un reloj mecánico suizo. Se trata de uno de esos relojes denominados esqueletados porque exhiben su funcionamiento. En él se observa incluso el muelle del barrilete (a las 12 h), que acumula la energía que se va liberando para que el reloj funcione (hasta 10 días sin necesidad de recargarlo manualmente). Y, para darle más autenticidad, sus puentes no se han biselado.

Es, además, el primer Oris sin números en el dial. Su caja de titanio de 44 mm de diámetro se acompaña con una correa de piel negra con cierre también de titanio. Entre sus indicaciones, un pequeño segundero entre las 7 h y las 8 h y la reserva de marcha a las 3 h, a lo que hay que sumar las funciones de temporizador y parada de segundos. Cuesta 6.500 euros.