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Cubitus: así se gestó la nueva familia relojera de Patek Philippe

Una forma cuadrada para un cliente rejuvenecido. Es la última propuesta de Thierry Stern, presidente de Patek Philippe, con quien charlamos en la esperada puesta de largo de su nueva colección de relojes Cubitus.

Han pasado 25 años desde que la relojera Patek Philippe lanzó su última colección, Twenty~4, destinada a las mujeres. Y la familia Aquanaut, masculina, había visto la luz un poco antes, en 1997. Si bien Patek Philippe introduce regularmente versiones de sus modelos existentes y ejemplares de edición limitada en su catálogo (entre 15 y 20 piezas inéditas por año), presentar una línea de relojes no es algo que suceda habitualmente en el universo de la alta relojería. Más difícil aún es que lo haga una firma suiza tradicional y de enorme prestigio como ésta. Por eso, lo que sucedió ayer por la noche se acompañó de redoble de tambores, bombo y platillo. Patek Philippe citó a clientes y periodistas en un gran evento privado a las afueras de Múnich (Alemania) para descubrirles Cubitus, un nombre que no surgió en una tormenta de ideas de ninguna consultora de naming: se le ocurrió un día al propio Thierry Stern (Suiza, 1970), el presidente de la empresa. Sencillamente, hacía referencia a su forma cuadrada y le sonó bien, y a partir de él desarrolló el producto.

Cubitus no es el reloj que estaba pidiendo la clientela de esta marca que nació en Ginebra en 1839. “Los clientes nunca piden nada. Cuando les preguntamos qué debemos hacer, la respuesta siempre es la misma: confiamos en ti”, dice quien sustituyó a su padre, Philippe Stern, al frente de la compañía en 2009 (hoy Philippe es el presidente de honor). La única razón de ser de Cubitus es que Thierry deseaba ofrecer un reloj cuadrado en su colección. “Primero, porque me gustan personalmente y no encontraba ninguno adecuado. O eran muy clásicos o muy gruesos. Además, el 85% de los relojes que se venden en el mundo son redondos, por lo que pensé que sería interesante tener uno cuadrado. Trabajar en un reloj cuadrado que tenga éxito no es fácil, pero si somos Patek Philippe es por algo. Ha sido un buen reto, y necesitamos retos. La gente no esperaba esto de mí, y por eso he disfrutado aún más”.

La idea comenzó a fraguarse en su cabeza hace unos 15 años, pero su padre no veía el momento apropiado para emprender el proyecto. Cuando Thierry accedió a la presidencia de Patek Philippe, dijo “ésta es la mía”, y se puso a ello. Primero se entregaron al movimiento que da vida al reloj (redondo, por cierto), y dos años después atacaron el diseño, en 2020.

“Los prototipos iniciales no fueron bien, eran demasiado clásicos y no encajaban con mi concepto de un estilo sporty chic fino [con Cubitus, Stern quiere ampliar la oferta de Patek Philippe en el competitivo mercado de los relojes deportivos de lujo, tan de moda ahora, y atraer a un público más joven]. Dije: usemos lo que tenemos, nuestro ADN, y volvamos a Nautilus y Aquanaut [sus otras líneas deportivas elegantes], trabajemos en ese campo. Tomamos lo mejor de cada una e hicimos un reloj cuadrado con su propia identidad”, comenta.

Cubitus, que comparte con el codiciado Nautilus la arquitectura de la caja y el relieve horizontal de la esfera, entre otras características, arranca con tres versiones automáticas de 45 mm de diámetro: una de acero con la esfera verde oliva y tres agujas más fecha (con un precio de 41.240 euros), otra bicolor (en acero y oro rosa) con la esfera azul también de tres agujas con fecha (61.270 euros), y una tercera de platino con fase lunar, día y gran fecha (88.370 euros). Solo Stern sabe qué iteraciones más brindará en los años venideros, pues ya las ha puesto en marcha (sabe qué piezas va a presentar de aquí a 2039). “Es como el ajedrez: cuando haces un movimiento, sabes los 3 o 4 que vendrán después, y así me gusta trabajar”.

El directivo está confiado en que su creación más reciente (su primer lanzamiento de una colección desde que accedió a lo más alto de Patek Philippe) tendrá éxito. Conoce a sus clientes, el mercado y la relojería. Y Cubitus, dice, ha gustado a quienes se lo ha mostrado. Incluidos sus dos hijos, los herederos.

Ha sido una jugada valiente, propia de quien no necesita rendir cuentas a nadie porque Patek Philippe es independiente. Ahora bien, lleva en manos de la familia Stern desde 1932, y sobre los hombros de Thierry Stern recae el peso de su historia. Pero el riesgo, según él, está controlado.