Cada vez que una firma relojera lanza un calibre propio (llamado movimiento de manufactura), la fecha queda marcada en rojo en sus anales. Porque es fruto de un desarrollo de años y pone de manifiesto su capacidad técnica. La independiente Breitling, nacida en 1884, acaba de hacerlo de nuevo: con motivo de su 140 aniversario, ha presentado el calibre B19, que brinda las funciones de cronógrafo automático y calendario perpetuo. Con él, sus responsables han querido ganar legitimidad en cuanto a complicaciones, si bien la enseña ya era una referencia en el campo de los cronógrafos, que domina desde hace décadas.
Por citar algunos de sus hitos, en 1915 inventó el pulsador independiente, que separaba de la corona el pulsador del cronógrafo para simplificar su uso; ocho años después llegó la separación de las funciones de inicio/parada y vuelta a cero; luego, la creación de un segundo pulsador dedicado exclusivamente a poner el cronógrafo a cero. Pero todo lo hacía con movimientos base de terceros (sobre todo, ETA). No fue hasta 2009 que expuso su calibre 01, un cronógrafo de cuerda automática propio. Después le siguieron el B02 (de 24 horas), el B03 (con rattrapante o fracciones de segundo), el B04 (que aúna el cronógrafo con un segundo huso horario) y el B05 (cronógrafo con horas mundiales), entre otros.
El nuevo B19, que Breitling seguirá utilizando en el futuro, ofrece un calendario completo y fase lunar que no necesita un ajuste manual los meses de 28, 30 o 31 días ni los años bisiestos. Los calendarios perpetuos no requieren de intervención a lo largo de un siglo, aproximadamente. Y su reserva de marcha es encomiable: 96 horas mientras funciona a 4 Hz. Además, incluye un mecanismo de embrague vertical con rueda de pilares, un elemento muy valorado en un cronógrafo que se emplea para regular con precisión el funcionamiento de las palancas para la puesta en marcha, la parada y la puesta a cero del cronógrafo.
Otras firmas incluyen en su catálogo cronógrafos con calendario perpetuo, aunque no muchas. La lista abarca a las prestigiosas Patek Philippe (experta en estas lides), A. Lange & Söhne (con su Datograph Perpetual), Vacheron Constantin e IWC.
En tres modelos: Navitimer, Chronomat y Premier
El nuevo calibre se ha insertado en los modelos más exitosos de Breitling: Navitimer, Chronomat y Premier, dando lugar a tres ediciones limitadas en oro rojo muy lujosas, que cuentan con la certificación Cosc y que se entregan en un estuche de madera fino y austero con forro de ante. El icónico Navitimer se versiona en el Navitimer B19 Chronograph 43 Perpetual Calendar 140th Anniversary de 43 x 15,6 mm, con su famosa regla de cálculo circular en negro sobre una esfera de oro rojo.
El Premier B19 Datora 42 140th Anniversary, que lleva el nombre con el que Breitling identifica a sus cronógrafos con indicaciones de calendario (Datora), es quizás el más elegante del trío, con unas medidas de 42 x 15,6 mm. Muestra todos los elementos característicos (números arábigos, escala de minutos en contraste y pulsadores cuadrados) de la colección Premier, que debutó en el mercado en 1943 con un reloj que sacaba el cronógrafo de la cabina de los aviones para aterrizarlo en las muñecas. Igual que el Navitimer, se ciñe con una correa de piel de cocodrilo negra.
En cuanto al Super Chronomat B19 44 Perpetual Calendar 140th Anniversary, el más deportivo (44 x 15,3 mm), se trata de un diseño con inserciones de cerámica y cuatro índices móviles peraltados que marcan los cuartos, corona en forma de cebolla y la versión en caucho del clásico brazalete Rouleaux del modelo.
En los tres, la masa oscilante de cuerda automática de oro macizo, que puede verse a través del cristal de zafiro del fondo de la caja, muestra un grabado del edificio que acogió a la manufactura Montbrillant de Breitling durante 80 años. Sito en La Chaux-de-Fonds (Suiza), además de fábrica ejerció de vivienda para tres generaciones de la familia Breitling.
El precio de estas piezas limitadas a 140 ejemplares cada una es de 55.000 euros por unidad.