El artista mexicano Juan Pablo Chipe (Culiacán, 1980), cuyo fuerte es el videoarte y las animaciones 2D, ha transitado por ocho residencias artísticas, esos lugares que regalan a los creadores espacio y tiempo para entregarse a su talento, de Los Ángeles a Málaga pasando por Berlín. Y una de las más satisfactorias, señala, es la que la marca relojera suiza Swatch abrió en 2011 en Shanghái (China), que él ocupó durante tres meses en verano de 2023. “Me pagaron el billete de avión y los gastos del visado, me presentaron a comisarios y a representantes de instituciones, por lo que me aportaron muchos contactos, y gracias a lo mucho que mueven tu obra ¡tengo una en la Bienal de Venecia!”, dice.
La prestigiosa Exposición Internacional de Arte que se está desarrollando en la ciudad italiana hasta el 24 de noviembre de este año cuenta con el apoyo de Swatch, socio del evento y organizador de la muestra Swatch Faces 2024 en Venecia. En ella participa Chipe con una escultura que une la cara de Frida Kahlo y la figura y el peinado azul de Marge Simpson, una manera de fusionar la cultura mexicana con la estadounidense. Forma parte de un proyecto de arte público de esculturas en fibra de vidrio para varias ciudades fronterizas de México y Estados Unidos, como nuevo símbolo para el paisaje urbano de la frontera.
Ahora, una Marge cejijunta de cuatro metros de alto recibe a quienes visitan a partir de hoy y hasta el próximo 13 de octubre el Espacio Cultural Serrería Belga del Ayuntamiento de Madrid, ubicado en la milla de oro del arte de la capital (cerca del Museo Reina Sofía). Su edificio industrial de principios del siglo XX acoge por primera vez el trabajo de 25 artistas españoles y de cultura hispana de distintas disciplinas que han residido en el Swatch Art Peace Hotel de Shanghái. Entre ellos, Javier Viver, Cintia Lund, Edén Barrena, Elías Peña Salvador, Iker Arrue, Irene Gil, José Carlos Casado, el venezolano almenardiaz, la chilena Ángeles Infante y la peruana Cristina Zavala.
El reloj como lienzo
Además de exhibir 30 piezas, entre pinturas, videoarte e instalaciones, la exposición Arte Pulsante. Madrid Welcomes Shanghai también brinda una serie de actividades públicas como charlas, proyecciones de películas y talleres. Y en una de las salas reúne varios relojes Swatch que son una demostración del compromiso de la firma con el arte desde que comenzó su andadura, en 1983.
Muchos óleos de fama mundial han recalado en la esfera de estos ejemplares de plástico que revolucionaron el mercado relojero en los años ochenta. Ahí están El Hijo del Hombre de Magritte y El nacimiento de Venus de Botticelli. Asimismo, han intervenido sus diales creadores españoles como Pedro Almodóvar, Eduardo Arroyo, Boa Mistura y Luis Gordillo. “Tratamos de acercar el arte a la gente, de hacerlo más democrático, con relojes inspirados en los grandes artistas expuestos en la Tate Modern de Londres, en el MoMA de Nueva York y en el Thyssen-Bornemisza de Madrid, por ejemplo”, señala Gonzalo de Cevallos, director general de Swatch en España.
El Swatch Art Peace Hotel chino es también parte de ese compromiso. Por su inmueble colonial de apartamentos, zonas comunes y talleres que de 1906 a 1930 fue un hotel han pasado 520 artistas de 58 países. “Aplicas con un proyecto, y si te seleccionan te dan una habitación, porque es como un hotel con artistas como huéspedes. Siempre hay un porcentaje de artistas chinos, algo que agradecemos, ya que no solemos conocer de cerca su trabajo. Los materiales que necesitamos los aporta cada uno, pero puedes utilizar los que han dejado residentes anteriores, y hay una buena biblioteca de arte”, dice Juan Pablo Chipe.
Allí trabajan para sí mismos, para su carrera, respirando libertad y contagiándose de la energía de Shanghái. A cambio, cada artista deja una huella de su estancia, una creación que se muestra en el museo virtual del hotel. Algunas de ellas han viajado ahora hasta la Serrería Belga de Madrid.